arrow

El ídolo de barro (1949)

El ídolo de barro
99 min.
7.3
2,336
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Trailer (INGLÉS)
Ver 3 más
Sinopsis
Midge Kelly y su hermano se dirigen a California. En la carretera, los recoge el boxeador Johnny Dunne que va a pelear en Kansas acompañado de su novia Grace, que les invita a presenciar el combate. Allí Midge llama la atención del mánager Tommy Haley, que presiente que tiene talento y le hace una oferta, pero Midge la rechaza. Los dos hermanos encuentran trabajo en un café regentado por Lew Bryce y su hija Emma. Cuando Midge y la chica se hacen novios, el padre de ella los obliga a casarse. Después de la boda, Midge recurre a Haley y llega a ser un aceptable boxeador, aunque excesivamente violento. Finalmente, decide abandonar a su mánager y empieza a pelear para unos gánsters. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine negro Deporte Boxeo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Champion
Duración
99 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1949: Oscar: Mejor montaje. 6 nominaciones
1949: Globos de Oro: Mejor fotografía (B/N). 2 nominaciones
1949: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director
1949: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión drama
8
Excelente relato de ambiciones desmesuradas, degradación moral y autodestrucción
Producida por Stanley Kramer, fue dirigida por Max Robson, al que consagró como director de éxito. Se basa en un antiguo relato breve de Ring Lardner. Nominada a 6 Oscar, ganó uno (montaje). También ganó un Globo de oro (fotografía). Se estrenó el 9-IV-1949.

La acción tiene lugar en diversas ciudades de EEUU (Kansas City, LA, NYC, Chicago, etc.) en 1947/48. Narra la historia de Midge Kelly (Kirk Douglas) y de su hermano Connie (Arthur Kennedy), de ascendencia irlandesa, que se dirigen a California a pie. En la carretera les recoge el boxeador Johnny Dunne (John Dahein), que viaja en coche acompañado de su novia, Grace Diamond (Marilyn Maxwell). Dada su precariedad de medios, Johnny aconseja a Midge que se dedique al boxeo. Con la ayuda del entrenador Tommy Haley (Paul Stewart) aprende la técnica del deporte e inicia una carrera de victorias. Éstos desencadenan en él una furia de pasiones, que le convierten en un ídolo de barro.

La película trata de la ambición sin límites, ciega y sin escrúpulos, dispuesta a destruir a todos los que dificultan sus aspiraciones o suponen una amenaza para su culminación. El protagonista abandona a su esposa Emma (Ruth Roman) el mismo día de la boda, despide al entrenador que le sacó del arroyo, prescinde del hermano que le ha acompañado y servido siempre, por dinero y fama se pone al servicios de los círculos mafiosos, deja de visitar a la madre, se relaciona con mujeres adineradas rubias, las maneja a su capricho, las extorsiona con crueldad y las olvida cuando le conviene. Al servicio del dinero, la fama, el éxito y los aplausos, sacrifica honestidad, lealtad e integridad. Su ambición insaciable y obsesiva le aboca a un proceso vertiginoso de degradación ética, que le sumerge en un infierno de iniquidad, angustia y rabia. Metido en un camino de autodestrucción, la cámara muestra en su rostro el vacío espiritual y la crueldad que anidan en él.

La música, de Dimitri Tiomkin, combina la solemnidad de composiciones orquestales con emotivos solos de piano y de cuerdas (guitarras). La fotografia, de Franz Planer ("Vacaciones en Roma", 1953), describe con habilidad los ambientes lóbregos del submundo del boxeo y acentúa con sus combinaciones de luces y sombras intensas el alcance extremo de las ambiciones de Midge. Los combates se visualizan mediante planos cortos que incrementan la percepción de su dureza inhumana. El guión, del gran Carl Foreman ("Solo ante el peligro", 1952), narra la historia en flashback y la dota de un crescendo dramático magistral, que culmina en una escena larga y de suma tensión. La interpretación sobresaliente de Douglas le consagró como estrella. La dirección crea una obra excelente, de singular intensidad humana.

La película se convirtió en referente de las películas posteriores de boxeo, desde "Más dura será la caída" (1950), del mismo Max Robson, hasta "Million Dollar Baby" (2004), de Eastwood, sin dejar "Rocky" (1976) y otras.
[Leer más +]
38 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"El hombre lucha contra el hombre. En esta vida, si no tienes dinero, no eres nadie"
Cada vez que Midge Kelly se castiga el cuerpo en miles de horas de entrenamiento hasta el límite, ve el rostro de su padre.
Cada vez que lanza golpes como trallazos contra el cuerpo de sus contrincantes en el ring, evoca el instante en que, cuando tenía cuatro años, su padre se marchó de casa para no regresar.
Cada vez que machaca con el derechazo definitivo, cada vez que el árbitro declara derrotado al oponente, cada vez que le llueve el dinero a espuertas por cada combate ganado, cada vez que asciende de puesto en el ránking mundial de los pesos medios, no puede pensar en otra cosa que en el orfanato al que su madre se vio obligada a enviarlos a su hermano discapacitado y a él, porque la pobreza se los comía.
Cada vez que oye el rugido de la multitud aclamándole, imagina con malsana fiereza los laureles de un éxito vestido de oro, pero sin percibir que el éxito está fabricado de barro y de polvo; que coloca a sus pies una alfombra roja tan embriagadora como el opio.
Cada vez que destroza sin piedad y siente el crujido de los huesos, oye la voz de su madre agradecida por haberla sacado de su sórdida miseria.
Cuando Midge Kelly boxea, no solamente pelea contra unos simples hombres de carne y hueso. Pelea contra los fantasmas y los demonios que le han hecho desgraciado en su perra vida.
Cuando abandona a la inocente y enamorada chica con la que un padre severo y guardián de las apariencias le ha obligado a casarse, huye de todas las cadenas y de los lastres que se interponen en su camino hacia el estrellato.
Cuando posa sus ojos en mujeres codiciosas o prohibidas, no es el amor lo que le impulsa, porque tal vez su corazón esté muerto para casi todo lo que no sea perseguir su sueño infernal. Cuando flirtea con esas mujeres, está aspirando a jugar y a poseer los corazones de femmes fatales que seguramente nunca se habrían fijado en el anónimo pobretón muerto de hambre que él era antes. Mujeres trepas que, al igual que él, se mueven por el olor del dinero, dignos iconos de esa faceta de cine negro que salpica esta película.
Mark Robson adaptó un cuento corto de Ring Lardner y llevó al cine toda una alegoría acerca de las ambiciones alimentadas por los traumas de la infancia, y el paralelismo entre el boxeo y el desahogo de todos los fracasos y frustraciones personales. Como en "Million Dollar Baby", el boxeo probablemente sea lo de menos.
Pero también representa un ascenso vertiginoso en el que el alma y los escrúpulos se van vendiendo dólar a dólar al vacío de un trono de humo.
[Leer más +]
30 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre El ídolo de barro
Fichas más visitadas