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30 Beats (2012)

30 Beats
88 min.
4.1
39
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Sinopsis
Ciudad de Nueva York en el corazón del verano: una ola de calor transforma la ciudad en una zona tropical. Diez personajes se dibujan, uno tras otro, en un círculo de amor y deseo. Cada uno cogió más allá de lo que podía controlar en una reacción en cadena de la seducción, los impulsos y el descubrimiento personal. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Romance Comedia romántica
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
30 Beats
Duración
88 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Estados Unidos-Francia;
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1
Más mala que 30 BODRIOS juntos
Considerada la 2ª peor película del 2012 por público y crítica, “30 Beats” es toda una abominación que incita a una sobredosis de vaginesil por vía bucal. 10 neoyorquinos 3 días de verano, 30 oportunidades para explorar el sexo, para arriesgarse, para enamorare… para encontrar este PEDAZO DE BODRIO. Porque… ¡VAYA PEDAZO DE BODRIO! Cada personaje da el relevo al siguiente… con una promesa inicial incumplida: dan su palabra de que se van a besar durante una canción hasta que acabe y resulta que se ponen a bailar. Besar y bailar no tiene nada que ver, ¿verdad? Y, luego, los cacho-perros al final van y dicen que echar un quiqui sin amor… y la canción no para de repetir en el estribillo LOVE y I LOVE YOU. El verbo TO LOVE y el verbo TO FUCK no tienen nada que ver, ¿verdad? Yo aquello que pienso, ende-luego, es que los protagonistas de “30 Beats” no tiene vergüenza ni sentido del ridículo… porque esta película es ¡toda una vergüenza!

Comienza, eso sí, en plan hardcore. Una ojos-saltones-virgen se cita con un antropólogo mujeriego para desflorar su kiwi. Así, se van desencadenando una serie de reacción-tróspida-en-cadena que conecta a sudorosos rostros conocidos con tanto calor impregnados de un olor llamado cloaca-de-guión. Entre psíquicas, mensajeros con bicicleta, bellezas con cicatrices y quiroprácticos lujuriosos, la película avanza a una velocidad de sopor con el erotismo más torpe proyectado en una pantalla de cine en el Siglo XXI. Desde aventuras lésbicas, bondage o telefónicas, “30 Beats” va dibujando un círculo completo como latido de una ciudad llena de HAMOR. Alexis Llloyd se cita con los síndromes post-coitales más anti-sofocantes del lujurioso deseo para perfilar una idea repleta de sopor y superficialidad con actores y actrices supuestamente atractivos que deberían sugerir ciertas emociones al espectador. Se entiende que el director y guionista vio “La ronda” de Max Ophüls y decidió hacer su versión contemporánea y soft-porn con la que ni siquiera se escandalizaría en la actualidad a una monja. Filmada durante el verano de 2009, editada en una tarde de septiembre y con tres años para sobornar al conocido reparto para estrenar la bochornosa y terrible película, “30 Beats” tiene la misma gracia que olvidarse la cartera y darse cuenta al ir a pagar una cuantiosa factura de ‘checho y visio’ en el puticlub.

Y es que, como sucede con uno de los protagonistas, uno puede escribir un texto libre muy técnico y teórico y no parar de confundirse entre las espadas de metal con las espadas sin cartas como broma de parvulario. Que todo está conectado es evidente, como las pésimas críticas que ha ido recolectando la película desde su estreno. ¿Tantos espadazos de carne y texto están justificados? La historia de Paz de la Huerta y Jason Day es lo más tonto e idiota visto en años, por ejemplo. En realidad, todo lo que protagoniza Paz de la Huerta y sus gemidos con su energía sexual resulta tan cómico como patético. Y cuando se pone bondage… ay, qué dolor. Luego está una tipa que es una ama del sado para clientes exclusivos y va y dice la cacho-perra que quiere quedarse preñada con el mejor ADN. Después, le suelta a un tipo que quiere su esperma porque escribe bien… ¿Qué tiene que ver la velocidad con el tocino? Pero el colmo-de-los-colmos de semejante trauma llega cuando la meretriz adicta al cuero y los gorriones engominados, suelta a otro joven con el que quiere tener un encuentro sexual que la lea la tercera línea desde la parte superior de la página 99… y suelta esto:

«Cuando el pensamiento analítico, el cuchillo, es aplicado a la experiencia, algo siempre es eliminado en el proceso.»

¡Tócate er-coño-a-dos-manos! Al final, la película parece concluir en que el círculo chuminal y la sobredosis de vaginesil era solamente era una idea… ¿Una idea de echar un polvo y darle vueltas y vueltas durante casi hora y media? Yo también he cambiado de opinión: voy a sodomizar a esta película. ¡Sufre, hija de fruta! ¡Sufre tanto como yo te he sufrido!
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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