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La yegua verde (1959)

Sinopsis
Jules Haudoin, se ha convertido en la envidia de sus vecinos porque es propietario de una singular yegua con piel de color verde, la cual atrae a curiosos de todas partes, ¡incluso de París! Sobre todo, Zèphe Maloret (Yves Robert), no le perdona su éxito... y después de que aquel ha muerto, cuando su hijo, Honoré (Bourvil) heredé su granja, la rivalidad entre los Haudoin y los Maloret seguirá su curso.
Género
Comedia Siglo XIX
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La jument verte
Duración
94 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia;
Links
7
¡Cuanta falta hace el espíritu de la concordia!
Las muchas vivencias y la profunda huella que dejó en su alma la infancia vivida en el campo, motivaría algunas entre las más recordadas y exitosas novelas que escribiera, Marcel Aymé: “La Table aux-crèves” (1929), llevada al cine por Henri Verneuil; “Guitain” (1936), "La Vouivre” (1943)… y entre éstas, “La Jument Verte” (La Yegua Verde,1933), la cual atrajo a los productores de cine en 1959, y adaptada por Jean Aurenche y Pierre Bost, la dirección se puso a cargo de Claude Autant-Lara, quien, con efectividad, logró mantener el tono de comedia picaresca que abunda en la novela de Aymé.

Se trata aquí de recrear las absurdas rivalidades que solían (¡y suelen!) darse entre ciertas familias, aquí causada porque, una de ellas, los Haudoin, poseen una singular yegua de piel verde, la cual les atrae incontados visitantes de todas partes del país. Su vecino, Zèphe Maloret, no soporta el éxito de Jules Haudoin, el propietario de la yegua, y tras la muerte de este, mantendrá la rivalidad con su hijo y heredero, Honoré, quien, como su nombre lo indica, hará cuanto pueda para defender el ya mancillado honor de su familia.

Agradablemente ambientado en una granja de 1870, el filme mantiene a punto un picaresco y divertido tono de humor a la francesa, y ni siquiera la llegada de la guerra franco-prusiana, hará que baje la mesura con la que, Autant-Lara, pretende cuestionar los absurdos de nuestra sociedad. ¡Y quien lo creería, pero, en su momento, tuvo serios problemas con la censura!

El director, lanza sus flechas con punta de plástico para que nadie salga gravemente herido, pero los absurdos sociales quedan debidamente reflejados, no obstante que, en cada situación, aplica el tono menos ofensivo con el que pueda recrearla.

En, <<LA YEGUA VERDE>>, se advierte de nuevo el talento de un realizador que supo jugársela en diferentes géneros y, en cada uno logró resultados que merecen ser vistos y preservarse. Efectivo en sus puestas en escena, hábil en la dirección de actores, y capaz de obtener buenos resultados con presupuestos bastante austeros, Claude Autant-Lara, podría brillar más de lo que logró hasta su fallecimiento… ¡y conste que no ha sido poco!

Un puñado de divertidos personajes, encabezados por Honoré Houdoin (Bourvil) -el hombre que jamás perdonará a su vecino, el haber dado lugar a la grave falta que un prusiano le causó a su madre-, va a dar cuenta de que la vida en el campo no ha sido precisamente paradisíaca, y que son penosamente, los mayores, los que alientan toda suerte de rencores.

Complementado el reparto con la voluptuosa, Sandra Milo (Marguerite); Valérie Lagrange como la astuta, Juliette; e Yves Robert (el desatinado, Zèphe Maloret), <<LA YEGUA VERDE>>, es la clase de filme que asegura un rato realmente divertido.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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