Trailer (Inglés)
- Sinopsis
- En plena Segunda Guerra Mundial, en medio de los combates, un grupo de oficiales de la Marina decide montar un campamento de ocio y recreo en una pequeña isla del Pacífico. Pero la cosa dará más problemas que descanso. (FILMAFFINITY)
- Género
- Aventuras Comedia Romance II Guerra Mundial
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1957 / Estados Unidos
- Título original:
- Don't Go Near the Water
- Duración
- 107 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
Premios
Las románticas guerras de los EEUU de América
9 de abril de 2013
Un título muy acertado: ¡Vaya marineros! Existe una serie de películas de la Marina de los EEUU, ya sea en un buque o en un submarino, ya sea con Glenn Ford, con Cary Grant o con Tony Curtis, en el que la guerra que padecieron en el Pacífico adquiere un punto de vista amable y divertido para encontrarse una Marina sin penalidades ni enemigos, tan solo enfrascada en apuestas, whisky y nativas enamoradas… De isla en isla tomando el sol por los mares del Sur.
Esa es la propuesta, que el Ejército se gane la simpatía en esa época de bienestar, de que se acepte la famosa bandera y se animen a desfilar ante el archiconocido y alegre himno de la Armada de los EEUU de América.
En definitiva, eso son las buenas guerras, aquellas en las que puede darse el caso que aunque sepas que es impensable —en aquellos tiempos— pues que suba a un buque de la Armada una rubia buenorra como ninguna, moviendo las caderas y bien escotada, periodista competente y uniformada también. Así que el personal y el espectador queda bien distraído y se lo pasa bien entre cañonazo y cañonazo a los japoneses.
Por tanto, la película tiene la misma efectividad que todas las de este tipo, que es la que estos personajes tan irreales y en esas situaciones tan ilógicas consigan dar, según ya lo que a cada uno le parezca por la categoría de los actores y la dirección. Cuánto más te diviertan y mejores tonterías tengan, pues mejor película será.
Esa es la propuesta, que el Ejército se gane la simpatía en esa época de bienestar, de que se acepte la famosa bandera y se animen a desfilar ante el archiconocido y alegre himno de la Armada de los EEUU de América.
En definitiva, eso son las buenas guerras, aquellas en las que puede darse el caso que aunque sepas que es impensable —en aquellos tiempos— pues que suba a un buque de la Armada una rubia buenorra como ninguna, moviendo las caderas y bien escotada, periodista competente y uniformada también. Así que el personal y el espectador queda bien distraído y se lo pasa bien entre cañonazo y cañonazo a los japoneses.
Por tanto, la película tiene la misma efectividad que todas las de este tipo, que es la que estos personajes tan irreales y en esas situaciones tan ilógicas consigan dar, según ya lo que a cada uno le parezca por la categoría de los actores y la dirección. Cuánto más te diviertan y mejores tonterías tengan, pues mejor película será.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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