Sympathy for Mr. Vengeance (2002)

Aunque no llegue a los niveles alcanzados por "Oldboy", una de mis películas favoritas de lo que llevamos de década, no hay que menospreciar en absoluto el inicio de la peculiar y violenta trilogía de Chan-wook Park.
Nos encontramos ante una estupenda cinta aunque no mantenga el tipo durante todo el metraje.
La dirección artística es magnífica. Los planos y encuadres de Chan-wook Park hacen temblar hasta al mismo Tarantino. El montaje es notable. Estupendo juego con los diferentes planos sonoros y la sabia incursión de un personaje sordomudo. Inteligente utilización del fuera de campo. La línea argumental ofrece sorpresas, aunque está vez cae en lo previsible a ratos. No me creo mucho a los personajes: no se palpa en absoluto el rencor y odio que desprendían los personajes de “Oldboy” por cada poro de su piel. Aunque eso sí, todos los personajes de "Simpathy for Mr. Vengeance" actuan de manera humana o consecuente con sus detestables actos vengativos.
La violencia es tratada de manera menos explosiva y original que "Oldboy", pero al igual que ésta, a veces es más violento lo que no se muestra al espectador.
Es menos onírica y el lirismo brilla por su ausencia, aunque posee toques surrealistas y arrebatos de genialidad. Lo mejor es su moraleja (si tiene): el destino es sabio (y un poco cabroncete) y da a cada uno lo que se merece.
Lástima que por momentos se quede coja en cuanto ritmo y se haga un pelín aburrida. No gustará a los detractores de "Oldboy", aunque les parecerá más digerible.
Su problema principal es ese: la sombra de “Oldboy” es alargada y las comparaciones son odiosas.
Esperemos que con "Simpathy for Lady Vengeance" finalice el buen camino emprendido.

Una de las películas más sobrecogedoras que he visto. Con una dirección muy imaginativa y un planteamiento realmente original, Park Chan-Wook consigue todo lo que parece proponerse: momentos distendidos o incluso cómicos, momentos de una dureza pocas veces vista y, sobretodo, momentos de una horrible tristeza que llena al espectador de una compasión extrema.

Es es una película tremendamente dura, en todos los sentidos, atreviendose con todo lo que el cine americano aborrece. Presenta a unos personajes muy inseguros pero dispuestos a todo. El título refleja el mayor mérito del coreano ya que el espectador tendrá irremediablemente un sentimiento empático hacia los dos protagonistas a pesar de las atrocidades que está contemplando.

Todas las escenas son esenciales asi que cuidado con perder la concentración en los momentos en los que parece caer la acción argumental.

La forma de expresar unos sentimientos tan puros como extremos llena cada fotograma hasta el punto de elevar esta producción al estatus de obra maestra, por poco que me guste poner este apelativo.