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Estado de gracia (Serie de TV) (2012)

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Utopía de lo legal
«Estado de Gracia» presentada por canal 11 durante su corto auge como generadora de contenidos de ficción, debido a su asertividad jamás experimentada por la televisión pública al situarse como un medio que puso como prioridad la realidad del televidente en sus diferentes contextos como el psicosocial, el histórico, el de género, el de seguridad, los infantiles y sin poder faltar el policiaco en combinación con el político, fue sin duda un caso extraordinario que reunió talento para lograr todas estas producciones y obtener su propio reflector junto con el reconocimiento del público en general.

Este lapso de grandes producciones dadas en un periodo de cierta censura* encontraron productoras y ventanas que se enfilaron hacia la denuncia en cuestiones de la gran corrupción tolerada e incluso alentada por el gobierno calderonista, el cual fomentó la violencia con un supuesto combate al narco, que hoy a 10 años se han demostrado sus vínculos en las instituciones y directamente con los altos mandos de seguridad nacional (García Luna) y por ende con aquel cínico que decía no saber nada sobre su secretario de seguridad (FeCal).

Gonzalo Castorena y Julieta Toscano son los protagonistas de este serial, él policía y ella diputada, cada uno en distintas posiciones de lucha contra el tráfico y distribución de drogas. Desde la línea de fuego con pistola en mano o en la tribuna con papeles sobre la legalización de las mismas —como tema de fondo y utopía tácita de nuestro diario acontecer—, se nos muestra la imposibilidad de un combate genuino al crimen organizado ante las presiones ejercidas y los intereses de quienes se han visto beneficiados de lo ilícito.

La relación de los protagonistas es casi nula debido a que el desenvolvimiento es en escenarios independientes. Tanto Karina Gidi como Raúl Méndez y gran parte del elenco estuvo con un buen registro en sus interpretaciones. Pocas situaciones se notaron forzadas gracias a que fueron dos historias hiladas por el mismo conducto.

«Estado de gracia» con trece episodios intenta mostrar todos los ámbitos que han obstaculizado esta propuesta, trabada desde la misma cámara por órdenes de cabecillas, cuestionada mediáticamente y reprobada desde el sector salud como una medida poco viable entre una población que aún conociendo los alcances del consumo se niega a evitarlas.

Aunque la fotografía es muy obscura, la obra de Bolado y Charlie Gore fue un proyecto interesante al que las circunstancias le han pasado factura, esto gracias a que si en 2012 era más que sabido los tejes y manejes de la procuraduría con el narco, hoy son una verdad que todos los involucrados no pueden ocultar. De ahí que la serie haya perdido la originalidad, pero mantenga mucha vigencia.
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