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Yongary: Monster from the Deep (1967)

Yongary: Monster from the Deep
80 min.
4.0
25
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free
Trailer (JAPONÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
Sinopsis
Los terremotos que se sienten en el centro de Corea resultan ser obra de Yongary, un monstruo prehistórico gigante que no se sabe de donde ha surgido pero que gusta de alimentarse de derivados de petróleo. Yongary está atacando las refinerías coreanas y pronto llegará a la capital... (FILMAFFINITY)
Género
Fantástico Ciencia ficción Terror Monstruos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Corea del Sur Corea del Sur
Título original:
Taekoesu Yonggary (Great Monster Yongary)
Duración
80 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Corea del Sur-Japón;
Links
4
El Godzilla coreano
Típico Kaiju-eiga, esta vez coreano, en plena efervescencia de este subgénero fantástico. Viajamos a los 60 y descubrimos una sociedad, al menos la coreana, en que las chicas solo piensan en casarse, los héroes son machos-alfa, donde fuman como carreteros, en el que el Estado mayor todo son señores talluditos y donde los niños la pueden liar parda. Film muy mediocre, con escenas y situaciones absurdas -¿qué interés tiene que el astronauta pierda la comunicación si no implica nada? ¿quién va lanzando bombas atómicas a tutiplén y despierta al monstruo? ¿porqué nos enseñan una larga secuencia en que vemos a dos motoristas dar la vuelta por una montaña y no vuelven a salir más? ¿porqué el conductor del periodista va como loco y se despeña? ¿Cómo sobrevive el periodista si el coche arde y explota? ¿porqué el periodista va sangrando al Cuartel General en vez de ir al hospital y luego se muere ante la indiferencia de los demás? ¿porqué el Jefe de todo va con el mismo traje que llevó en la boda de su hija si han pasado varios días? ¿el desodorante coreano es algo nunca visto (y olido) en efectividad?, ¿porqué el otro protagonista - el científico - se va a ver al monstruo con un niño pequeño y travieso mientras la novia va detrás de él varios kilómetros y no escucha sus gritos? ¿los sonotones en Corea son peor que los desodorantes?

Si el guión en si es una tontada, muy predecible y propio de un film que asume su condición de fantasía tontorrona, los efectos especiales, aunque obsoletos, tienen su encanto; así la nave espacial está muy lograda en sus movimientos, comparación con los efectos de los filmes de Corman, al igual que los ataques al monstruo con helicópteros y aviones. Y es curioso ver como simulan el hongo atómico, si se fijan, ya que se ve el reflejo, ponen un cristal transparente encima de la maqueta de la explosión y el humo no puede ascender, expandiéndose horizontalmente.

En fin, una nadería simplona para aficionados a Kaiju-eigas obsoletos y algo casposos.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El Godzilla surcoreano
La temporada 1966-1967 fue especialmente prolífica para el género del Kaiju Eiga. En estos años, los japoneses seguramente sufrirían una saturación importante de cintas de monstruos gigantes ya que todos los estudios cinematográficos del país se encargaron de producir films del estilo. La Toho se encargaba de sus entregas de Godzilla (Los monstruos del mar y El hijo de Godzilla) e Ishiro Honda dirigió joyitas como La batalla de los simios gigantes (1966) o King Kong Escapa (1967). La Daiei lo dió todo con la maravillosa trilogía del Daimajin y con sendas entregas de la tortuga Gamera: Los monstruos del fin del mundo y Gaos, el terror de la noche. Mientras, la Nikkatsu se atrevió con Gappa. El monstruo que amenaza el mundo (1967) y la Shochiku con la delirante The X from Outer Space (1967). No contentos con esto, el género vivió una explosión de éxito sin precedentes en las televisiones niponas con Ultra Q (1966) y especialmente con el primer Ultraman (1966-1967) que proveyeron de monstruos gigantes a los espectadores cada semana desde la comodidad de sus hogares. Dicha masificación del género provocó el desplome posterior del mismo con unas futuras producciones cada vez más infantiloides y de ínfimo presupuesto, una tendencia que ya se intuía desde años atrás pero que se acentuó dramáticamente desde finales de los 60 y durante los años 70. El tsunami kaiju empezó a afectar a otros países asiáticos como por ejemplo Corea del Sur. Yongary: Monster from the deep (1967) o Taekoesu Yonggary, no es el primer film del género realizado en la península si nos atenemos a la existencia de films desgraciadamente perdidos como el primer Pulgasari (1962) o Space Monster Wangmagwi (1967).

