El hombre que mató a Billy el Niño (1967)

La historia de Billy el niño, un muchacho ingenuo que después de haber tenido que matar a un hombre para defender a su madre acabará convirtiéndose finalmente en un peligroso bandido. La psicología de un personaje que se ve obligado a matar continuamente fue reflejada con acierto por el difunto Julio Buchs en esta obra que supuso uno de sus empeños más logrados y un gran éxito de taquilla. Fue uno de los mejores westerns del malogrado Peter Lee Lawrence y una de las pocas ocasiones en las que fue bien aprovechado como actor. La figura de Pat Garrett es encarnada de forma igualmente brillante por el actor italiano Fausto Tozzi. En medio de tanta violencia Billy también conocerá el amor. La cinta está bien ambientada y avanza con el ritmo adecuado. Los diálogos son inteligentes. Una obra que destaca dentro del "spaghetti western", un género que no dió mucho de si a nivel artístico. En definitiva es una gran película, en la que Julio Buchs sacó el máximo partido de los elementos disponibles porque era el cineasta adecuado para este proyecto. El film funciona en todos los aspectos, de ahí su referido éxito comercial.

"Un caminante que se duerme en el desierto es carne de buitre".

Mi comentario: Cuando la vi teniendo unos trece años me gustó, aunque no mucho y pensé sobre ella esto: " La crítica siempre ha dicho que no hay por dónde cogerla, pero con esa edad gusta casi todo. Era un poquito parada para ser del oeste".
Vista por segunda vez, en julio de 2017, tengo que decir que, aunque mediocre, me ha gustado.
Creo que está dirigida con gusto, con impecable dirección artística a cargo de Cubero y Galicía, bonita fotografía y un ritmo sostenido, lleno de escenas de acción y diálogos estimables a cargo del gran José Mallorquí, inolvidable creador del inmortal "El Coyote".
Hay mucha violencia de esa que ahora llamamos gratuita, y está saturada de tópicos y situaciones que ya hemos visto en anteriores (y luego posteriores) películas con el personaje de Billy el Niño, por lo que bien podría decirse que es impersonal y muy poco original, pero la verdad es que en todo momento resulta entretenida y no aburre nunca, por lo que su visión resulta agradable o al menos funcional.
No está mal, esa es la verdad, y aspectos como la música original de Gianni Ferrio y la fotografía son competentes.

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