Espía a la fuerza (1959)

Miembro de la Junta municipal de St. Godric, el Señor Grimsdale (simpático y pretencioso personaje que iniciaba aquí el veterano actor Edward Chapman y que pronto veríamos en dos películas más) llega al cuartel Battersby para prestar sus servicios como ingeniero con el ánimo de “mantener abiertas las arterias de la nación”. Su asistente, es nada menos que Norman Pitkin (un nuevo apellido que Norman Wisdom retomará en varios de sus filmes posteriores, porque desde aquí se quita el Harry Langdon style) y Grimsdale lo prepara para que –como él- se imponga ante los militares, pues su labor “es de suma relevancia para la ciudad”.

Pronto, los militares ya no aguantarán más los atrevimientos de estos impertinentes civiles y entonces se las ingeniarán para conseguir cobrárselos a alto precio… y así, nuestros simpáticos amigos terminarán metidos en un penoso episodio de la Segunda Guerra Mundial, en el momento aquel en que Francia ha sido tomada por los alemanes.

Génesis y final de unas cuantas cosas en la carrera del estupendo comediante inglés, “ESPÍA A LA FUERZA” sería también la última ocasión en la que Wisdom se reuniría con el director John Paddy Carstairs, quien a los 48 años, comenzó a demostrar que tenía ya notablemente agotada su inspiración… y prueba de esto, es este filme al que le faltó poco para convertirse en un drama de guerra, pues sus toques de comedia escasean bastante, y tanto el director como el actor, dan la impresión de no estar de ánimo para extraer bromas de una situación que los tocó muy cerca, cuando los nazis comandados por Adolf Hitler, hicieron temblar al mundo entero.

Nos quedamos esperando esos puntos muy altos a los que nos tenía acostumbrados el director londinense, y su sexto y último filme con Norman Wisdom, deja también a éste sin aliento de aportar sus memorables gags, y solo pequeños chispazos, sobre todo en la primera media hora, se rescatan de una aventura que finalmente no deja huella, porque todo resulta demasiado liviano y con cierto olor a “ya lo vi”.

De nuevo, Wisdom hace un doble papel que no ofrece mayores variables; se juega a “te quito la ropa en cosa de un segundo”; la cicatriz que la foto del general Schreiber lleva en la mejilla izquierda, estando presente la lleva en la derecha; y ni siquiera el poster con las muchachas de minifalda que dejan lelo a Norman resulta honrado, pues no aparecen chicas así en ningún momento de la película.

Honor Blackman, futura estrella junto a Sean Connery en “Goldfinger”, es aquí la chica que se gana el corazón de Norman, pero su rol luce también bastante opaco.

Título para Latinoamérica: “NORMAN RECLUTA”