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Dr. Insólito o cómo aprendí a no preocuparme y amar la bomba (1964)

Dr. Insólito o cómo aprendí a no preocuparme y amar la bomba
93 min.
7.9
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Sinopsis
Convencido de que los comunistas están contaminando los Estados Unidos, un general ordena, en un acceso de locura, un ataque aéreo nuclear sorpresa contra la Unión Soviética. Su ayudante, el capitán Mandrake, trata de encontrar la fórmula para impedir el bombardeo. Por su parte, el Presidente de los EE.UU. se pone en contacto con Moscú para convencer al gobierno soviético de que el ataque no es más que un estúpido error. Mientras tanto, el asesor del Presidente, un antiguo científico nazi, el doctor Strangelove, confirma la existencia de la “Máquina del Juicio Final”, un dispositivo de represalia soviético capaz de acabar con la humanidad para siempre. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Bélico Sátira Comedia negra Guerra Fría Holocausto nuclear
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Dr. Strangelove, or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb
Duración
93 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1964: 4 nominaciones al Oscar: Mejor película, director, actor (Peter Sellers), guion
1964: Premios BAFTA: Mejor película, film británico y dir. artística (B&W). 6 nominaciones
1964: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor director. 3 nominaciones
1964: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor director
1964: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guion comedia
"La más demoledora sátira sobre la guerra fría y el peligro atómico de la historia del cine. El genio creador de Kubrick desborda en cada secuencia y alterna farsa y drama, crítica ácida y apabullante dominio técnico para relatar esta delirante odisea. La puesta en escena resulta un prodigio de imaginación visual, redondea una obra maestra absoluta, divertida y angustiosa a partes iguales"
[Diario El País]
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CÓMO APRENDÍ A AMAR A STANLEY KUBRICK Y SUS LOCOS PROYECTOS DE BOMBA
Sin lugar a dudas una de los mejores comedias de todos los tiempos dirigida por el genial Kubrick quien nunca dejó de sorprendernos con cada nuevo mastodóntico proyecto que iniciaba.

En este caso, si bien la obra fue inicialmente concebida como algo serio, finalmente Kubrick decidió imprimirle el carácter de comedia justo en el último momento, para destensar el ambiente ya de por sí enrarecido dentro del contexto de plena guerra fría en el que por aquel entonces el mundo entero estaba sumido, y más aún con el difícil y angustioso tema de la amenaza de guerra nuclear entre los dos bloques antagónicos que tanto acongojó a John Fitgerald Kennedy poco tiempo antes de rodarse el film...

Luego, ¡manda los huevos que tuvo Kubrick de satirizar y comediar sobre un tema de tanta actualidad y tan candente por aquel entonces!.

Así pues y contando inicialmente con que la película no era más que una locura-tomadura de pelo de Kubrick intentando con ello distendir el ambiente, uno va ya predispuesto a tomar el asunto como lo que es, esto es, a parte de un broma de la factoría Kubrick, todo de lo que de ello se deriva, es decir, una obra maestra de la comedia satírica de todos los tiempos. Algo así como la Vida de Brian de los Monty Pyton.

Peter Sellers está sencillamente genial, y la cinta en sí es todo una joya cinematográfica por estilo narrativo, decorados, diálogos, puesta en escena y en definitiva y en conjunto por el incisivo perfeccionismo que caracteriza en general cada uno de los proyectos iniciados por este genio entre los genios.

El reparto coral es simplemente devastador, y cada una de sus interpretaciones roza la perfección.

La mítica sala de guerra, el disparatado consejo de guerra en ella celebrado, los intentos del capitán Mandrake por evitar la catástrofe frente a la loca tozudez de un fanático anticomunista como el personaje interpretado por Sterling Hayden ( recuperado por Kubrick para la ocasión),y el discurso de éste a Mandrake sobre la esencia de la vida, ...así como sobre todo la maravillosa construcción del personaje que da título a la película, Dr Strangelove, y que Sellers diseña con mimo y esmero son ingredientes justos y necesarios para catalogar a esta obra de Kubrick como la gran obra maestra del humor satírico de la historia cinematográfica universal.

A DISFRUTAR.
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189 de 236 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Peace on Earth
Desde luego, el planteamiento de Kubrick no podía haber sido más certero. En plena Guerra Fría, cuando la rivalidad y las hostilidades entre estadounidenses y soviéticos habían alcanzado el grado del paroxismo, va este controvertido cineasta y se le ocurre filmar una sátira que representa la carrera de armamentos llevada hasta el extremo más delirante. Sátira que, por desgracia, se aproxima bastante a la realidad.
Durante aquellas décadas y hasta la actualidad, la obsesión general ha sido la de dotarse de armas de destrucción masiva con el objetivo de disuadir a cualquier posible enemigo de amenazar y/o atacar, bajo el temor colectivo de que, en el caso de que dichas armas sean utilizadas, el planeta entero o buena parte resulte destruido. Si se para uno a pensarlo, resulta realmente triste y espeluznante que todos nos hallemos a merced de unas armas capaces de producir efectos cataclísmicos. El odio internacional ha alcanzado tal límite que la única forma de garantizar la paz mundial, paradójicamente, se basa en dichos armamentos. Si todos queremos seguir existiendo, no se nos ocurra calentarles mucho los cascos a los vecinos capaces de mandarlo todo a hacer puñetas. Incluso esos países sienten pánico a lo que ellos mismos albergan. Desde luego, es tremendo tener que haber llegado a esos extremos que parecen inverosímiles. Pero son tan ciertos como el aire que respiramos.
Kubrick, audaz y valientemente, se atrevió a rodar esta apocalíptica película en pleno ojo del huracán. En clave de ácida comedia, ridiculiza la legendaria y absurda competitividad entre Estados Unidos y la Unión Soviética y la conduce por el hipotético, pero no descabellado, sendero de las situaciones más extremas a las que se podría llegar. La ley de Murphy tiene plena aplicación en este caso. Si algo puede salir mal, saldrá. Si toda la delicada operación que atañe a las armas de destrucción masiva, con toda su sofisticación, sin embargo puede depender de un estúpido y ridículo factor humano para activarse y poner en jaque al mundo entero, no hay duda de que ello ocurrirá. Porque la raza humana, creyéndose tan racional y superior, puede llegar a ser también la más estúpida y obcecada de todas las criaturas vivientes. Y Kubrick nos da plena fe de ello.
El mensaje, por lo tanto, es: si queréis terminar con todo, continuad por donde vais, porque vais a acabar consiguiéndolo. ¿Por qué todas las potencias no se paran a reflexionar un poco sobre toda la locura que han organizado y se tranquilizan? ¿Hasta dónde hemos llegado?
En lugar de plantearlo de forma dramática, Kubrick escogió el lado de la sátira, presentándonos a personajes en ocasiones rocambolescos, en otras incompetentes, idos de la olla o subalternos que cumplen órdenes fanáticamente y ciegamente, que tienen en sus manos el destino de todos. No se puede incluir mayor sarcasmo en una película.
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175 de 228 usuarios han encontrado esta crítica útil
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