She'll Have to Go (1962)

"She'll Have to Go" es una comedia negra británica en blanco y negro de 1962 cuya trama tiene un comienzo prometedor. Dos hermanos ociosos (Bob Monkhouse, Alfred Marks), con problemas de dinero, viven en una antigua y elegante mansión en lo alto de un acantilado junto con su mayordomo. Al morir su abuela, esperan heredar una fortuna pero se encuentran con la sorpresa de que el testamento le otorga el dinero a una prima lejana francesa que trabaja como criada en Córcega. Dando por sentado que será una vieja bruja planean varias formas de asesinato pero, cuando la prima Toni (Anna Karina) resulta ser una joven muy bella, deciden optar por el matrimonio como fórmula más satisfactoria para resolver su problema económico.

Como ya dije, el film empieza muy bien con unos diálogos entre los hermanos y su mayordomo bastante ingeniosos que demuestran claramente su origen teatral. Por desgracia, el director Robert Asher no parece confiar demasiado en el material de partida e inserta una serie de trucos visuales bastante desafortunados que no sólo no aportan nada a la trama sino que desentonan con el conjunto. En cualquier caso, la película va perdiendo interés a medida que avanza y ni siquiera la divertida pero corta actuación de Hattie Jaques, en el papel de excéntrica periodista, la salva de una parte final bastante rutinaria y repetitiva.

En cuanto a la presencia de Anna Karina -antes de convertirse en un icono de la nueva ola francesa de vanguardia- en una comedia británica no resulta tan extraño ya que tras el éxito internacional de Brigitte Bardot, era habitual que apareciese una glamurosa estrella continental en muchas películas británicas de finales de los cincuenta y principios de los sesenta.