Besar el cielo (1998)

Me consta que la película en cuestión no fue mal recibida en su país de origen, y tal vez sea porque genera cierta empatía con respecto al conflicto de sus protagonistas. No creo que sea tanto por su nivel de vida, ya que desde el principio nos los presentan como triunfadores sin problemas de solvencia, sino con la inesquivable reflexión en torno al carácter desapacible de sus expectativas con respecto a la vida. No en vano, se encuentra en una época donde predominan cintas sobre la reconquista del devenir, como Fight Club o American Beauty, solo que esta prefiere mantener los pies en el suelo con respecto a la manera de explotar los cauces de la racionalidad humana.

Petersen siempre acostumbra a hacer roles un tanto intensos, con esas expresiones faciales que rozan la caricatura, pero que consiguen inyectar cierto aire de mundanal teatralidad a sus personajes. Aquí arrastra un pasado con problemas mentales, fruto de lo que se conoce en la jerga laboral como 'burnout', o tal vez una depresión debida al desencanto de tenerlo todo y sin embargo no tenerse a si mismo. Su labor interpretativa es lo que consigue que no caiga en el histrión del burgués atolondrado por su condición de individuo.

El erotismo de la cinta es algo televisivo, y probablemente destaque más por su preciosa fotografía y su excelente banda sonora. Sin embargo, el tono filosófico de la propuesta, que se debate entre las influencias del budismo en el existencialismo alemán, es lo que consigue construir un sentido dentro de una película bastante humilde, que pierde menos tiempo en querer hacer interesante lo que sin duda ya lo es.

Pues lo digo: me la encontré en su tercio final. No les engaño en lo que me baso en la crítica. Y la completé porque la Charbonneau es una debilidad para mí.
La dirección inexistente. Los diálogos ridículos. En la parte que ví, poco morbo. Es posible que el trío se presente antes con bonitos planos, pero no lo creo.
Ver a unos tíos carroza ya frisando los cuarenta y llenos de escrúpulos y remordimientos hacer filosofía sobre la vida natural y la bondad de emparejarse con una sola mujer raya en lo ridículo. Hay que tener mucho talento para hacerlo creíble. Si nos hubieran puesto a tres jovencitos más espontáneos hubiera tenido un pasar.
La parte que ví a la Charbonneau, deliciosa. Pero no me creo a una mujer tradicional tan permisiva que permita a su marido ciertas cosas. Esto son enredos de gente moderna con menos prejuicios.
En fin, alguien ha de contarles esto y avisarles.