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La rosa blanca (1961)

La rosa blanca
105 min.
7.4
120
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Escena (ESPAÑOL)
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Sinopsis
En Veracruz, la hacienda de Jacinto Yáñez se encuentra en medio de terrenos de compañías petroleras extranjeras, que intentan por todos los medios deshacerse del legítimo propietario. Corre el año de 1937 cuando con engaños, el esbirro de una de las compañías, lleva a Los Ángeles a Jacinto y lo asesina. Los petroleros invaden sus tierras e imponen condiciones inhumanas a los peones.

El texto de B. Traven que plantea, novelados, los antecedentes de la expropiación petrolera, sirvió de base a esta cinta de alto costo (producción de CLASA, con su equipo de lujo) que por absurdas e inexplicables decisiones político-burocráticas, no obtuvo autorización de la Secretaría de Gobernación para ser exhibida. El eufemismo intentaba disfrazar lo que en realidad ocurrió: la película estuvo prohibida durante once años. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Policíaco Años 30
Dirección
Reparto
Año / País:
/ México México
Título original:
La rosa blanca
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1972: Premios Ariel: Premio por Mejor actor. 2 nominaciones
7
Cine que tiene mucho de documental, de historia
La cinta estuvo prohibida 11 años por el gobierno mexicano de entonces y esa pueda ser una razón suficiente para darle una revisada y formarse una opinión del porqué no obtuvo autorización para presentarse al público.

Este 2021 cumple 60 años y parece más vigente y oportuna que nunca para darse cuenta del poder que pueden permitirse las corporaciones de negocios extranjeras que sobreexplotan los recursos de otros países apoyados por pequeños traidores.

La novela en que se basa es de Otto Feige un Alemán que trataba en sus novelas temas políticos delicados y por ello usaba varios seudónimos, y el guion fue adaptado por Emilio Carballido, escritor mexicano sobresaliente que conocía el contexto de saqueo petrolero de Veracruz y Tabasco de los años 30s.

La cinta no hace sobresalir a ninguno de los actores participantes, se trata de ser sólida en el conjunto, el novelista, el guionista y el director quedan bien representados en el film, incluso el fotógrafo y el musicalizador aportan para una obra que si bien no es maestra tampoco es una obra para ignorarse, más por su valor como documento que narra una etapa importante de México, previa a la expropiación petrolera.

Tiene escenas bien planteadas que establecen un diálogo con otras escenas, la vida sencilla que se lleva en La Rosa Blanca, con la opulencia que rodea a los magnates petroleros.

Se narra en esta propuesta como las compañías petroleras son un gigante contra el que nadie puede dar pelea, pero también se narra como las asociaciones de obreros pueden convertirse en gigantes del mismo tamaño o más.

Se trata de un film que exalta la defensa de los derechos humanos, la justicia, el amor a la tierra.

(23sep2021)
Por: Godofredo Oscós Flores
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Jacinto y la Dignidad.
272/19(13/07/21) Más que interesante film mexicano dirigido por Roberto Gavaldón hace 60 años, aunque la censura hizo se guardara en un cajón 11 años, hasta su estreno en 1972. Cinta que ataca el capitalismo salvaje de las multinacionales que se creen que en nombre de ese palabro tan prostituido como es el ‘progreso’ (por supuesto el suyo) todo pueden perpetrar cualquier tropelía. El guión del propio director junto a Emilio Carballido (“Macario”) y Phil Stevenson, basándose en la novela homónima del alemán Bruno Traven (autor de Macario, Canasta de cuentos mexicanos, y otras obras costumbristas, así como de la gran “El Tesoro de Sierra Madre”, llevada al cine con la Obra Maestra homónima de John Huston), se embarca en una dura crítica a las grandes compañías internacionales y su poder omnímodo de si quieren aplastarte cual hormiga. Para ello nos trasladamos a 1937, tenemos de protagonista a un humilde hacendado de Veracruz, Jacinto encarnado por un gran Ignacio López de Tarso, con una gran finca dedicada a la agricultura, La Rosa Blanca, que ha pertenecido a su familia durante generaciones y espera sea siendo así en las venideras, pero se encuentra con el peligro de un carroñero con forma de Condor (oil), que acecha con sus garras tóxicas para arrollarla en sus malas artes y poder convertir sus campos un sembrado de torres de extracción petrolífero (en eso tan manido de un potentado que ha comprado gran parte de una zona y solo le falta un trocito para completar el quesito, pero este se resiste cual Numancia).

