La bienamada (1951)

En realidad y lo aclaran de entra la historia no es de amor, sino sobre la vida de un maestro.
De las películas que peor han envejecido de Emilio Fernández, esa visión muy de los 40s y 50s del estado como ente superador casi divino, bueno el sucesor de la iglesia nada menor como la forma de organizar a la sociedad, y sus formadores, políticos, policías, médicos, y maestros debían honrar con su vida tan dignas taras, ser casi mártires según la visión de Emilio Fernández, en varias de sus películas recalcó la importancia y de quienes la impartían, la más famosa de todas Río Escondido. Bueno acá un maestro ejemplar, Fernádez os recalca a cada rato eso, se está por casar con una obrera textil y bueno después de dicha boda empezarán las desgracias. La cuestión es que manejan muy mal los conflictos, a mí me hubiera gustado que se centrara en la historia de amor, Roberto Cañero y Columba Domínguez tenían mucha química, daba dulzura verlos juntos, pero acá la desaprovechan para centrarse en el conflicto interior y luego en toda la degradación moral de la que es capaz Cañero por salvar la vida de su esposa, pero irónicamente a ella cada vez le dan menos importancia en la trama, la van olvidando, y pasa a u completo segundo y hasta tercer plano.
Lo peor es que todo lo que tiene que ver con el desempeño del protagonista como maestro está narrado de forma cursi y solemne que es lo peor que tenia el cine de Fernández, encima rancio, ha envejecido tan mal sobre todo el como más que lo que cuenta que sigue hoy en día siendo un delito.
La película mejora cuando los personajes no hablan, tiene escenas bellísimas que la fotografía de Figueroa las vuelven todavía mejores, el director habría sido mucho mejor si hubiera desarrollado su carrera en el cine mudo. Aunque con todo hay que reconocer los pequeños toques coloquiales que da tanto con los alumnos, como con las compañeras de trabajo de Columba Domínguez y las vecinas del edificio. Ojalá hubiera usado el mismo en toda la historia.