El desierto de fuego (Miniserie de TV) (1997)

Ay, aquellos noventa donde se producían sin parar miniseries italianas, españolas y francesas de aventuras, de fantasía, de amor, de arqueología, de guerra, o quizás otras como esta con un poco de todo, junto a una gran carga dramática lo que daba lugar a historias quizá vistas hoy bajo el prisma de la calidad actoral y escrita un auténtico despropósito, pero en aquellos años eran como música para nuestros oídos.
Sobre todo los que estabamos en nuestros años adolescentes, y preferíamos ver un episodio de "El secreto del Sáhara" o de "El desierto del fuego" o quizá "La vuelta al mundo en 80 días" antes que ir a perder el tiempo a una discoteca a hacer cosas como mirar al resto de nuestros amigos de la pandilla del colegio ponerse pedos e irse por ahí con compañía.

Y es que esas tardes de Telecinco, la principal cadena por la que se retransmitía, eran maravillosas. Llenas de ese encanto noventero, de esas historias que surgían de la nada y nos sacaban de esa programación gris de las noticias y los aburridos debates del corazón y pelis del oeste o de acción bananera de Chust Norris.

Así esta miniserie cuenta con acutaciones realmente queridas, aunque no grandes actuaciones empezando por Virna Lisi como Christine, la madre doliente que ha perdido a su hijo, criado como el príncipe árabe de un cuento, Anthony Delon, más guapo aún que su padre y más alto, que a su vez se enamora de la chica con la que se crió, todo muy "Aladdin". Conocí a Ariel Dombasle en esta película, a sus morritos y sus ganas de cantar, de hecho es cantante de ópera en la vida real carrera que compagina con la de actriz o mejor dicho, la de intentar serlo, mientras su imagen de sex symbol es la que trata de incendiar la cámara con sus continuas insinuaciones a Delon, mientras el padrastro de éste trama todo un tinglado para oblirgarle a expropiar el petróleo en la tierra árabe donde se creó.
Es como un cuento moderno, libre de supercherías, pero enclavado desgraciadamente en los tópicos de guiones de dramones italianos donde el chico se queda con chica y todo va bien bajo el sol. Es lo único malo, que no ofrece grandes cambios, solo más de lo mismo. Virna Lisi como madre doliente funciona, Dombasle como femme fatale se lo borda pero Delon va tirando como puede para borrar como él mismo dice, esa imagen de macarra de discoteca que luce en casi toda la serie. Malos muy malos, y buenos muy buenos que traen luchas, conjuras, acción, romance y erotismo a momentos. Por ello gracias, Dombasle.