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The Sinister Urge (1960)

The Sinister Urge
71 min.
3.1
78
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Sinopsis
Una mafiosa produce films X pagados por gángsters. Estos largometrajes son, por ejemplo, chicas desnudas sonriendo estáticas, o doncellas recibiendo latigazos de un mexicano semidesnudo con un mostacho gigante y una sonrisa siniestra. Los agentes de la ley tratan de terminar con esta red de pornografía, porque pervierte a los adolescentes: un joven psychokiller persigue a las chicas en los parques para violarlas y mutilarlas. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Crimen Serie B
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Sinister Urge (The Young and the Immoral) (Hellborn)
Duración
71 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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2
Los años sórdidos (o El canto del cisne del iconoclasta sin talento)
El cine ya no es lo que era. Antes se realizaban grandes películas y ahora todo vale con tal de provocar al público, ¡qué impudicia e indignación!
El declive del cine clásico es el paso a que las tendencias más liberales y explícitas hayan ganado terreno. Años que representan la muerte del 7.º Arte...

Algo similar parece estar queriendo decir el personaje de John Ryde durante su amargo discurso en esta película, la última del desafortunado Ed Wood, aunque para muchos esa sigue siendo sin duda "Plan 9". Amarga es la sensación que deja en todo aquel que se aventure a verla, tanto por lo que cuenta como por el modo en que se ejecuta en pantalla; en realidad este fue otro de esos proyectos típicos que paraba y retomaba con el tiempo. La falta de fondos y confianza de George Weiss detuvo su historia de violencia juvenil "Hellborn" a mitad de los '50, y algunas escenas quedaron dentro de un rollo de película.
Más tarde el productor Roy Reid le contrataría y un nuevo guión fue creado, pero aprovechando parte de lo rodado (también típico de él); estamos ante otro gran caso de que trabajar bajo presión no le era muy favorable, y menos cuando su consumo de alcohol y su pesimismo empezaban a aumentar. La secuencia que abre "Sinister Urge" es de un mal gusto subido y ejemplo de a qué terrenos sórdidos se iba abriendo la "exploitation": una jovencita en ropa interior huye desesperada de un maníaco entre bosques y caminos, quien termina encontrándola y asesinándola.

Quedando el cuerpo a orillas de un río, Wood, sin comerlo ni beberlo, se adelantó tres décadas al crimen que dejaría a Laura Palmer en una situación similar; también se deja sentir el impacto que han generado "Peeping Tom" y "Psicosis", estrenadas meses antes. El rostro desencajado en primer plano de (la horrorosa actriz) Betty Boatner recuerda al de Janet Leigh y se abrazan sin concesiones toda suerte de géneros y variantes. Para empezar el policíaco, pues dos agentes se meten a enredar rápidamente: el teniente Carson (la leyenda Kenneth Duncan) y el sargento Stone (Duke Moore).
Pero como esto está escrito a la manera incoherente de Wood no les veremos hacer casi nada salvo conversar en la comisaría sobre el caso, que viene a ser parte de una cadena de crímenes relacionados con un negocio turbulento de pornografía; lo único que hacen los policías, enteramente sacados de los conservadores seriales de la época al estilo "Dragnet", es una redada a un estudio de fotografía con bellas señoritas en traje de baño, algo no muy sórdido, aunque sí moralmente reprochable. Y dicho negocio, con el poco metraje que hay, se revela a no mucho tardar en nuestra cara, incluso la misma villana, de la que sospecha la pareja de agentes.

Wood está dispuesto no sólo a atacar a tan repugnante negocio de forma general, sino personal, ya que la manera de ser y el estilo extravagante de la bailarina Jean Fontaine en la piel de la terrible pornógrafa Gloria Henderson recuerda a la pionera de las películas con desnudos explícitos Doris Wishman, que precisamente empezaba su carrera en ese momento. Dejando al margen todo lo relacionado con la técnica, la interpretación y la historia en sí, que brillan por su ausencia, es realmente interesante la mirada descarnada que proyecta el director sobre el mundo del celuloide de la época.
Mientras las jovencitas sin oficio ni beneficio luchan sin éxito por convertirse en estrellas de cine, siniestros seres del inframundo se aprovechan para explotarlas en humillantes producciones pornográficas. En boca de Gloria se resalta el feroz ataque hacia la pérdida de gusto del público por el buen cine, e incluso Wood presenta un doble poco disimulado en Ryde con el rostro de Carl Anthony, quien se lamenta de su situación actual como colaborador de esa chiflada cuando poco antes era un gran director (bueno, eso es lo que Wood creía ser, supongo).

Pero estas ideas tan provocativas y ambiciosas, donde se denuncia la distribución pornográfica entre menores de edad y la situación de las pobres chicas que creyendo estar en Hollywood se prestaban a hacer aquellas películas, hasta un atisbo de "snuff movie" (¡en 1.960, señores!), se desarrollan en pantalla del peor modo concebible. Por falta de presupuesto, de tiempo, de metraje...y, en general, de talento, porque tener poco dinero no es excusa para, a la fuerza, dirigir y escribir tan mal. El sr. Wood lo consigue, todo aquí es inconexo e incomprensible hasta decir basta.
No se entienden las acciones del maníaco psicótico que trabaja para Gloria; no se entiende por qué, siendo una empresaria que tanto valora su negocio, manda asesinar a diestro y siniestro a toda chica que trabaje para ella; ni tampoco que los dos policías parezcan los protagonistas y de repente sea Ryde quien acapare la atención, y luego sea el mencionado maníaco; ni la partipación innecesaria de ese agente travestido (Wood y sus referencias personales...), ni mucho menos se entiende lo poco que casan las escenas pregrabadas de "Hellborn" en todo este lío medio "slasher", medio "thriller", medio drama.

Pero aún menos que Carson y Stone compartan información de los crímenes con todo aquel que pase por el despacho como si estuviera en su casa. Los terribles diálogos, la mezcla indigna de conceptos y la falta de ritmo y sentido común generalizada echan por tierra lo que en manos de un Don Siegel, un Jacques Tourneur o un Terence Fisher, por ejemplo, habría sido un "thriller" de suspense entretenido y audaz.
El clímax, que con ese juego de engaños en la oscuridad remite totalmente a Hitchcock, se estrella con la típica serie de gilipolleces que Wood añadía al final de todas sus obras, haciéndolas naufragar por completo, y el de la presente no es excepción (ojo a la campanada que da el discurso moralista de vena televisiva del teniente). Este es ni más ni menos el "grand finale" que merecía un director de su talla...
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2
el peor director más exitoso de la historia cinematográfica
Fue un exitoso peor director, dado que tuvo su propia biopic interpretada y dirigida por un actor y un director ambos de primer nivel, sus películas se siguen viendo hasta el día de hoy, pasados más de 50 años de su estreno, figura en Google con abundante info y con varios videos en Youtube. Yo acabo de ver Plan 9 del espacio exterior y algunos fragmentos de Glen o Glenda y La novia del monstruo. Y para el que insista con que es el peor, le recomiendo muchas películas de mi país Argentina, al lado de las cuales las de Ed Wood ganan el Oscar. Además, tiene un mérito propio, el espectador en algunos casos se ríe de la película y no con la película, con lo cual ha creado un subgénero, el de transformismo de género, de terror, vampirismo, ciencia ficción, pasaron a ser según la óptica de quien las mire, películas cómicas.
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6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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