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Las minas del rey Salomón (1950)

Las minas del rey Salomón
102 min.
6.7
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Sinopsis
El marido de Elizabeth Curtis ha desaparecido en algún lugar de África mientras intentaba encontrar las minas de diamantes del rey Salomón. Para encontrarlo, Elizabeth contrata al aventurero y explorador Alan Quartermaine y le ofrece una recompensa de 5.000 libras. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Romance Acción África Caza Animales Siglo XIX
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
King Solomon's Mines
Duración
102 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de H. Rider Haggard
Links
Premios
1950: 2 Oscars: Mejor fotografía color, montaje. 3 nom., incluyendo mejor película.
1950: Globos de Oro: Mejor fotografía color
7
Esto sí es cine para todos los públicos
No cabe duda que para los que hemos crecido en nuestra infancia leyendo los libros de Haggard, Verne, Burroughs o Salgari entre otros "Las minas del rey Salomón" es una de nuestras historias favoritas.
Esta versión cinematográfica que paso a comentar se trata de la mejor versión que se ha rodado sobre el libro con diferencia ya que el resto son incluso olvidables.

Y es que la gracia de esta película es su sello, esas grandes películas de estudio que los aficionados al cine encontramos deliciosas pero que en la actualidad apenas existen entre el cine de autor y las superproducciones para adolescentes.
Porque como digo si alguien es el verdadero responsable del film es Sam Zimbalist, uno de los grandes - produjo películas como "Mogambo" o "Quo Vadis- de una de las épocas más importante del celuloide y que murió en Roma mientras producía "Ben-Hur".

En una película como esta donde quién manda es el productor es normal encontrar un director - en este caso directores- casi desconocidos y meramente testimoniales, se trata de un par de "funcionarios del cine" como Compton Bennet y Andrew Marton, este último sobre todo conocido por ser uno de los directores de "El día más largo" a cargo de otro productor estrella como Zanuck.
Los actores más que correctos, Deborah Kerr, a la que personalmente no es santo de mi devoción demuestra que está muy bien (a veces), y a partir de ese momento se convertiría en una gran estrella encadenando éxito tras éxito.

Pero sin lugar a dudas el que está magnífico es Stewart Granger un actor británico con una clase enorme que le viene pintado el papel de Quatermain, y que a raíz de esta cinta, igual que su compañera de reparto entraría en su época de máxima cotización con cintas como "El prisionero de Zenda", "Scaramouche" o "Salomé" entre otras.

Y aunque la historia de Haggard no está aprovechada del todo, ya que el guión de Helen Deutsch, es bastante flojito, también es cierto que con poca cosa nos transmite emoción y aventura.
No olvidarme de la magnífica fotografía de Robert Surtees, habitual en las cintas de Zimbalist, que está a la altura del tema y de un continente de la belleza de África.
Además tiene uno de los montajes más modernos para su tiempo, con secuencias muy clásicas con otras de un ritmo frenético.

Esperemos que salga en breve una edición en dvd (imperdonable que no exista) remasterizada y que se pueda disfrutar como merece para poder escuchar esos rugidos de las fieras, cánticos tribales y por su puesto esos tambores que son un magnífico cierre a la película.
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34 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El rey de África
Entre el respeto y el asombro, la pasión y la admiración, la película destila el espíritu africano del personaje protagonista, Allan Quatermain. Repleta de transparencias de la sabana africana y de insertos que, a todas “luces”, delatan su procedencia aparte de la filmación narrativa, King Solomon's Mines convierte estas deficiencias en virtudes gracias a sus espléndidos diálogos, su hábil montaje y la fuerza de su sencillo argumento. La banda musical se nutre en exclusiva de coros africanos, los personajes negros denotan personalidad (no como los populares negros de la serie de Tarzán de la Metro en los treinta, cuyos guiones les deparaban siempre morir en fauces de bestias o caer despeñados por tremendos precipicios), y los exploradores blancos son seres indefensos en la inmensidad africana, incluido el gran cazador Quatermain.

Dos escenas resumen hermosamente la actitud del filme...
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27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
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