Criaturas asesinas (1983)

Sorprendente. Cine de género de altura. Optimización al máximo de los pocos recursos que tiene el filme para obtener un producto magnífico. Una especie de percebes alienígenas con un aire a lo "Alien" - pero al rompepechos, no al monstruo crecidito- asaltan una población en un entorno rural y empiezan a devorar, con una maléfica glotonería, a todos los humanos que van encontrado. Cuanto más comen, más crecen. No obstante, la mayor parte de la historia se centra en una vivienda y en la desdichada familia que la habita. Todo ello nos recordará a filmes posteriores como Critters (1986) y su sótano .y al filme español Slugs, muerte viscosa (1988).

El trabajo del director en su único filme es sensacional, emplea de manera magistral la penumbra y las luces de las linternas en el sótano; ese ejercicio de habilidad se puede disfrutar en la construcción de la angustiosa y agobiante secuencia del hijo menor cuando descubre lo que sucede en el sótano, secuencia que va in crescendo, desde ese momento cuando la luz de la linterna ilumina y ves pasar el polvo frente a la misma, a la manera de descubrir al monstruo a partir de las pistas chapoteantes en el agua, y la sangre fría del adolescente cuando ve que es lo que se está comiendo el monstruo. El director mima todos los planos, y los construye de tal manera para ofrecernos el máximo de información en cada secuencia (leer spoiler). Aparte de un buen guión, unas buenas actuaciones y una insuperable dirección, la BSO es otro descubrimiento, cuya obertura en los títulos iniciales está a la altura de los clásicos del género como son las composiciones de Carpenter para sus filmes.

Los efectos especiales, clásicos y no infográficos, son una maravilla. Un gore artesano e imaginativo y unos monstruos de pesadilla, con esa boca plagada de tropecientas filas de dientes y que mutilan y decapitan con una facilidad pasmosa.

Quizás lo único llamativo, por lo obsoleto, es el interior de las viviendas, con esos horrorosos papeles pintados, antiguos incluso para aquellos años, y que impactan en la retina por su aspecto tan kitsch y feista.

Una pequeña joya. Hay que distrutarla. Y el monstruo, con todas sus limitaciones, Es magnífico.

Douglas McKeown dirige y escribe «The deadly spawn» («El engendro mortal») —su única película hasta la fecha—, una película sobre un meteorito que cae a la tierra y que traerá consigo una criatura que le hará la vida imposible a un pequeño pueblo matándolos uno por uno. Entre los protagonistas tenemos a Charles George Hildebrandt en su único papel y que interpreta a Charles; o a James L. Brewster conocido por «Maniac» (1980) o «Leap» (2016) que interpreta a Sam.

Se trata de una película de terror de las de serie b de toda la vida sin más atractivo que ver a la criatura comiéndose las cabezas y arrancando trocitos de piel. Durante los primeros cuarenta minutos no pasa nada de nada pero da igual, yo estaba entretenido pero justo cuando dije: pero si no pasa nada; ya empezaron a pasar cosas. Y al final no queda un producto tan malo como esperaba.

Los actores están bien y como ya dije lo que más llama la atención es la criatura y sus «hijos» que la verdad algunas escenas eran bastante inquietantes como cuando están las mujeres en la sala y se lía parda.

Curiosidades: aparentemente en algunos sitios se llamó «Return of the aliens: the deadly spawn» o «The return of the alien's deadly» para así aprovecharse de la fama de la saga Alien de Scott. Yo la verdad que más parecidos le vi con «Slither» esa de Nathan Fillion que yo había leído que era una nueva versión de otra pero que no es así es simplemente que se parece a «Night of the creeps».

No tiene ni metascore ni tomatá pero en este último sitio tiene una crítica poco favorable que dice que aun siendo serie b es demasiado lenta y hace extremadamente poco con un concepto prometedor. Pues más o menos lo que yo decía, que durante cuarenta minutos pasa poquísimo pero luego se acelera bastante y es cuando se lucha entre los jóvenes y el monstruo para dar paso a ese final «de maqueta».