La ciudad de acero (1937)

Pese a los engañosos créditos iniciales y a las primeras escenas de comedia –de hecho empieza como comedia y como comedia termina-, nos encontramos, sin embargo, en el territorio del drama sobre un trasfondo de compañías de taxis, libertad de empresa y sindicatos mafiosos, donde la peripecia es lo de menos. Pese a ser una obra claramente alimenticia Borzage es fiel a algunos de sus temas más queridos como el retrato de la gente corriente y común, con sus gozos y dificultades, el amor como único refugio, la camaradería o la inocencia trágicamente maltratada. Protagonizada por Spencer Tracy y Luise Rainer, los momentos de la pareja protagonista son sin duda lo mejor del film, con dos actores en estado de gracia -y con una incomparable química-, filmados con la naturalidad, intimidad y sensibilidad de los grandes maestros–Ford, Murnau, Vidor, Capra,-. En unos pocos trazos y con unas pocas miradas, Borzage extrae más cine en unos instantes que en horas y horas de metraje de muchos otros. El final, jocoso y festivo, es una excusa para exhibir a grandes maestros del boxeo como Jack Dempsey o atletas como Jim Thorpe pero no excluye ni minusvalora la elevada impresión de esta película, de este imprescindible cineasta y de prácticamente cualquiera de las obras que rodó especialmente en los años 30.

Anna y Joe están profundamente enamorados. Tienen un hogar, un montón de amigos que les aprecia sincera y comprometidamente… y ahora tan sólo les falta un hijo para poder decir que su felicidad es completa, pero, cuando transitamos por el camino de la vida, no siempre encontramos rosas y, ahora, la empresa de Taxis Independientes para la que trabaja Joe, se está viendo abocada a frecuentes ataques y encerronas por parte de Comet Cab, la empresa competidora que pretende dominar el servicio por completo. ¿Les suena ésto casi un siglo después?

Queriendo favorecer a sus colegas, Paul Roya (Victor Varconi), el apreciado hermano de la linda Anna, decide infiltrarse entre sus contrincantes, pero, con tal mala suerte que, uno de sus compañeros, ya sirve de soplón a los directivos de Comet Cab.

Comienza así, una comedia dramática -con mucho más de lo primero que de lo segundo- que nos permitirá pasarla estupendamente con esa linda pareja que conforman, Spencer Tracy y Luise Rainer, aunque a ella parecen pesarle los dos -merecidos- premios Oscar que, como Mejor Actriz, obtuvo durante dos años consecutivos por, “The Great Ziegfeld” y “The Good Earth”, y aquí luce un tanto sobreactuada y hasta puesta a “repetir” la inolvidable ‘llamada a Flo’… solo que aquí no funciona como en aquella memorable ocasión.

¡Ocurrencias del director Frank Borzage!, quien también se serviría -y aquí si acertó- de celebrados boxeadores como Jack Dempsey (Campeón de los pesos pesados 1919-1926), Maxie Rosenbloom (Campeón de los pesos pesados 1930-1934)… hasta, Jim Thorpe (legendario atleta indio en los Juegos Olímpicos de 1912, quien también incursionara en el boxeo), y a todos ellos los puso en una batalla campal por la que ya se justifica ver esta regocijante película.

Un canto a la amistad, una esperanzada devolución de la fe en la clase política… y ¡un conmovedor romance!, es lo que escribieron, Hugo Butler y Dore Schary, basados en una historia de, Norman Krasna, con aroma a comedia pura, y Frank Borzage, ha atinado con sus ágiles maniobras y su gran eficacia en la dirección de actores.

Suenan también, otros habituales y muy eficaces en la comedia como William Demarest, Charley Grapewin, Guinn Williams, Irving Bacon y Eddie Quillan, y se solventa así, una camada de deliciosos personajes que nos hacen pasar un rato delicioso.

Y ¿qué querría decirle, Joe a Anna, cuando citó la frase en rumano: “Te rog iubeste-ma tare”? Les dejo la tarea.

<<LA CIUDAD DE ACERO>>, es una comedia a alta velocidad.