Supergirl (1984)

No soy ningún friki del cómic y que conste que me encanta el "Superman" de Richard Donner, película que considero el cénit de las adaptaciones de superhéroes del cómic al cine.

Lo que quiero decir es que, en mi concepto de "Superman", éste no tiene ninguna prima ni nada por el estilo, eso no son más que maniobras de la industria del cómic. Para mí, Superman es el último superviviente de Krypton. Y punto.

En cuanto a la película "Supergirl", soy consciente de que no es una obra maestra ni mucho menos. Tampoco diría que es una buena película. Pero mentiría si dijera que no me gusta porque, sinceramente, esta película tiene muchos momentos que valen la pena, al menos para mí.

... y es que ver a Supergirl con el pelo oscuro en el instituto (todas esas secuencias de ella en el instituto), verla volando puerilmente por primera vez sobre ese lago, o cuando sobrevuela la ciudad por la noche al ritmo de la música del maestro Jerry Goldsmith.... son cosas que siguen funcionando a día de hoy.... son esos momentos los que hacen de esta película algo especial.

Aunque, ciertamente, la película tiene partes realmente flojas (las malas de la función, por ejemplo, son un burdo intento de imitar a Lex y a Ottis del film de Donner, y luego esa historia de brujería de por medio,... en fin,... qué le vamos a hacer)...

Siendo una película de 1984, hay que decir que ha sobrevivido mejor de lo que cabía esperar. En lo que a mí concierne (sobretodo en su versión extendida) es una película curiosa, muy disfrutable, una especie de joya friki clásica de los 80 que, y lo digo en serio, tiene más momentos buenos que malos. Insisto, tiene algo...

En muchos aspectos supera con creces cualquier episodio de "Smallville".

Recomendable para el niño que todos llevamos dentro.

Supergirl es tan pop y superficial que da rabia que su visión resulte casi siempre tan aburrida. Y lo tenía fácil: con mirarse en el espejo de Barbarella me hubiera conformado, pero Szwark (un artesano muy apañado, por otra parte) teme pasarse de loco y maneja la historia por una carriles demasiado convencionales y trillados (pese a la anécdota fantástica), con escenas de acción y peligro pobrísimas, meliflua historia de amor y unos secundarios completamente desaprovechados (Mia Farrow y Peter O'Toole, el pobre). Por suerte está ese gran tándem formado por Faye Dunaway y Brenda Vaccaro para aportar algo de humor y delirio al conjunto. Lástima que no sea el suficiente...