arrow

Kid Galahad (1937)

Kid Galahad
102 min.
7.1
668
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Alquiler
Compra
Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Nick Donati, un mánager de boxeo, descubre en un hotel a Ward, un botones que logra noquear a un peso pesado que estaba molestando a Louise, la novia de Nick. Nick le ofrece al chico entrenarlo para hacer de él un boxeador profesional. Ward acepta y se hace llamar 'Kid Galahad'. Las cosas se complicarán porque un tipo sin escrúpulos se interpondrá en los planes de Nick. Además, Louise empieza a sentirse atraída por Ward, pero éste se enamora de Marie, la hermana de Nick. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Crimen Deporte Boxeo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Kid Galahad (The Battling Bellhop)
Duración
102 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1937: Festival de Venecia: Mejor actriz (Bette Davis)
8
El boxeador dócil
Primera de las seis colaboraciones del realizador Michael Curtiz con el actor Humprhey Bogart. El guión, de Seton I. Miller (“Robín de los bosques”, Curtiz, 1938), se inspira en un relato breve, de Francis Wallace, publicado en “The Saturday Evening Post” (2-V-1936). Se rueda en los Warner Studios. Gana la Copa Volpi (mejor actriz, Davis) del Festival de Venecia. Producido por Samuel Bischoff para la Warner, se estrena el 26-V-1937 (EEUU, preestreno).

La acción dramática tiene lugar en Miami (Florida), New London (Coneticut) y NYC (NY), en 1936-37. Nick “Nicky” Donati (Robinson), mafioso y manager de boxeadores, no consigue asentar la marcha del negocio porque los pupilos no atienden sus órdenes. Por indicación de su amante, Louise “Fluff” Philips (Davis), toma a su cargo la promoción como boxeador, con aspiraciones a ganar el campeonato de los pesos pesados, del joven y apuesto camarero Ward (Morris), al que hace llamar Kid Galahad. Nick es de reacciones primarias rápidas, se enoja con facilidad y se deja llevar por sus sentimientos. “Fluff” es joven, apasionada, inteligente, juiciosa y sensata. Sabe controlar los sentimientos y tomar decisiones no inmediatas. Ward es tranquilo, sumiso, disciplinado, fuerte y ambicioso.

El film suma drama, romance, crimen y boxeo. Es un trabajo memorable sobre el trema del boxeo y los ambientes oscuros y sucios que lo rodean. En él se inspiran obras posteriores, como “Cuerpo y alma” (Rossen, 1947), “El ídolo de barro” (Robson, 1949) y “Más dura será la caída” (Robson, 1956). Ofrece un vibrante enfrentamiento de Bogart y Edward G. Robinson y uno de los mejores papeles de la primera etapa de la actriz Bette Davis, entonces (1937) de 29 años.

Curtiz presta especial atención a los aspectos visuales del film, sobre todo a las secuencias de los combates en el ring, resueltas brillantemente con planos largos, planos elevados, encuadres del público gritando y juegos rápidos de planos y contraplanos. La narración visual es dinámica, rápida y trepidante. El ritmo, vivo e intenso, se poya en el uso de buen número de elipsis, que agilizan la exposición y le confieren frescura y ligereza. Se apoya también en unos diálogos concisos, lacónicos, casi telegráficos y rotundos, construidos según el estilo habitual de la Warner en los años 30. Curtiz retrata con fuerza singular los celos, el rencor, el arrepentimiento, los afanes de venganza, el miedo y el revanchismo. La cinta incorpora una fuerte carga emocional (amor, amistad, odio, lealtad, afecto...). No falta la representación del exilio, una de las constantes del autor, que la concreta en este caso en el alejamiento de Nick de su tierra natal (Coneticut) y su abandono precipitado de Miami. Son notables las interpretaciones de Robinson, Davis y Bogart. La tensión dramática sigue la línea ascendente de un crescendo muy bien administrado.

(Sigue en el spoiler sin revelar partes del argumento)
[Leer más +]
20 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
EXCELENTE PELÍCULA...AUNQUE SIGUE SIN APASIONARME EL BOXEO.
El boxeo significó, y en algunos lugares todavía significa, una salida medio honrosa de la marginalidad y de la miseria. El cine, a lo largo de su historia, ha venido recogiendo este fenómeno popular, al que me niego a llamar deporte, y lo ha puesto enfrente de los espectadores. De esta forma el gran público ha podido conocer y juzgar no solo las películas sino también las violencias sin sentido, la exaltación de los “aficionados” rayana en la locura colectiva y el paroxismo de las masas así como esos submundos pugilísticos donde las mafias de las apuestas campan a sus anchas y los buitres-paparazzis lo devoran absolutamente todo.

En este orden de cosas, Michael Curtiz rueda Kid Galahad, un film que recuerda The set-up de Robert Wise (1949) tanto por su temática como por todo el “folklore” que acompaña al boxeo. Ambos films los he visto recientemente y ambos podrían comentarse juntos dadas sus similitudes, sin embargo aquí me referiré a la película de Curtiz, gran cineasta, donde brillan con luz propia tanto Bogart en su papel de gangster, rol muy habitual en sus primeras interpretaciones y donde, sin encajarlo demasiado bien, he acabado por acostumbrarme, como Edward G.Robinson de quien es raro encontrar una crítica negativa y sobre todo de Bette Davis, actriz a la que no vamos a descubrir ahora pero que en aquellas primeras interpretaciones demostraba además de talento una belleza, un tanto a lo muñeca de porcelana, que luego, el tiempo, la vida, lobas y Margo Channings varias, endurecerían.

No es un film negro, ni tampoco una peli de deportes. Es un drama. Es cierto que hay dramas mayores con púgiles surgidos del fondo de los arrabales y que se quitan la mugre a base de golpes. Aquí, nuestro granjero de nombre impronunciable y apodado Galahad por aquel sir de la “table ronde” paladín de las damas, es un honesto y un tanto simple granjero potencial en busca de unos cuantos dólares con las que empezar a crear futuro y que encuentra en el título de los grandes pesos una fuente de financiación. Pero el drama le envuelve. Su propio manager dispuesto a venderle por un plato de lentejas (eso sí, con muchísimo chorizo), la prensa dando mordiscos al derecho a la intimidad, los mafiosos intimidando (y no es redundancia) y, como en todo buen drama que se precie, su chorrito de amor mezclado, no agitado con las lágrimas de los finales felices y comieron perdices.

Entretenido film, bien interpretado y excelentemente dirigido que, seguro que no consigue que me apasione demasiado el boxeo, pero al menos me ayuda a comprenderlo en el entorno de una época de depresiones y subsistencias varias.
[Leer más +]
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Kid Galahad
Fichas más visitadas