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¡Piratas! Una loca aventura (2012)

¡Piratas! Una loca aventura
88 min.
6.2
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Sinopsis
Un peculiar grupo de piratas y su capitán desean, por encima de todo, ganar el premio al Pirata del Año. Sus aventuras los llevarán desde las orillas de Isla Sangrienta hasta las calles de Londres. Tendrán que enfrentarse con piratas rivales, pero también se encontrarán con Charles Darwin e incluso con un chimpancé "parlante". (FILMAFFINITY)
Género
Animación Comedia Aventuras Aventuras marinas Piratas Stop Motion Claymation (Plastilina) 3-D Aves / Pájaros
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
The Pirates! Band of Misfits
Duración
88 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Reino Unido-Estados Unidos;
Grupos
Aardman Animations
Links
Premios
2012: Oscar: Nominada a Mejor película de animación
2012: Premios del Cine Europeo: Nominada a Mejor película de animación
2012: Premios Annie: 5 nominaciones, incluyendo mejor película
7
Aardman y el stop motion se ponen el parche
Si los vividores piratas protagonistas de “¡Piratas!” —con sus arcas en números rojos— fueran de origen griego, en vez de un dodo llevaran consigo el Partenón y cambiásemos a la Reina Victoria de Inglaterra por Angela Merkel, tendría un contexto coherente a nuestros días. El gran error que se puede cometer al prejuzgar la película de Peter Lord y Jeff Newitt es calificarla de cinta infantil, aunque cuando más de uno escuche «Vamos, barqueros. ¡Los tesoros no se saquearán solos!» entenderá ‘banqueros’.

En tiempos del renderizado y el 3D, el stop motion ha quedado como reducto de artesanos y cineastas independientes: “Mary and Max”, “Fantastic Mr. Fox” o “Los mundos de Coraline” se encuentran entre las películas favoritas de animación de muchos del último lustro. Ha sido Aardman nuevamente aquella que se postula como la productora del stop motion por excelencia en la actualidad, pese a sus agradecidos escarceos al 3D “Arthur Christmas: Operación Regalo” o “Ratónpolis”. Los Oscars recibidos por Wallace & Gromit, tanto en corto como en largometraje, el talento de Nick Park o la exitosa “Chicken Run” le hacen valedora de ser un tesoro para la animación.

El ejercicio de humor e insolencia (en la onda Monthy Phtyton) que plantea “¡Piratas!” va más allá del espectador infantil, saltándose las normas y precipitándose al abordaje de referencias, personajes reales y numerosos anacronismos (y esta vez con la inclusión de necesarios efectos especiales). La introducción de Charles Darwin y su inteligente mono o que un ‘dinosaurio’ venza al invento eléctrico del siglo, son piezas de orfebrería y engranaje de un guión que no es objeto de la divinidad sino de la evolución. Reírse de la Royal Society de Londres o utilizar a la Reina Victoria por su antecesora Isabel I nos da idea de la vocación de la película de Peter Lord por desternillarse del pasado y la hipocresía que reina en el ‘presente’ que aparentemente representa.

Tal vez les falte éxito mastodóntico de Pixar en el boxoffice, pero las películas de Aardman siempre son coherentes y fieles tanto a sus principios como a sus sentimientos interiores y ese corazón incorruptible que lleva dentro. Posiblemente sea el motivo de que exista un discurso sobre el odio irracional (e hipócrita) de Victoria hacia los piratas, donde el cine de animación en stop motion parece ponerse el parche ante la gran industria dominante (cuando realmente lo utilizó en el pasado). Victoria (Hollywood) considera a los piratas (stop motion) obsoletos y dinosaurios en los modernos tiempos que corren y, por lo tanto, motivo absoluto de su extinción. Ese canto a la libertad y al abordaje del Capitán Pirata y sus secuaces parece una reivindicación a seguir perdurando por encima de que otros hayan puesto precio a sus cabezas. Es momento de izar la bandera y darse cuenta de que los dibujos de los mapas en 2D se pueden convertir en 3D… para devorarte vivo… si es que no te come guisado antes Hollywood, claro.

