Misterio en la marisma (1943)

"Misterio en la marisma" es una película interesante por su manera de entrelazar diversos géneros y diversos tonos -desde el documental de naturaleza puro y duro, pues la acción principal se sitúa en el actual Parque Nacional de Doñana, hasta la comedia y el suspense, pasando por el espectáculo flamenco, el drama y hasta el cine de época, de forma secundaria- que sin embargo flaquea por el exceso de diálogos, por unas interpretaciones un tanto acartonadas, y por situar como protagonista a un actor tan sin gracia y plano como Tony D'Algy. Por otro lado, es evidente que la dirección y el guión optan por una perspectiva muy amable, que quita aristas a todo -desde la posible existencia de un fantasma hasta los ladrones que se infiltran en el cortijo del personaje de D'Algy, pasando por los bandidos del siglo XIX- y que resta interés al conjunto. Se pone de manifiesto una concepción fuertemente clasista de la sociedad española, en la que la clase privilegiada se lo pasa bomba entre saraos y cacerías, mientras que una mayoría empobrecida y encanallada da palmas, ríe las gracias, y recoge las migajas. Lo mejor del reparto, una jovencísima y episódica Lola Flores, taconeando, y una no menos joven Conchita Montes, por este orden. En otra época, con otro director, otro guión y otro enfoque, podría haber salido una película mucho más apasionante...

Interesante por dos conceptos fundamentalmente: por la aparición de una joven Conchita Montes, unas de las actrices más bellas e interesantes del cine español, con una presencia en pantalla inimitable, y por el asunto del argumento, ese misterio bordado en fantasía que podría hallarse también en alguna otra película, pienso en "Eloísa está debajo de un almendro" que sigue fielmente las líneas de la comedia de Jardiel Poncela.
Por lo demás, podría subrayarse lo que de reflejo especular de la época pueda tener: "condeses", marqueses, "duqueses" y "baroneses" a punta pala, alguno incluso con monóculo. Se comprende que a cuatro años de acabada la Guerra Civil las cosas fueran así. Interesante también la presencia de Josefina de la Torre cuando se sienta al piano para entonar "bellas romanzas.". Y no es broma.