Un robo con riesgos (2011)

Esas frases dichas por el gran Willis es lo mejor que he podido destacar de esta mediocre cinta de acción gangsteril que involucra otros nombres famosos como "50 cent" o Ryan Philippe.

Una historia narrada con poco pulso y floja emoción por un realizador bastante verde que se limita a dar cancha a sus estrellas del reparto sin aportar nada destacable a su nada original resultado.

Philippe siempre me ha parecido un actor muy muy descafeinado, atado a una cara bonita y que pocas veces sale agraciado en sus papeles, como su reciente éxito de "El inocente" junto a Matthew McConaughey, donde él desde luego no es la razón tampoco de la solidez del film.

Y qué decir de "50 cent", un rapero empeñado en hacer de gángster, no sabemos si porque el cine le permite vivir una vida que siempre le gustó sin arriesgar y sin tener que pagar sus delitos ficticios, o porque su relativo primer éxito "Get Rich Or Die Tryin" le convenció de que era un gran actor, lo cual es una falacia más que evidente y que su profesión auténtica es la música, eso no creo que nadie lo pueda discutir.

Un Willis a título de demostrar su dureza probada para dar empaque a una historia muy floja, una banda sonora rapera y algún tiro aquí y allá y ya tenemos la radiografía de este film, que consideramos con un aprobado justo, porque tampoco aburre ni es totalmente desechable (mejora a partir de la primera media hora). Están avisados...

El dvd de esta COSA llegó a mis manos al ganar un ladrillo en una subasta internacional de ebay. Verídico. Le dije al vendedor: "Embálame bien el ladrillo, que no me vaya a llegar hecho un cascajo". Dicho y hecho: el buen hombre, que era australiano, me empaquetó el pedido con mucho mimo y colocó, por un lado, un plástico con burbujas y, por el otro, el dvd de marras. Ni que decir tiene que el ladrillo me llegó fetén, sin un puñetero desconchón. Misión cumplida. Hasta aquí, todo correcto.

Pero la cosa empezó a torcerse cuando me dio por ver el contenido del dvd, con el flamante ladrillo aún en la mano, recién sacado del paquete. Una decisión imprudente.

Lo primero que me sorprendió del film fue ver que el tal 50 Cent, un ¿cantante? que deben conocer muy bien en su casa, apenas parpadeaba y ponía siempre el mismo careto. Yo me decía: "¿Y éste es el puto protagonista? ¿Será que lleva una careta, como el doctor Muerte?". Pero no, conforme iba avanzando el metraje, me di cuenta de que sencillamente 50 Cent era AMO y ni siquiera necesitaba gesticular una mierda. ¿Que ahora toca el entierro de un amigo? Pues toma jeto inexpresivo. ¿Que ahora toca sacarse una bala de la clavícula? Pues impasible el ademán. ¿Que ahora me pica un bicho en el sobaco? Pues más de lo mismo.

Lo segundo que me llamó la atención fue ver la poca vergüenza que tenían los guionistas de este engendro. ¿Es que no pensaban siquiera en sus familias y en el bochorno que les iban a hacer pasar hasta el fin de sus días? ¿Pero qué clase de guión y de diálogos son estos? En el patio de recreo de cualquier convento de monjes tronaos se pueden escuchar cosas más interesantes y brillantes que en esta soplapollez de película. ¿Pero esto qué es?

Y lo tercero que ya me sacó de mis casillas fue el montaje tan chapucero de ciertas escenas, unas escenas que se pueden entender perfectamente porque, aparte de lo simplón del asunto, uno tiene ya su graduao escolar y tal (pero no por otra cosa).

En fin, un film deplorable, chabacano y retorcidamente apestoso. No es sorprendente que todos, absolutamente todos los actores tengan cara de mala hostia.