Nace un amor (1938)

Una compañía actoral, cansada de que el esnob critico del diario más popular boicotee sus obras con sus lapidarias reseñas, decide burlarse del tipo haciéndose pasar por gente común, a la que este quiere transformar en actores para que interpreten a los personajes de la obra que lleva años escribiendo, pero que nunca ha querido que se monte, por considerar a los actores profesionales farsantes.
La película es una farsa con toques de opereta, bastante atípica para el cine argentino de todas las épocas, incluso de los años 30, ya que si bien en esos tiempos las películas nacionales sin importar el género tenían algún que otro número musical, aquí son muchos más variados, volviendo a la historia casi un musical, aunque también es una farsa y una parodia a los diferentes géneros en boga.
Lo mejor como en general en las películas de Saslavsky, es la frescura que le impregna.
Lo peor es que la trama si bien se entiende que es por ser una farsa, pero realmente llega casi hasta marear todas las bufonadas absurdas que se suceden, aunque en honor a la verdad tiene su gracia.