Avión presidencial (1997)

Si, señores, estamos ante otra obra maestra del humor "made in hollywood". Esta película debería haberse titulado "AFO: Harrison eres Dios". Porque si uds lo dudaban en esta pequeña frase que encierra todo un mundo se encuentra el leit-motiv del film. Desde el primer título de crédito hasta el último plano, es lo que escuchamos constantemente salir de la boca de los personajes que se dirigen al bueno de Harrison, aquí encarnando al presidente de EEUU, o lo que es lo mismo hoy en día: presidente del mundo entero y universo conocido. Dos horas de loa ininterrumpida, salvo por los segundos que la lógica babilla inundan la boca de los intérpretes tras la pertinente sesión de peloteo.
Es digno de mencionar también el encomiable trabajo mostrado por los guionistas a la hora de ahorrarnos molestos personajes que no harían mas que enturbiar la trama. Asi, el personaje de Harrison es el resultado de una amalgama de roles que en una película con un protagonista de menor talento se vería obligado a delegar en otros actores. Pero con H.F. eso no es necesario. ¿Qué hace falta un presidente? Ya tenemos a Harrison. ¿Qué lo que nos hace falta es un soldado especializado en incursiones sorpresa al territorio enemigo? Harrison es la respuesta. ¿Qué la trama nos lleva a que necesitemos un piloto de aviones para las últimas escenas? Pues otra vez Harrison, claro. Y uno, llegado a este punto, se preguntará: ¿Y no podían hacerlos guionistas la película sólo con Harrison y asi ahorrar a los productores un montón de dinero malgastado en actorcillos secundarios? La respuesta fue si, podríamos hacerla, pero...¿entonces quien le haría la pelota al personaje de Ford? Punto clave del film y único, que da sentido a toda la película.

A la espera de Indy IV: ¿realmente a alguien le interesa ya verla? , esperemos que se ruede una secuela de AFO, en la que vemos como Ford es capaz de reconstruir el avión presidencial con unos alicates y cinta adhesiva, a la vez que resuelve, sin pestañear, el conflicto de Oriente Medio y manda el primer mono al planeta Marte.
Si, me encanta el cine casposo, qué pasa.

Muy infravalorada en las votaciones, probablemente por su alto contenido patriótico y su historia algo increible. Pero si obviamos eso y la vemos sin tomárnosla demasiado en serio resulta ser una película que te mantiene en vilo las dos horas que dura, pegado al sillón para ver como va a salir nuestro héroe del problema. Un ritmo frenético para una peli, que si bien no es una maravilla cumple a la perfección el objetivo para el que fue realizada.