«Tampoco ningún dodo se extinguió durante esta crítica»
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32 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
De aquí a la eternidad
En un momento en el que cada vez es más difícil destacar dentro de la animación, Aardman sigue demostrando que se puede hacer algo nuevo sin perder el norte. Con "¡Piratas!", que probablemente sea el mejor largometraje que ha salido del estudio británico (lo único que lo supera, y habría que irse a cortos, es el maravilloso segundo trabajo de Wallace y Gromit -The Wrong Trousers-), el estudio vuelve a demostrar que el talento no se compra a golpe de talonario, facturando una de la mejores películas de animación de los últimos años, una maravilla en stop-motion (o clay-mation, al usar la plastilina como material) que puede mirar a la cara a otras joyas recientes del medio como "Coraline", "Mary and Max", "$9.99" o "Panique au Village". Todas estas tienen sus propias particularidades y quizá sea con la última, la cinta belga del vaquero y el indio, la que más similitudes comparta con esta historia de piratas con mala suerte.

"¡Piratas!" sigue las desventuras del Capitán Pirata y su tripulación, formada por todos los clichés del género. El objetivo del líder es ser el Pirata de Año, para lo cual deberá conseguir fortunas, saquear barcos y hacer todo tipo de fechorías... claro que las cosas no le saldrán como esperaba. El momento en que conozca a Charles Darwin será el que le de el billete hacia esa fama que ansía, aunque todo tiene su precio. Usando el libro de Gideon Defoe como base, lo que consiguen sus directores (el veterano Peter Lord -cofundador de la compañía- y Jeff Newitt) es hacer fácil lo difícil. Logran que una historia liviana, repleta de humor y aventuras, trascienda más allá de su modestia y suponga una experiencia arrolladora, fresca e inusualmente entretenida. Porque aquí no vamos a encontrar grandes dilemas morales: es una cinta de aventuras cargada de humor de todo tipo (del slapstick a las referencias culturales, pasando por el gag creado mediante la puesta en escena), con una marcada moraleja final que no ahoga el humor ni lo condena a la posición de segundón, al contrario, lo usa para transmitir una serie de ideas y llevarlas más lejos.

Aardman se ha caracterizado desde su inicio por saber sacar provecho de la animación con plastilina. Nominados al Oscar en varias ocasiones (desde "Creature Conforts" hasta los citados "Wallace y Gromit"), poco a poco han ido puliendo su técnica. Con "¡Piratas!" llevan las cosas incluso más lejos: la animación es excepcional, la velocidad de los personajes es sorprendente, así como su forma de gesticular y moverse, siendo las escenas de acción sencillamente increíbles. Como en algún trabajo previo se apoyan en el CGi (aunque no se nota para nada) para la recreación de efectos (el agua parece viva) pero por suerte esto es un trabajo artesanal, alejado de su anterior filme, "Arthur Christmas", donde todo era animación por ordenador muy trabajada pero con poca personalidad.

Aquí tenemos un clásico del cine de piratas, una película que -como hizo "Rango" el año pasado- coge un género en desuso para insuflarle vida y darle una segunda oportunidad. Está claro que no va a crear escuela, que es una película-isla (como la del camaleón) pero eso no le resta mérito. Una película suicida, basada en la técnica (la dirección es increíble) que además no se olvida de contar una historia fresca y especialmente divertida. Para disfrutarla de principio a fin... ha nacido un clásico. Uno modesto, y valiente, que como bien apunta Manohla Dargis, es "un muestrario de placeres visuales, pero tan simpático y ligeramente divertido que puede que no te des cuenta a primera vista de lo bueno que es; estarás demasiado ocupado sonriendo".
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25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
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