La intrusa (1929)

Marion Donnell trabaja como secretaria del abogado Hector Ferguson… y para su sorpresa, éste la respalda incondicionalmente cuando ella le confiesa que planea casarse con John Merrick, un muchacho de la alta sociedad. Pero con lo que Marion no cuenta es con la oposición del padre de Jack quien considera que no es Marion sino otra mujer de su nivel, Catherine “Flip” Carson, la que debe contraer nupcias con su hijo. Así que matrimonio hecho, matrimonio deshecho… y pronto Marion se enterará por la prensa del nuevo lazo contraído por el hombre que ama. Solo que ella tiene ahora un hijo de Jack.

“LA INTRUSA” fue el primer filme sonoro y a la vez el primer gran éxito de taquilla que realizara el director inglés Edmund Goulding, a quien ya los críticos reconocían sobre todo por “Love”, la versión que, con Greta Garbo, hiciera del libro de León Tolstói “Anna Karenina”. Y al lograr Gloria Swanson (la estrella de su nuevo filme) una nominación al Oscar, el éxito enseguida aumentó.

Estamos ante una obra que se resiste un tanto al nuevo recurso sonoro, pues todavía se sirve de varios “intertítulos” y la cámara es notablemente estática, pero tiene una muy buena historia en la que nos encontraremos con unos magníficos personajes que son verdadero ejemplo de compromiso, generosidad y desprendimiento.

Lo que hará el abogado Ferguson por Marion, la secretaria a la que ama en silencio por ser él mismo un hombre casado. Lo que querrá hacer “Flip” por Jack cuando siente que ya ella no es la que era antes. Y lo que decidirá con su vida Marion, permitiéndonos entender la inmensidad de su amor, son ejemplos de grandeza humana que nos llevan a sentir lo maravillosa que, de cuando en cuando, consigue ser la humanidad.

Goulding nos ha dado un filme con sentido y de notable valor en lo sociológico y en lo moral –lo recomiendo a las academias de humanidades- y aunque no tiene el brillo, ni la cuidada puesta en escena, ni las notables interpretaciones que sí tiene la nueva versión de esta historia que, protagonizada por Bette Davis y con el título “That certain woman”, realizara ocho años después el mismo director, “LA INTRUSA” logra un nivel bastante satisfactorio… y además deja muy bien plantada -para la difícil época de entonces ¡y aún ahora!- que la intromisión de los padres en el destino de sus hijos con afanes manipuladores y sin que cuenten para nada sus propios juicios y valores, ha estado siempre en tela de juicio, pues más daño que bien se ha logrado con semejante despropósito.

Con apenas 32 años de edad, era este uno de los últimos resplandores de una legendaria estrella que estaba próxima a conocer el ocaso y que tendría que esperar luego, hasta 1950, para que otro gran director, Billy Wilder, la rescatara de nuevo y le diera la gran ocasión de lucirse en la que, probablemente, fue la mejor película de su vida, “El crepúsculo de los dioses”, una historia que tenía mucho que ver con sus propias experiencias, y por la cual sería nominada por tercera vez al premio Oscar (la otra fue por “Sadie Thompson”).

Como crítica de la sociedad que le tocó vivir, Goulding se solaza mostrando y denunciando el inhumano oportunismo de ciertos medios, pues con ellos sufrió penosos asedios cuando él mismo era un hombre de éxito y llevaba una vida con gustos muy particulares.

Por lograr que nuestra esencia luzca con merecido esplendor, siento que “LA INTRUSA” es un filme humano, quizás demasiado humano.