Yongary: Monster from the deep no venía a renovar el género. El film no esconde su etiqueta de exploit de sus homólogos japoneses aunque con unos resultados técnicos algo más pobres o rudimentarios. La situación en Corea a finales de los años 60 no era muy halagüeña para su población inmersa ésta en una pobreza estructural descomunal, siendo éstos en su mayoría campesinos sufriendo aún los estragos de la postguerra y sujetos a una dictadura militar. Pese a esto, en los años 60, la cinematografía coreana empezaba a despuntar con directores muy interesantes como Kim Ki-Young (La criada de 1960) o Yu Hyun-Mok (Aimless Bullet de 1961) pero ésta aún no era capaz de realizar grandes producciones. Explicamos esto porque Yongary resultó el film más caro realizado en Corea hasta el momento. El esfuerzo si bien no se nota ni por asomo en la calidad de sus efectos especiales, estando el film a la altura de los productos menores del género. Aún así son remarcables dichas intenciones de realizar un film a la altura de lo que se realizaba en Japón.
En el film, una potencia enemiga denota una bomba nuclear la cual hace provocar una serie de terremotos que se dirigen hacia Corea del Sur. Dichos terremotos son obra de Yongary, un monstruo prehistórico gigante que empieza a arrasar ciudades.

Yongary, monster from the deep (1967) viene cargado de todos los fallos típicos del Kaiju como son unos personajes muy pobres y prototípicos así como un guión lleno de sin sentidos y salidas de madre (muy divertidas, eso sí). El film viene dirigido y guionizado (junto a Yun-Sung Seo) por Kim Ki-Duk (no confundir con el director de Hierro-3) y a quien se le acreditan hasta 66 trabajos durante 1961 y 1977 entre los que se encuentran dramas o romances como Dark-Haired Youth (1966) o The Island Teacher (1967), thrillers criminales (Terminal Point de 1966), cine bélico (Special Force 124 de 1970), terror con fantasmas (The Beauty of Black Rose Castle de 1969) o incluso un melodrama musical con un doble de Elvis titulado The Singer King (1975). Un hombre prolífico, sin duda.
Volviendo a Yongary, el film se beneficia de una ajustada duración de 80 minutos consiguiendo no aburrirte en exceso gracias a la tempranera presencia del monstruo aunque no evita introducirte en muchas subtramas humanas de nulo interés y que merman tu atención. El diseño de Yongary no es que sea especialmente original y por su aspecto parece más bien salido de alguna Ultra Serie pero resulta curioso. Por lo visto fue intención del director darle al monstruo un aspecto algo más salvaje y terrorífico frente a unos diseños iniciales de carácter más infantiloide. Las escenas de destrucción contienen momentos algo hilarantes como las fallidas sobreimpresiones de los ciudadanos con el monstruo y la calidad de las maquetas no están a la altura de los films de la Toho pero cumplen en un film (muy) B como éste. La película no abandona momentos lisérgicos e infantiles como ese momento horripilante de Yongary bailando frente a un niño. Para no creérselo. Debido a la poca experiencia en producciones de este tipo, el equipo de efectos especiales surcoreano pidió ayuda a Japón. El departamento de efectos de la Toei decidió ayudar en el film, realizando el disfraz de Yongary (en base a los diseños de los coreanos) así como apoyo en la realización de algunos de los fxs.

Frente a las pobres características en conjunto del film éste alberga ciertos detalles muy interesantes (intencionados o no) que le da un valor añadido. Yongary no deja de ser una representación de los temores de la sociedad surcoreana respecto a una invasión de sus vecinos del norte y el miedo a un ataque o a una reactivación de la guerra entre los dos países. Para muestra es bastante clara la primera aparición de Yongary, surgiendo de una montaña con unas potentes luces rojas iluminando al monstruo o un momento en que la bestia se vuelve de color rojo en referencia clara al peligro comunista.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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