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Sucedió bailando (1942)

5
De profesión, invitados.
Aun siendo un acérrimo admirador de las comedias de este estilo y época debo ser honesto y confesar que esta película me ha decepcionado mucho.
Si leen atentamente la ficha de esta página es muy probable que duden de mis afirmaciones porque no puede ir mejor recomendada.
Un reparto brillante, con lo más granado del Hollywood de la época dan vida a una adaptación de Noel Coward, destacado dramaturgo, famoso por el gran talento que demostró en la creación de inteligentísimas sátiras y comedias, también dramas, con personajes sólidos y magníficas situaciones con diálogos soberbios y temas, a menudo, controvertidos.
Baste decir que es el autor de obras tan memorables como "Una mujer para dos" inmortalizada por Lubitsch, "Un espíritu burlón" y "Breve encuentro", ambas llevadas a la pantalla por David Lean, entre otras muchas adaptaciones bajo las que siempre asomaba la promesa de un texto que nos haría asombrarnos por la demostración del enorme ingenio y gran lucidez que destilaba de ellas.
Unamos a ello los altos valores de producción, marca de la casa Metro, con la que está adornada la película, que aunque toda ella transcurre en interiores no escatiman medios; salones suntuosos, casas aristocráticas...y se diría que esta película está llamada a auparse como otra gran comedia más de aquel ilustre periodo.
Peeeerooo, resulta que es aburrida.
Pido perdón de antemano a todos los que les guste la cinta pero aquí no encontramos apenas destellos del más mínimo humor. Miento, sí lo hay pero no hace ninguna gracia. Mucho menos ninguna reflexión, crítica o satirización lúcida ni mordaz. Se pueden salvar algunas escenas, sobre todo al inicio, pero poco más. A medida que va transcurriendo el metraje la cinta se va hundiendo irremisiblemente hasta el fondo del mar.
Además el ritmo al que la condena Leonard resulta increíblemente moroso para una película de estas características.
No es una comedia loca, aunque lo pretende por momentos, al presentarnos el loco flechazo de Cupido que prende en esta joven pareja inmediatamente después de conocerse.
El (Melvyn Douglas), es un vividor playboy que vive de dar lustre a su título de barón, dejándose caer en todas las fiestas y saraos en los que es invitado por puro snobismo y a los que gorronea.
Ella, (Norma Shearer), una damita de la alta sociedad pero venida a menos, a punto de casarse por dinero con un aristocrático abogado (Lee Bowman).
Cuando prenda la llama del amor se fugarán juntos pero, no disponiendo de medios para vivir aunque muy acostumbrados a la buena vida, se irán "alquilando", digámoslo así, como ilustre pareja invitada a las mansiones de los nuevos ricachones.
Pero si creen que de esta premisa se extrae algo divertido o cáustico se hallarán muy equivocados. La trama pronto se deriva hacia una bastante convencional comedia matrimonial, incluso pastelosa en ocasiones, sin situaciones ni diálogos que la salpimenten, tornándose increíblemente previsible además.
Algunos destellos asoman pero no son más que espejismos y ni siquiera el increíble plantel de secundarios que la sustentan tienen mucho que hacer ahí.
La cinta se nos va a hacer lenta y larga, -¿cómo es posible?.- Realmente, no creo que hayan sabido decidir qué demonios nos querían contar aquí.
Un aprobado raspadito y va que chuta. Lo siento.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Comedia descafeinada
Penúltima película de Norma Shearer, una actriz que he conocido más a fondo su trabajo, ya que estoy viendo el cine desde sus inicios. Y me ha encantado, ahora, en 1942 es una actriz más, ya que hay muchas muy buenas a estas alturas, pero en sus inicios, o en los años 30, era una gran actriz que resaltaba de las demás.

Ni el encanto de Melvyn Douglas hace que esta película coja más cuerpo. En esta película tenía 41 años y parezca que tenga más. En cambio Norma tiene justamente 40 y parece unos cuantos menos.

Una obra que se adapta muy libremente, donde se ve un poco la fealdad de la burguesía europea aprovechándose de los ricos americanos.

Tiene algo de encanto al principio, por esos dos grandes actores, pero a mitad pierde fuerza.
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