Una oportunidad en el cielo (1933)

Una joven de clase media (una muy juvenil y competente Ginger Rogers) espera pacientemente a que su novio (Joel McCrea, en sus tiempos de galán) quiera casarse con ella, aunque él anteponga su ambicioso plan de crear una cadena de gasolineras, y no demuestre demasiado interés romántico en ella.

Todo cambiará cuando una joven de la alta sociedad se cruce en su camino.

"Una oportunidad en el cielo" (por una vez una traducción fiel al original "Chance at heaven"), se ha convertido en una rareza por varios motivos, a pesar de que puede parecer bastante convencional en su narrativa y previsible en su desarrollo.

No la calificaría de comedia, aunque tenga elementos claros de comedia, más bien como una tragicomedia con toques muy sorprendentes, sobre todo para el momento en el que fue estrenada (principios de los años 30).

En cierta manera, se podría ver como una especie de "cara B" de una screwball comedy; donde la "encantadoramente alocada" chica de clase alta enamora a un joven mucho más humilde y apegado a la realidad, a base de destruir su mundo. En este caso, de destruir, literalmente su gasolinera ante la complaciente sonrisa de él.

Sin embargo, poco a poco se va descubriendo lo que realmente conlleva convivir con una persona incapacitada para la vida cotidiana (por lo menos la vida del común de los mortales) y que del "adorable tontita" se puede quitar el "adorable" con demasiada rapidez.

Ahí es donde la película juega sus mejores cartas, en ese sentido el mejor ejemplo es la escena en la que el protagonista masculino y la citada heredera se encuentran en la terraza de la mansión de ella, y él le pregunta si no le asombra la maravillosa vista nocturna, los árboles, las estrellas, el mar...

Ella le responde que nunca se había fijado en eso, porque lo que ella mira son las luces del otro lado de la bahía, que pertenecen a una feria, demasiado proletaria para una chica como ella.

Así, se puede deducir fácilmente que a cada uno le interesa del otro esas "luces del otro lado" que ni uno ni otra, pueden alcanzar fácilmente y piensan que les harían más felices.

Otro toque sorprendente es el del personaje de Ginger Rogers, que lejos de odiar a su (supuesta) rival o de forzar a su novio a permanecer a su lado, se muestra muy comprensiva (quizá demasiado) con la atracción que sienten; atracción que ella detecta antes que ellos mismos.

También sorprende la libertad que tiene ya que, ni siquiera a sus padres, les parece mal que vaya a casa de su novio (a prepararle la cena, eso sí); o la honestidad con la que habla con él de estos temas; sin hacer caso a lo que su madre le sugiere, negándose a utilizar "armas de mujer" para manejarlo a su antojo.

Lástima que estas buenas cualidades se pierden en un final muy atropellado, algo lógico si pensamos que la película dura apenas 68 minutos; notándose realmente que faltan unos veinte para poder cerrar la historia de forma satisfactoria.

Comedia de situación.Obviamente no es la mejor opción según sus padres.
Él es Joel McCrea. Ginger Rogers está enamorada de él, y le ayuda a llevar la casa y las cuentas de la gasolinera. Una joven heredera, Marian Nixon, se enamora de él y le pretende. Él cambia a su novia por esta nueva chica, claramente un oportunidad
Comedia de situación de 1933, nada menos.