Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- Un explorador (Burt Lancaster) ayuda a la caballería de los Estados Unidos a perseguir y a capturar a una banda de indios apaches renegados, cuyo jefe se llama Ulzana. El explorador intenta enseñar a un joven e idealista teniente que la única forma de combatir a los violentos apaches es usar una fuerza superior. (FILMAFFINITY)
- Género
- Western
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1972 / Estados Unidos
- Título original:
- Ulzana's Raid
- Duración
- 99 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
"Interesante western, cita ineludible para los incondicionales del género"
Fernando Morales
[Diario El País]
"Reposado y reflexivo western"
Augusto M. Torres
[Diccionario Espasa]
Homo homini lupus.
18 de mayo de 2009
Vamos con una película de culto. Años setenta, otros tiempos, Vietnam en el horizonte, está a punto de iniciarse la música punk, las drogas en las calles se popularizan y en definitiva los idealistas sesenta han muerto. Todo es más duro y crudo, también el cine.
El western se convierte en un vehículo para hablar de otras cosas, como el racismo, la violencia o el modelo de sociedad americano.
Uno de los más grandes del firmamento, Burt Lancaster, produce una película que aunque pasó bastante desapercibida en su momento, se ha convertido en un icono del western postclásico. “La venganza de Ulzana”, dirigida por su amigo Robert Aldrich, al que tan unido estuvo en sus comienzos, es uno de los mejores ejemplos de cómo son las cosas sin injerencias, aquí no hay buenos ni malos, todos lo son y ninguno lo parece. Tanto indios como blancos, se comportan luchando por sobrevivir.
Película tremendamente darwinista, donde las preguntas no se responden y donde lo importante no es qué es verdad o no, sino en lo que se cree. Su comienzo es magnífico, la presentación de personajes colosal y el ritmo continuo en toda la cinta. En el debe podemos citar que la falta de presupuesto se nota en ocasiones, algunas ambigüedades de los protagonistas son dudosas de creer, y a mi juicio falta mayor análisis psicológico de los apaches.
En cualquier caso no es un western denuncia ni pacifista, sino tremendamente pesimista y antropofóbico, ya que independientemente de la raza, tribu, etnia o país, el hombre siempre intentará ser más que el vecino y para ello utilizará la violencia como forma de expresión y de poder. Ahí reside la grandeza del film.
El western se convierte en un vehículo para hablar de otras cosas, como el racismo, la violencia o el modelo de sociedad americano.
Uno de los más grandes del firmamento, Burt Lancaster, produce una película que aunque pasó bastante desapercibida en su momento, se ha convertido en un icono del western postclásico. “La venganza de Ulzana”, dirigida por su amigo Robert Aldrich, al que tan unido estuvo en sus comienzos, es uno de los mejores ejemplos de cómo son las cosas sin injerencias, aquí no hay buenos ni malos, todos lo son y ninguno lo parece. Tanto indios como blancos, se comportan luchando por sobrevivir.
Película tremendamente darwinista, donde las preguntas no se responden y donde lo importante no es qué es verdad o no, sino en lo que se cree. Su comienzo es magnífico, la presentación de personajes colosal y el ritmo continuo en toda la cinta. En el debe podemos citar que la falta de presupuesto se nota en ocasiones, algunas ambigüedades de los protagonistas son dudosas de creer, y a mi juicio falta mayor análisis psicológico de los apaches.
En cualquier caso no es un western denuncia ni pacifista, sino tremendamente pesimista y antropofóbico, ya que independientemente de la raza, tribu, etnia o país, el hombre siempre intentará ser más que el vecino y para ello utilizará la violencia como forma de expresión y de poder. Ahí reside la grandeza del film.
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62 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terrible pero bella tierra
21 de agosto de 2007
La venganza de Ulzana es, en mi opinión, una obra maestra que supone un excepcional colofón a la larga lista de westerns que el cine nos ha legado.
Western violento, preciso, tranquilo, descarnadamente bello, nos situa en las desnudas y bellas montañas, arroyos y praderas de Arizona reflejando la libertad perdida, los primitivos instintos de libertad del hombre, el valor de la experiencia, el misterio de los ritos desconocidos, la indescriptible belleza de lo olvidado y de lo eterno.
Constituye un viaje iniciático para su joven teniente protagonista, un viaje en el que descubrirá el valor de las enseñanzas, la crueldad de lo primitivo, del instinto animal que se desata en el ser humano si lo despojamos de su capa social occidental.
Los indios, violentos e instintivos, aparecen como seres que conviven armoniosamente en la naturaleza, actuando según sus costumbres, siendo portadores de un alma libre y siendo perseguidos por un grupo de exploradores liderados por un joven teniente ( lo nuevo, lo limpio e idealizado ) y un viejo explorador ( lo viejo, la experiencia ).
Fotografía ( bellíosima tierra, polvo, agua, cielos y hierba ), planificación ( excelente: asesinatos, persecución y episodios sedentarios se nos presentan con plena exactitud ) y actuaciones ( Buena interpretación de Lancaster y correcta la de su joven acompañante, por otra parte los indios son los más creíbles, enigmáticos y maravillosamente sugestivos de toda la historia del cine ) conforman una de las piezas más precisas, bellas y reflexivas que el cine puede alumbrar.
Western violento, preciso, tranquilo, descarnadamente bello, nos situa en las desnudas y bellas montañas, arroyos y praderas de Arizona reflejando la libertad perdida, los primitivos instintos de libertad del hombre, el valor de la experiencia, el misterio de los ritos desconocidos, la indescriptible belleza de lo olvidado y de lo eterno.
Constituye un viaje iniciático para su joven teniente protagonista, un viaje en el que descubrirá el valor de las enseñanzas, la crueldad de lo primitivo, del instinto animal que se desata en el ser humano si lo despojamos de su capa social occidental.
Los indios, violentos e instintivos, aparecen como seres que conviven armoniosamente en la naturaleza, actuando según sus costumbres, siendo portadores de un alma libre y siendo perseguidos por un grupo de exploradores liderados por un joven teniente ( lo nuevo, lo limpio e idealizado ) y un viejo explorador ( lo viejo, la experiencia ).
Fotografía ( bellíosima tierra, polvo, agua, cielos y hierba ), planificación ( excelente: asesinatos, persecución y episodios sedentarios se nos presentan con plena exactitud ) y actuaciones ( Buena interpretación de Lancaster y correcta la de su joven acompañante, por otra parte los indios son los más creíbles, enigmáticos y maravillosamente sugestivos de toda la historia del cine ) conforman una de las piezas más precisas, bellas y reflexivas que el cine puede alumbrar.
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