Su alteza el ladrón (1951)

Lo que se ve: Escenarios con decorados de cartón piedra. Maquillajes oscuros, sombras de ojos y técnicas esteticien para miradas perfectas. Túnicas y velos todos los colores en seda natural. Luchas callejeras en el entarimado entre los guardias de Palacio y los ladrones, con el debido cuidado para no hacerse daño con las espadas. Muchas monedas amarillas-oro. Algún borrico.
Lo que cuenta: La entrega que ponen ambas actrices en la interpretación de sus papeles como mujer fatal y mujer enamorada, muy atractivas. Y el punto romántico que logra la rubia de los ricitos junto a su amado, el príncipe destronado, un amor muy tierno.
Choca un poco una rubia tan americana como nativa de Marrakech: Piper Laurie.
Esta actriz fue 3 veces nominada al Oscar y, en sus inicios, hizo más películas con Tony Curtis. Desde luego hacían buena pareja, muy monos los dos. Encantadores como ellos solos.

Al ver esta película antigua, uno se sonríe con la cantidad de anacronismos involuntarios que en ella van apareciendo de manera casi natural. Y también te sonríes con las situaciones tan típicas y tan tópicas que van entretejiendo la trama y su resolución.

Pero la película entretiene, porque tiene una dirección de personajes, una actuación y una acción que encajan perfectamente en lo que uno se espera de ella.