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Young Thugs: Innocent Blood (1997)

Young Thugs: Innocent Blood
108 min.
5.9
66
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Trailer (JAPONÉS)
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Sinopsis
Película que, con algunos tintes autobiográficos añadidos por el director, narra las peripecias de tres jóvenes que tras dejar el instituto intentan ganarse la vida en la ciudad de Osaka. (FILMAFFINITY)
Género
Acción Comedia Drama Adolescencia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Kishiwada shônen gurentai: Chikemuri junjô-hen (Young Thugs: Innocent Blood)
Duración
108 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
Sangre inocente (o no)
Bueno, bueno, bueno, despues de tanto tiempo y la verdad no me pareció de las mejoresde Miike, tiene una historia bastante dinamica pero un ritmo irregular, un poco bastante de comedia, poca pelea a pesar de lo que uno pensaba, amor y una pizca de tragedia.

Que cada uno juzgue por si mismo. Aburrir tampoco aburre.

5/10 Es una opinión muy personal.

gracias por el aporte.

Por cierto el cameo de Miike, si os fijais es al principio entre un grupo de jugadores callejeros, se ve claramente, ademas lleva su inseparable abrigo verde militar, o tienes muchas iguales o le tiene mucho cariño.
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Los chicos del barrio de Kishiwada
A veces resulta difícil ir en contra de los caminos que la vida ha prefijado, del destino, que tiende a desarrollarse sin que podamos hacer nada por evitarlo.
El que no cambió a su debido tiempo nunca lo hará, y a largo plazo deberá asumir las consecuencias, aspecto esencial de esta historia...

Una mayoría de directores empiezan sus carreras con proyectos arriesgados, libres y experimentales, continúan dando forma a su particular estilo y cuando ya lo han probado todo sólo les queda perfeccionarse y madurar, quizás estableciéndose en una línea de trabajo fija...un grupo en el que no se incluye Takashi Miike, quien a sus casi 60 años sigue inmiscuyéndose en los más dispares proyectos sin mostrar signos de fatiga. Pero hay que reconocer que sus inclinaciones actuales, tan dadas a lo comercial, la fantasía y la ciencia-ficción, nunca poseerán la fuerza y audacia de sus películas de antaño.
Películas que uno acoge con nostalgia y un extraño cariño, como "Young Thugs: Innocent Blood", que data de esa lejana época en la cual aún se movía en el mercado del vídeo, donde consiguió algunos moderados éxitos. Situada tras la segunda entrega de "Ambition without Honor", esta obra procede de un texto ajeno, como es costumbre en Miike; el guionista (y colaborador asiduo) Masa Nakamura, adapta una de las novelas de la serie semiautobiográfica "Kishiwada Shonen Gurentai", obra del natural de Osaka, Richi Nakaba (quien además aparece en el film), y que empezaría en su versión cinematográfica al año anterior.

Sustituyendo a Kazuyuki Izutsu, aquellos que conozcan al cineasta y su obsesión por retratar la violencia callejera y la existencia de los perdedores sabrán que su estilo congenia a la perfección con el del autor; nadie mejor para adaptar "Chikemuri Junjo-hen", primero de los dos trabajos de Nakaba que llevaría a la gran pantalla (siendo el otro "Bokyo"). Con un prólogo que deja bien patente el humor negro que hallaremos más adelante, la historia nos introduce en las vidas de cuatro amigos preparados para salir del instituto y enfrentarse a la realidad del mundo exterior: Richi, Yuji, Kotetsu y Ryoko, cuatro jóvenes descarriados, mal hablados, sin grandes proyectos de futuro y amantes de las bromas pesadas...
Esta historia, que durante el resto del metraje se moverá hacia adelante y atrás en el tiempo, queda dividida en dos arcos; el primero ("Invierno") se centra en el personaje de Ryoko, reparando en la amistad con su compañera Masae y en el romance que inicia con Richi, perfecto ejemplo del terrorífico adolescente eterno cuya vida ha sido arrastrada por la violencia, la reinante en unas calles plagadas de crimen y corrupción. Esta primera parte establecerá los personajes y sus características, quienes han de sobrevivir en un ambiente triste y hostil donde las ilusiones, esperanzas y sueños quedan borrados con la sangre y el dolor de los golpes.

Será el amor fracasado de Richi y Ryoko el eje central de los acontecimientos. En la consiguiente hora, que corresponde a la segunda parte ("Verano"), siguen los hechos a partir de la dolorosa pero acertada decisión de Ryoko, apartándose de ella y volviendo a los demás protagonistas, cuyas vidas irán por diferentes caminos, unos eligiendo el cambio y la madurez (como Masae y Yuji) y otros sin salida posible a la miseria (como Richi, Sada y Naomi). Traiciones y decepciones surgirán entre ellos, males que afrontan con resignación y hasta con humor, siendo reunidos en última instancia por la tragedia.
Miike vuelve a llevar a sus personajes por ambientes sórdidos y sucios, personajes atrapados, amargados y sadistas, zarandeados por los avatares del destino, que sólo les conduce al sufrimiento o la muerte; sombría atmósfera que no obstante se ve atravesada por inusuales ráfagas de humor negro, entrañable fantasía directamente conectada con la infancia (como es el sueño de Yuji, de pura imaginería "obayashiana") y estrafalarias secuencias marcas de la casa del todo inesperadas, siendo el accidente del rayo (momento inolvidable donde los haya) el mejor ejemplo.

Extraño cruce de elementos y sorpresas al que a menudo cuesta encontrar un punto de equilibrio, y al que no ayudan ni la extensa duración del metraje (a la película le sobran minutos por todas partes) ni los diálogos, en absoluto brillantes, más bien repetitivos, aunque con una virtud: suenan a verdad, saben a violencia y les confiere, a esos personajes de pequeños gamberros recién salidos de la adolescencia y que andan por la cuerda floja del gangsterismo, una dignidad inmediata y un realismo indiscutible.
El cineasta se sirve de interesantes recursos formales para realzar el tono melancólico, como es el sugerir en un plano (el de la cafetería, donde se da el último encuentro entre Ryoko y Richi) la separación de los seres aun en su presencia física compartida, al tiempo que se rodea de un correcto elenco de habituales colaboradores como Takeshi Caesar y Kazuki Kitamura (muy insoportable aquí) que encabeza la preciosa "idol" Sarina Suzuki y los hermanos y humoristas Koji y Seiji Chihara; entre tanto, Daisuke Ijima realiza una impagable pero breve aparición, al igual que el propio Miike al inicio del film.

Si desde luego algo pretende éste, pese a tanta dosis de humor negro e ilógica fantasía, es tratar el final de la inocencia, el principio de la madurez y la nostalgia por tiempos mejores a través de su tan particular visión de las cosas y desde la más cruda y feroz realidad.
Un año después Miike volvería a detenerse en el universo de Nakaba con "Young Thugs: Nostalgia", donde se investiga la dura infancia y preadolescencia de los personajes; obra que éste acabaría considerando una de las favoritas de su carrera.
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