Con el diablo adentro (2012)

Efectivamente, no es una gran película. Yo incluso diría que es malilla. O mediocre. En parte, porque no nos cuenta nada que no nos hayan contado ya una y cien mil veces en materia de exorcismos, posesiones, demonios y demás. Y en parte, también, porque su guión es flojillo y su verosimilitud (tratándose de un falso documental), más que discutible. Pero eso no quita que “Devil inside” te mantenga tensionado de la mitad de su metraje hasta el final y que las escenas protagonizadas por las dos o tres mujeres poseídas y el cura endemoniado resulten realmente espeluznantes. Y ahí quería llegar yo: “Devil inside” es más de lo mismo, sí, pero cumple su objetivo. Un objetivo que consiste en dar carnaza a los amantes de este tipo de pelis (entre los que me incluyo) y que —si no nos ponemos tiquismiquis— tampoco creo yo que sea, precisamente, para rasgarse las vestiduras. Entre otras cosas, porque los adeptos al cine de exorcismos, posesiones y demás normalmente ya sabemos a lo que vamos cuando nos disponemos a ver una de éstas. Y eso significa, impepinablemente, que ya sabemos que sus responsables intentarán acojonarnos con toda la liturgia y parafernalia vaticana habida y por haber y que —por mucho que nos joda— todo quedará, al final, en un simple y patético “deja vu” de “El exorcista”. Pero, bueno, si alguna secuencia consigue que hundas las uñas en la butaca o que resoples como un caballo percherón mejor será que una patada en los cojones, ¿no?

Cinco satánicas estrellitas, pues, para un modesto subproducto que nada aporta al género y que hasta puede llegar a ruborizar en algunos momentos pero que, aún así, alcanza ciertas cotas de tensión a lo “REC” o “The Blair Witch Project” y que, por consiguiente, merece —cuanto menos— mi absolución. In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, Amén.

[Subnormal: por debajo de lo normal]

[Esta crítica está certificada por un miembro de su satánica antipostólica y miembro de la peña satánica getafense de la virgen invertida]

[El Vaticano tampoco aprueba las críticas sobre películas de exorcismos]

[Cuánto rollo previo, ¿verdad? Como la película…]

La única verdad de “Devil Inside” es que efectivamente hay cientos de cultos y peñas satánicas repartidas en nuestro continente. ¡Más que de fútbol! ¡Y muchas son al mismo tiempo tanto de un equipo de fútbol como de un culto al demonio! No hay mucha diferencia, la verdad…
Y no se piensen que nuestras hijas son góticas. ¡Para nada! Compran en las mejores y más caras tiendas y hacemos la compra en el Corte Inglés… No como ustedes, que van al Metadona a mendigar por una marca blanca…

Vamos a ver y voy a dejarlo claro muy claro para que entiendan la absurdez de este tipo de películas. Los demonios cuando poseen un cuerpo siguen siendo demonios, no gilipollas. Ningún demonio en su sano juicio se dedicaría a matar a gente de una manera tan patética para dar con sus in-santos huesos en una cárcel o psiquiátrico. Los demonios que toman el control completo de humanos lo normal es que sean (o lleguen a ser) jueces, políticos, banqueros, fiscales, agentes de Wall Street y de agencias de calificación para que sean ustedes, inocentes, los que vayan a la cárcel o se queden en la ruina. Los piadosos a la cárcel o a dormir debajo de un puente y los pecadores, asesinos y criminales en completa libertad (bajo nuestras órdenes, claro). ¡Ese es nuestro plan! ¡Dominar (y joder… en ese orden) al mundo!

¡¡JAJAJAJAJAAJAJAJA!! Me desorino. Y con esta película también. ¡Qué mala! Unos frikis se ponen una sotana y hacen un documental en El Vaticano a modo de video diario, plagiando “Trip” de Antena 3 y con cámaras ocultas en todos los sitios menos en su culo (lugar de mayor actividad cerebral en todas sus peripecias). Hacen exorcismos a una contorsionista y, por supuesto, no faltan lentillas y pino-puente en el timo del año. ¡Ya estamos con la titulits! ¡¡No hace falta tener un Máster para hacer un exorcismo!! Simplemente una Gold American Express o similar para que cambie de cuerpo en menos de un ‘santiamén’. Repito: los demonios no son tontos.

¡Qué miedo! Unos grajos pasando en un cielo anocheciendo. ¡Qué miedo! Una monja con lentillas. ¡Qué miedo! ¡Una escuela de exorcistas! ¡Qué miedo! ¡Un demonio saltimbanqui y sin Denzel Washington que lo detenga! ¡Qué miedo!
Saber que te has gastado dinero para ver esta película… ¡sí que da miedo!