- Sinopsis
- Sátira acerca de la fiebre consumista. En un pueblecito de Arkansas vive Rosalie (Sägebrecht), una mujer alemana, casada con un norteamericano (Brad Davis) y madre de familia numerosa. Rosalie vive obsesionada con comprar y mantener un nivel de vida, que en realidad no puede pagar. El dinero no es problema, siempre que pueda seguir utilizando las tarjetas de crédito y los cheques, aunque no tengan fondos. La cuestión es hacerse, del modo que sea, con la siguiente compra. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1988 / Alemania del Oeste (RFA)
- Título original:
- Rosalie Goes Shopping
- Duración
- 94 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
Premios
1989: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
A Marianne le gusta el dinero
2 de julio de 2007
El consumo compulsivo que realiza la matriarca de una numerosa y descerebrada familia es contado a la particular manera de Adlon, pero esta vez el encanto le falla tanto a él como a la Sägebrecht, por quien no se siente la misma simpatía que en otras ocasiones.
Como ejercicio satírico es poco penetrante, la faceta cómica provoca risa sólo de forma aislada y en general no convence, con el agravante de que todo el tramo final es poco menos que increíble.
De la multitud de hijos no se saca apenas partido y quedan desdibujados, en tanto los mejores personajes son el marido apasionado por su avioneta fumigadora (Brad Davis) que incluso disfruta oyendo en casa la grabación del sonido que ésta hace y el cura (Judge Reinhold) escuchando con estupor las tropelías que le confiesa Rosalie y desconcertado sin saber a ciencia cierta si son o no pecado, pero por lo demás el conjunto de la obra es más bien flojo.
Como ejercicio satírico es poco penetrante, la faceta cómica provoca risa sólo de forma aislada y en general no convence, con el agravante de que todo el tramo final es poco menos que increíble.
De la multitud de hijos no se saca apenas partido y quedan desdibujados, en tanto los mejores personajes son el marido apasionado por su avioneta fumigadora (Brad Davis) que incluso disfruta oyendo en casa la grabación del sonido que ésta hace y el cura (Judge Reinhold) escuchando con estupor las tropelías que le confiesa Rosalie y desconcertado sin saber a ciencia cierta si son o no pecado, pero por lo demás el conjunto de la obra es más bien flojo.
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