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Al filo de la navaja (1985)

Al filo de la navaja
93 min.
5.8
48
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Sinopsis
Jason Walk pagó un alto precio por ser un buen chico toda su vida. Ello le costó su carrera y un cambio en su vida que le dejó conduciendo un taxi en Los Angeles como tapadera de su verdadero trabajo de corredor de apuestas para un gángster local. Por su parte la vida le iba bien a Cristina Holloway, una joven con una bonita casa, un marido fiel y un hijo adorable en una vida feliz y segura. Pero un día la banda de Bruster mató a su marido y a su hijo. De esta forma fue como supo que su marido había sido un criminal. Buscando venganza, un día Cristina alquiló el taxi de Jason. El no sabía que ella estaba liquidando la banda de Bruster en cada en cada parada que hacían; es más, él no quería saber nada o sentirse implicado. (FILMAFFINITY)
Género
Acción Thriller Crimen Mafia Venganza
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Walking the Edge
Duración
93 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
6
"Aquí se juega sangre contra sangre...¡a lo grande!"
Esta buena cita de Russ Courtney define a la perfección la esencia de esta película, sin trampas ni cartón.
Caminamos junto a Jason, por los lugares más decadentes y repulsivos de una ciudad hundida por su propia miseria, caminamos y encontramos la basura humana de la peor calaña, nos ponemos en peligro, caminamos al filo de la navaja...

Esto es viajar a mis años de directa posadolescencia, cuando había tenido la dicha de conocer a Tarantino y su particular cine; llega como un planeta extraño "Jackie Brown", que nada se relacionaba con anteriores y posteriores obras vistas. En ella aparecen dos actores con mucha carrera a sus espaldas, rescatados de la oscuridad: Pam Grier y Robert Forster, con carisma suficiente como para caer rendido ante sus pies. Huelga decir que no tardé en investigar el pasado de ambos, y así fue como me introduje en el cine "exploitation", "grindhouse", de serie "B" (o como se le quiera llamar) de los '70 y los '80.
Una de aquellas películas tenía al actor de protagonista, una joyita de mitad de los '80 realizada por el actor y director de corta carrera Norbert Meisel, hija de su tiempo y carne de mugrientos videoclubs. Pero la pareja principal es un perfecto reclamo para acercarse: un Forster que poco antes ya había aparecido en dos títulos muy entrañables, "La Bestia bajo el Asfalto" y la ultraviolenta "Vigilante" (que le convirtió en un inopinado anti-héroe de acción), y una compañera que es ni más ni menos que Nancy Kwan, actriz china legendaria que rompió esquemas con respecto a la figura de la mujer asiática tradicional...pero que en plenos '80 su carrera había perdido fuelle y brillo.

El director, por cierto, es su esposo, y nos mete de cabeza entre los recovecos de la ciudad de Los Angeles, pero no precisamente la que aparece en las postales; son más bien sus callejuelas oscuras y apartadas, donde no existe rastro de la palabra glamour. "Al Filo de la Navaja" propone un comienzo algo engañoso: el asesinato de un tipo respetable en apariencia, pero culpable de muchas operaciones ilegales, y de su hijo por una banda de matones descerebrados con aires de gángsters de Chicago. Es Christine, esposa y madre de las víctimas, la protagonista durante este tramo que parece nos va a presentar la típica historia de una mujer buscando venganza.
Y sí, así es, pero Meisel y el guionista Curt Allen desvían la atención a otro importante elemento. Y es Jason, el prototipo de fracasado, un ex-jugador de baseball que para sobrevivir naufraga de trapicheo en trapicheo con corredores de apuestas y desagradables mafiosos locales mientras hace de taxista; no es de extrañar que este hombre, casi en la ruina y con una novia infiel, necesite muy poco para convertirse en una bomba humana. Es el destino y no otra cosa (la fecha de nacimiento de ella y el número del taxi de él) lo que une a estos dos seres perdidos entre venganzas, traumas y melancolías personales.

Y es digno de admiración el ritmo que logra imprimir el director a su fábula callejera, deudora por entero de las novelas "hard-boiled" más ásperas de Charles Williams, Elmore Leonard o Donald Westlake, pero ejecutada sin elegancia ni sofisticación, y además siendo perfectamente consciente de ello; en sus imágenes sucias y escabrosas y en su léxico ofensivo reside la condición de pura obra "grindhouse" que no tarda en exponerse. El estilo recuerda al de William Lustig o Abel Ferrara, cuya violencia es directa, cruda e indigesta, sin olvidar impregnarlo todo de malicioso humor negro.
La historia es un continuo deambular, entre chulos, camellos, prostitutas, matones, borrachos y bares de mala de muerte, siguiendo a ese pobre desgraciado que se ve arrastrado, como nosotros, a la venganza de Christine, la cual queda en un segundo plano como ella (y esto, pese a resultar extraño, es todo un acierto). Al final su cruzada de muerte se revierte y se transmite a Jason, el perseguido por casualidad, y sin embargo con coraje suficiente para no echarse atrás y demostrar a todos que no es un cobarde; esto lleva a un evidente romance entre ambos, pero masoquista e incomprensible, nacido del desprecio y la indiferencia.

Y con un pulso firme y nervio visceral, Meisel consigue que deseemos ver explotar a ese manipulado Jason y arramblar, como hacía Jimmy Doyle en la secuela de "The French Connection", con todo bicho viviente que se cruce en su camino, con toda esa ristra de asquerosos personajes, pues nadie en esta historia (salvo quizás Tony) se libra de verse devorado por su ruindad. En el transcurso de esta cruzada de venganza donde las tornas cambian, se nos vapulea y revuelve el estómago, y Forster deja bien patente su capacidad y versatilidad dramática, al igual que Kwan.
A Joe Spinell, que ya trabajó con el primero, le queda como un guante su papel de matón asqueroso. En general son muy pocos los que recuerdan ya esta película (de mejor título original "Walking the Edge", y bastante simbólico ya que el apellido del protagonista es Walk, así que podría leerse "Walk in the Edge", adquiriendo un simbolismo lógico), del mismo modo que todas las de su estirpe; sólo los fans del actor, del cine de esta época y de la serie "B" la llegarían a apreciar, pues éstos no se arrepentirían de encontrarla, lo atestigua un servidor.

Descarnada y dura en todo su delirio "exploitation", adornada con la buena música de Jay Chattaway (el tema principal es realmente adictivo), entretenida de principio a fin (es que no se nos da un respiro), con un trabajo de fotografía por parte de Ernie Poulos más que notable y un enfrentamiento final que pone los pelos de punta por las perturbadoras cotas de brutalidad a las que se entrega.
Lo dicho, una joyita.
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