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Murieron con las botas puestas (1941)

Murieron con las botas puestas
138 min.
7.3
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Sinopsis
George Custer (Errol Flynn) llega a la Academia de West Point lleno de arrogancia y vanidad. Aunque su carácter indisciplinado le ocasionará numerosos problemas con sus superiores, debido a la acuciante necesidad de oficiales para la Guerra de Secesión (1861-1865), es enviado al frente. Terminada la guerra, se casa con Beth (Olivia de Havilland), pero pronto le asignan un nuevo destino: la guerra contra los indios. Al frente del Séptimo de Caballería, el Coronel Custer se enfrentará a los indios de Caballo Loco (Anthony Quinn) en la batalla de Little Big Horn (Montana, 1876). (FILMAFFINITY)
Género
Western Bélico Biográfico Guerra de Secesión Ejército
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
They Died with their Boots On
Duración
138 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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10
LA IDEALIZADA VIDA DEL GENERAL CUSTER
Idealizada biografía del general George Amstrong Custer, desde su ingreso en la academia militar de West Point hasta su muerte, junto a todo el Séptimo Regimiento de Caballería, en la épica batalla de Litle Big Horn.

A pesar de la manipulación de los hechos reales de la historia, con objeto de mitificar la figura del General Custer, que posteriormente otros cineastas se encargarían de desmitificar (Arthur Penn con "Litle Big Man" en 1970 y Robert Siodmak con "Custer of the West" en 1968), el film debería formar parte de la galería de películas míticas por diversas razones.

Magistral dirección de Raoul Walsh en su primera colaboración con Errol Flynn, que conduce con mano maestra la historia por una fascinante alternancia de géneros, viajando imperceptiblemente de la comedia al drama intimista, de la aventura al western y del cine bélico al drama épico.

Excepcional banda sonora del mítico Max Steiner, tanto en el lirismo exquisito del tema romántico, como en el épico final, donde la alternancia de la famosa canción del Séptimo de Caballería "Garry Owen" con los temas indios, adquiere matices de tragedia épica.

Excepcional interpretación de todo el reparto, desde Errol Flynn que presta a Custer su apostura, dinamismo y simpatía características, a Olivia de Havilland en su última colaboración con Flynn, que compone un tierno y valeroso personaje interpretando a Beth, la hermosa, valiente y leal compañera de Custer, pasando por los excepcionales Arthur Kennedy y Anthony Quinn en papeles secundarios, pero determinantes en el desarrollo del film.

Es en resumen un excelente film y la prueba más palpable de que el cine no debe estar comprometido con la realidad histórica, para crear con verosimilitud y sentido artístico y narrativo sus propias historias.
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102 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Pasear por la vida a su lado, señora, fue muy agradable.
En algunas ocasiones -no tan frecuentemente como algunos creen-, el arte puede rectificar la historia y crear una imagen que tiene más fuerza que la verídica. Eso pasa con el cantar de gesta, y más concretamente con el “Poema de Mío Cid”. Otro de esos escasos milagros ocurre con “Murieron con las botas puestas”, George Armstrong Custer ya no será nunca él, es Errol Flyn, un actor que nació para interpretar este papel.

Rodada en la época dorada de la Warner (por favor no es de la Metro, cámbienlo) por el mismo productor de “Casablanca”, “Murieron con las botas puestas” representa como pocas el apogeo del cine de estudio donde un grupo de profesionales cumplía su trabajo de forma eficiente. Ahora todos quieren ser artistas y hacer cine de autor.

Entre ellos tenemos al director, un Raoul Walsh, en una de sus grandes películas de siempre, que hace una obra tan buena que hasta el mismísimo John Ford tuvo que copiarle en muchos sentidos en “Fort Apache”. Por cierto que el fotógrafo de esta película, era el habitual colaborador también de Ford. El caso es que Walsh homenajea a su maestro David W. Griffith, brindándonos un espectáculo con mayúsculas.

Muchas veces hablamos de química entre los protagonistas, tonterías, esa palabra hay reservarla para lo que vemos aquí entre Errol Flynn y Olivia de Havilland, su última escena de despedida forma parte de los momentos más románticos de la historia del cine. Inolvidable. Pero también el Garryowen y varias escenas más.

Pero es que además es una película que transmite una emoción y una viveza increíbles, con un ritmo que no decae en ningún momento (en dos horas y veinte minutos), es lo que llaman los americanos una película física, y con una fe en el hombre verdaderamente extraordinaria, y sobre todo una gran historia de amor.

Clasicazo.

Nota: 8,7.
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62 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
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