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Cuatro confesiones (1964)

Cuatro confesiones
110 min.
6.2
487
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Juan Carrasco, un bandido mexicano, secuestra a una pareja y el asunto acaba trágicamente. El hilo conductor de la historia serán las declaraciones realizadas a lo largo del juicio por tres testigos involucrados en el caso, cada uno de los cuales expondrá su propia visión de los hechos. Un singular western que se basa en parte en el "Rashomon" de Kurosawa. (FILMAFFINITY)
Género
Western Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Outrage
Duración
110 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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7
Digresiones sobre la verdad
Remake desde una percepción occidental del aclamado film de Akira Kurosawa que le dio a conocer mundialmente. Martin Ritt convenció a la MGM de que iba a realizar un film artístico y como tal está planteado y resuelto, narrado a través de unos cuantos “flah backs” en los que conocemos las distintas versiones de los personajes sobre un hecho concreto. Producida y protagonizada por Paul Newman, quizá en uno de sus mejores trabajos, en Panavisión y un maravilloso blanco y negro acorde con la trama, el film se abre de forma majestuosa con un plano que permite fotografiar una caseta del ferrocarril recortada contra el cielo de manera que se asemeje a una pagoda; añadiendo a ello el detalle de la intensa lluvia que se abate sobre el decorado, se tiene la impresión de asistir a una especie de bautismo: la interpretación desde el prisma occidental en el marco del territorio fronterizo de Nuevo México, de una obra oriental inspirada en el Japón del siglo XII.

“The Outrage” es la crónica, no sólo de la relatividad de los conceptos de verdad y mentira sino también de la fragilidad en la naturaleza humana. Un predicador, un matrimonio, un bandido mexicano, un buscador de oro, un indio, un sheriff y un juez, se enfrentan en una ronda, de reconstrucción de hechos, que cada uno interpreta de diferente manera. La obra de Ritt, fue objeto de un paso previo por los escenarios de Broadway, dirigida por Peter Glenville con el papel protagonista de Rod Steiger que aquí hace Newman (el bandido mexicano Juan Carrasco) y la misma Claire Bloom encarnaba el papel de esposa ultrajada. Tampoco se puede obviar los excelentes trabajos de Lawrence Harvey como esposo y caballero sudista y Edward G. Robinson como vagabundo escéptico.

Las grandes diferencias entre “Cuatro confesiones” y “Rashomon” que merecen destacarse para valorar cada obra en toda su dimensión, son las siguientes:
1. La narración cinematográfica es completamente diferente, ya que la escritura nipona se hace de derecha a izquierda y por tanto hay una tendencia innata a ejecutar movimientos de cámara en este sentido, cargando la historia hacia el margen izquierdo de la imagen.
2. La actuación de los actores nos descubre el contraste entre la escuela Americana (el Actor´s Studio, representado por Steiger y Newman) y la escuela japonesa (fundamentada en el Teatro Nö), diametralmente opuesta en cuanto a expresividad.
3. El impecable tratamiento visual de James Wong Howe respecto a la técnica rudimentaria del operador de Kurosawa.

Ritt se cuida muy mucho de mantener la cámara a ras de suelo durante el juicio popular al bandido Juan Carrasco, como una clara aproximación al japonés Yasuhiro Ozu; la preservación del sol como invocación divina por parte del hechicero indio. Pero, por encima de estos paralelismos formales, Ritt al igual que Kurosawa, entienden la historia como un cuento moral y centran sus respectivos discursos sobre la imperfección del ser humano, configurado por elementos tan contradictorios como: la codicia, la falsedad, la honestidad, la avaricia, los celos, etc. Todo lo apuntado demuestra, una vez más, que puede cambiar la cultura, la forma de contar una historia, pero lo que apenas cambia, en lo que no hay diferencias suele ser en el comportamiento humano de cualquier cultura y extracción social.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Cruda realidad
Visceral cuadro emanado de la brillante "Rashomon", en un visionado dirigido por Martin Ritt que deja la simplicidad a un lado, y que pone una gran complejidad a un relato de por sí enredado y difícil de descifrar. Y es que "Cuatro confesiones" tiene en ese nudo precisamente su razón de ser.
Ante todo debo decir que esta película la vi en ese período junto con otras dos de Paul Newman, "El Cáliz de plata" de 1954 y dirigida por Victor Saville y "Desde la terraza" de Mark Robson en la que sale junto a Joanne Woodward e Ina Balin. Hace tres interpretaciones tan distintas en todas ellas que me puso de relieve la clase de actor que es. Newman si tiene algo es que se olvida quien es y se convierte en su personaje radicalmente. Aquí hace de el terrible bandolero que mete a la pareja protagonista en un lío, cuya trama y desenlace según las distintas versiones de los implicados cambia completamente. Claire Bloom está muy guapa en esta cinta, y además ofrece una representación desgarrada y a la vez perdida de su personaje. Laurence Harvey está en su línea, como siempre y el resto cumplen con su función, te lo crees. Además a Newman siempre lo vi en pantalla convertido en un caballero, aquí es que lo flipas, lo ves convertido en un malo-malísimo-macarrilla que no deja en paz a la Bloom que a la vez alucina tanto que parece que no sabe donde está el norte ni el sur. Y al final, únicamente al final te das cuenta de que tu tampoco lo sabes, y estás igual de perdido que al principio en una trama hilarante que Ritt aprovecha para mostrar las maneras tan distintas de ver las cosas que tenemos las personas. La recomiendo, es una película muy buena, cuenta un suceso enredado, pero con un aire de intelectualidad, poco vista.
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12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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