arrow

Las amigas (1955)

Las amigas
104 min.
6.9
781
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Sinopsis
Rosetta, una joven adinerada, después de intentar suicidarse en un hotel de Turín, conoce a Clelia, una vecina de habitación a la que confía todos sus problemas. Clelia es una joven de origen humilde que pretende abrir en la ciudad un negocio de moda. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Amistad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Le amiche
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1955: Festival de Venecia: León de Plata
7
Las amigas de Clelia
Quinto largo de Antonioni. Se basa en el relato breve "Tra donne sole" (1949), de Cesare Pavese, adaptado por el realizador, Suso Cecchi D'Amico y Alba Céspedes. Se rodó en escenarios naturales de Turín y en los estudios de Cinecittà (Roma). Ganó el León de plata de Venecia y dos Nardo d'Argento (director y actriz reparto, V. Cortese). Producido por Giovanni Addessi, la "première" se celebró el 7-IX-1955 (Vencia).

La acción tiene lugar en Turín (Italia), el invierno de 1955, durante 7 días. La joven Clelia, residente en Roma, acude a Turín para asumir la dirección de la nueva sucursal de una firma de alta costura. A causa de un intento fallido de suicidio de la vecina de su habitación de hotel, Rosetta Savone (Madeleine Fisher), conoce a Momina De Stefani (Yvonne Furneaux), a la ceramista Nené (Valentina Cortese) y a la amiga de ambas, Marielle (Ana Maria Pancani). Conoce además al pintor Lorenzo (Gabriele Ferzetti), pareja de Nené, al arquitecto Cesare Pedoni (Franco Fabrizi), amante de Momina, y a su ayudante Carlo (Ettore Manni).

La película se desarrolla como un drama de referencias psicológicas, centrado en el mundo de 5 mujeres. Explora sus centros de interés: moda, fiestas, salidas, cremas. Los efectos de su interacción: amistad, rivalidades, deslealtades, celos. Su visión de la sexualidad, el matrimonio, las separaciones, la fidelidad. Analiza la indiferencia de los hombres ante las angustias de las mujeres y la incapacidad de éstas para entenderse y comunicarse entre ellas. Investiga las difíciles relaciones hombre/mujer y sus diferentes modos de entender el sexo y el amor, personificados en Rosetta y Lorenzo. Hace uso de símbolos, de creación propia, para subrayar temas tan importantes para el autor como el olvido (Nené), la vacuidad (Marielle) y la desaparición (Rosetta). La obra contiene elementos de valor documental (etnológico), como el bar con radio elevada (sin TV) para seguir en directo los partidos de fútbol, el puesto callejero de golosinas, la moda femenina de los primeros 50 (tocados, abrigos de piel, tacones medios), la prestación por Cruz Roja del entonces deficitario servicio de ambulancias, la desaparición del sombrero masculino y otros.

La música, de Giovanni Fusco, ofrece gratos contrapuntos de guitarra y piano, de aires ligeramente jazzísticos, con solos de ambos instrumentos y graciosos pizzicatos. Añade una versión instrumental del mambo y melodías de organillo. La fotografía, en B/N, se sirve del paisaje (siempre importante para Antonioni) y de los ambientes como reflejo del mundo interior de los personajes. La escena de la playa, llena de elipsis y significados, marca un punto culminante del film. Usa tonos intensos, fuertes contrastes y crea composiciones de notable calidad plástica. El guión apunta algunos de los temas que centran la atención del realizador en obras posteriores. La película, de grandes interpretaciones y excelente desarrollo de personajes, es la primera obra importante del autor.
[Leer más +]
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
¡Qué envejezca el mar!
Primer estallido de queja social burguesa en el cine de Antonioni. En este caso que nos ocupa, involucrando (o arrastrando al descontento) a la clase obrera de la que se ocupó en su posterior filme (El grito, 1957) . Rara vez, veremos en el cine de Antonioni personajes de diferente alcurnia ocupando un mismo plano como ocurre aquí. No existe de todas maneras, conflicto de clases sociales en las interrelaciones personales y si lo pudiera parecer, Clelia (Eleonora Rossi Drago) finiquita la duda en los compases finales.

“Las amigas” es, eso sí, un avance de las frustraciones que poco después exploraría el director con denuedo en su posterior filmografía: el cinismo, la frivolidad, la incomunicación, el vacío existencial.

“Mis amigos, mi vida, mis días... ¡Mis días! ¿Para qué voy a vivir? ¿Para decidir qué vestido me pongo? Y cuando lo decido, ¿qué es lo que me espera?” (Rosetta)


Los personajes, se muestran despojados de afecto y de cualquier sentimiento que desprenda candor. Las acciones que realizan están alejadas de la búsqueda de un efecto, son más bien impulsivas (adulterios, intentos de suicidios o broncas de taberna) como consecuencia de buscar un engaño con que tapar el vacío que experimentan (lo único tangible).

- Menos mal que el mar no envejece.
(...)
- Sí, pero ¿qué hay de nosotros?

Antonioni se ayuda ignorando el contraplano. Sigue los muertos vivientes que son sus personajes con planos largos, donde percibimos el deambular apático. No existe mucho a que agarrarse y el actor queda esclavizado a la puesta en escena.

Quizás Rosetta, sí murió en esa habitación de hotel.
[Leer más +]
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Las amigas
Fichas más visitadas