Las multinacionales son como una maquinaria poderosa, avariciosa, codiciosa, amoral, solo le importan los dividendos, en este caso el Oro Negro. No considero que sea una película de corte comunista, pues en realidad esta multinacional (epítome de todas) quiere quitar la tierra a un hacendado, no para repartirla entre necesitados, si no para su beneficio propio, cual hacían los soviético, expropiar para que el pueblo no tenga nada y todo sea del estado, la gran multinacional con el poder Supraterrenal, los enemigos los pequeños propietarios a destruir. Aunque sus últimos 15 minutos se tornen en un panfleto pro-soviético a mayor gloria de encumbrar al gobernante, al parecer se hizo para contentar a la censura y son ello se pegan un tiro en el pie con un final complaciente y grimante con el resto del film, en un viraje extraño que se convierte en otra película dentro de la película, esta ponzoñosa.

Posee un gran comienzo con la presentación del orgulloso protagonista Jacinto Yáñez (gran Ignacio López de Tarso) y el carroñero mercenario en este caso con la figura del Licenciado Pérez (buen Luis Beristáin) que viene a comprar en nombre de una multinacional, esto nos sirve para ver el carácter de uno y otro. El campesino todo un hombre rural que vive en su Partaíso particular, con trabajadores que le quieren y viven allí mismo en cabañas, con un hijo que le sigue en su gusto por La Rosa Blanca, y una mujer cariñosa y abnegada, que no saben ni quieren hacer otra cosa que llevar su tierra. Este hace oídos sordos a cualquier cantidad le ofrezca el intermediario, incluso cuando hace algo tan vistoso como llenarle la mesa con monedas de oro el propietario los reúsa, aunque le dicen tendrá 10 veces más. La reacción iracunda del Licenciado hace presagiar que esto solo es el primer paso, utilizando el palabro torticero de ‘en nombre del progreso’ para presionarlo. Lo que sigue es en cierto modo previsible. Asistimos a cómo se comporta el mandamás de la multinacional, Robert Kollenz (buen Reinhold Olszewski), tipo hedonista con una amante, Georgette (buena Christiane Martell), deseosa de lujos que ante el regalo por su cumpleaños de un descapótale, le dice que ahora solo le falta el garaje de una buena casa (¿?). Exponiendo en esta relación la superficialidad de los ricachones, en contraste con la vida familiar de los Yáñez, todo muy bucólico en el enfoque, todo muy idealizado. Hay un tramo en que vemos las consecuencias de estar rodeada La Rosa Blanca de campos de petróleo, el chapapote que sueltan las torres que con el viento manchan cual ‘mierda’ los campos de los Yáñez, ello en clara alusión ecológica a los daños de estas extracciones, aunque anteriormente Jacinto nos había dicho que su familia había talado la selva para poder plantar.

El siguiente paso de la Condor y Kollenz es traspasar cualquier línea moral contratando a un sicario para que engañe a Jacinto para que firme la venta y si no pues habrá que ‘eliminarlo’ de la ecuación, para lo que el sicario Abner (buen John Kelly). Este pergeña un plan malévolo para intentar hacer que Jacinto vaya con él a Los ángeles, aprovechándose de la bondad del campesino, lo cual resulta más cruento.

La puesta en escena resulta destacable por la excelente cinematografía del gran Gabriel Figueroa (“Los olvidados” o “El Ángel Exterminador”), embelleciendo la finca La Rosa Blanca, sensacional en sus tomas generales, con hermosos contrastes de grises, así como en el tramo final con la llegada del ‘progreso’ (y no hablo más por no spoilear).

La película peca de simplismo en los personajes, o los buenos o los malos, en medio nadie, no hay grises, como tampoco realmente hay dilemas morales, ni dudas, no hay desarrollo de personajes, todos son lo mismo al principio que al final, todo puede llegar a resultar sin complejidades y esto resto, y más con el paternalista viraje del rush final.
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1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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