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Padre nuestro (1985)

Padre nuestro
103 min.
6.2
714
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Un Cardenal español (Fernando Rey) decide abandonar Roma y regresar a España porque le queda poco tiempo de vida, pero también porque desea saber qué ha sido de su hija y de su nieta. Su llegada causa impresiones diversas entre los vecinos e incluso entre sus familiares. Su obsesión es dejarlo todo bien atado antes de morir: lo que verdaderamente le preocupa es no haber podido reconocer legalmente a su hija; para remediarlo lo único que se le ocurre es pedirle a su hermano que se case con ella. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Familia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Padre nuestro
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1985: Festival de Montreal: Mejor película
10
Los asuntos del Cardenal
Película árida, como el paisaje castellano que muestra; pero tan rica como ese vino que se disputa hasta el mismísimo Vaticano. Esta película la firmaría con agrado D. Luis Buñuel, pues tiene esa socarronería y herejía tan presente en sus películas. La historia es la de un cardenal (F. Rey) que viene a poner orden en ese pasado del que huyo para refugiarse en los cómodos muros del Vaticano, entre otras cosas, una hija (puta) tenida con la criada antes de partir.
El desarrollo de la historia es maravilloso. Por momentos, pareces que estás asistiendo a un mundo ya en descomposición, pero tan racial como esa seca tierra a la que se agarran. Toda la película está llena de momentos memorables, expuestos con gramática parda: el bautizo en el lupanar de Victoria Abril (una soberbia y magnifica herejía); la llegada al pueblo en un helicóptero de F. Rey, casi como si fuera una anunciación; y la cómica e irónica producción de la “sangre de Cristo”, el exquisito vino con el que consagran todas las iglesias europeas y que al final es un asalto en toda regla a la fortuna de esta familia y al futuro del pueblo.
Punto y aparte es el reparto, comenzando por los secundarios. Está la grandiosa Amalia de la Torre, como esa matriarca devota y despótica del clan; también, Rafaela Aparicio, haciendo de sempiterna criada, pero en un papel mucho más jugoso que los habituales y que nos muestra lo grandísima que fue; también Emma Penella, como esa criada que tenían todos los señoritos y que terminaba por criar bastardos, llena aquí de una humildad que raya la sumisión; pero podíamos seguir así, pues cada uno de los que aparece (magistral Lina Canalejas como dueña de la casa de putas, o Luis Barbero, como experto vinícola que abre los ojos al cardenal por la esquilmación que está haciendo el Vaticano).
Pero “Padrenuestro” es Fernando y Paco. Es la última oportunidad que tendremos de verlos juntos. Sus secuencias muestran la altura inalcanzable a la que se manejaban los que quizás fueron los mejores actores españoles de todos los tiempos. Hay una química, una familiaridad que traspasa la pantalla y te dejan con un sabor único, que siempre sabe a poco.
“Padrenuestro” es una de las mejores películas de los años 80 y una obra a recuperar, pese al éxito que tuvo en su momento. Una película que va ganando con el paso de los años hasta ser la oración que tenemos que ver si deseamos ganar el cielo viendo cine.
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35 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Enésima obra curiosa de Regueiro.
Otra singular obra del más que estimable Regueiro, fruto de su admirable colaboración con el crítico de cine Ángel Fernández Santos. Estilísticamente plantea un inteligente cruce entre el cine metafórico de Saura y el surrealismo de Buñuel, pero dada la singularidad del argumento, así como la gran personalidad del equipo técnico-artístico este "Padre nuestro" es un film de personalidad propia.
La historia sería la siguiente: un cardenal (Rey) a quien le han anunciado su próxima muerte viaja desde Roma hasta su pueblo natal a fin de dejar todo en condiciones, pues tuvo allí una hija (Abril), ahora metida a puta, con la criada de su casa (Penella). Allí se encontrará también con su hermano (Rabal), un médico de más bien pocas luces e impotente, y con su despótica y extraña madre (una genial Amelia de la Torre). Con estos elementos, Regueiro hace un inteligente alegato contra la santidad, lo tradicional, a favor de la igualdad moral de la orilla eclesiástica y la del pueblo llano, de la universalidad pecaminosa del individuo simple y llano, sin más rimbombancias. Para ello emplea un humor soterrado, negro y certero, que desnuda a los personajes y al drama íntimo de cada uno de ellos, logrando su enésima obra curiosa y otra notable película dónde sin ofender abiertamente a nadie, solo sugiriendo y señalando, se logra ofender más que disparando.
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18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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