- Sinopsis
- Mainardi, un arquitecto, contrata a un asesino para que amte a su mujer porque ha dejado de amarle. Pero un asesinato sucede a otro y pronto la situación se hará más complicada de lo que el arquitecto podría llegar a imaginar... (FILMAFFINITY)
- Género
- Terror Thriller Giallo
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1975 / Italia
- Título original:
- L'assassino è costretto ad uccidere ancora
- Duración
- 86 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción Italia-Francia;
- Links
Rescatable
19 de agosto de 2012
Hola de nuevo, amigos del giallo.
Éste es bastante curioso porque el asesino es un personaje más y al contrario que en la mayoría de películas amarillas, podemos ver su rostro perfectamente así que la trama está completamente desvinculada del secreto de su identidad.
Aparece el maderfakin' George Hilton, que debe tener el récord de apariciones en giallos y el misteriosísimo Antoion Saint-John hace de frío asesino en una interpretación curiosísima.
Al principio me estaba temiendo, viendo el formato ultrapanorámico y los ambientes de riqueza y, claro, a nuestro dandy George Hilton por ahí merodeando, una mala imitación de algo de Martino. Pero no, se trata de una película dirigida ingeniosamente y montada con auténtica maestría, haciendo uso del montaje paralelo para crear escenas de lo más siniestras.
Si bien la trama no es muy sangrienta, tiene algunas escenas (una violación, no diré más) que, a mi humilde ver, son cúspide del género. La trama está más cerca de los thrillers modernos, donde temes que una operación ilegal se desmonte en cualquier momento y el destino de muchos personajes (víctimas y verdugos) está siempre pendiendo de un hilo.
Técnicamente es muy notable, como decía, también se puede destacar la fotografía. Su talón de Aquiles es el guión, que no es chapucero, pero tiene un bajón mortal en el segundo tramo, que lleva al sopor: una lástima porque el arranque es muy bueno y el tramo final es una delicia. Hay, también, demasiadas coincidencias y demasiadas cosas que aparecen por puro destino en la carretera...
La música está muy bien empleada para jugar con el montaje, da muchísimo juego. De hecho, si no fuera por la dirección, el montaje y la música, que nos sugieren en todo momento lo contrario, podría convertirse fácilmente en una comedia, porque si the killer must kill again es porque mete la pata unas cuantas veces.
Reseñable.
Éste es bastante curioso porque el asesino es un personaje más y al contrario que en la mayoría de películas amarillas, podemos ver su rostro perfectamente así que la trama está completamente desvinculada del secreto de su identidad.
Aparece el maderfakin' George Hilton, que debe tener el récord de apariciones en giallos y el misteriosísimo Antoion Saint-John hace de frío asesino en una interpretación curiosísima.
Al principio me estaba temiendo, viendo el formato ultrapanorámico y los ambientes de riqueza y, claro, a nuestro dandy George Hilton por ahí merodeando, una mala imitación de algo de Martino. Pero no, se trata de una película dirigida ingeniosamente y montada con auténtica maestría, haciendo uso del montaje paralelo para crear escenas de lo más siniestras.
Si bien la trama no es muy sangrienta, tiene algunas escenas (una violación, no diré más) que, a mi humilde ver, son cúspide del género. La trama está más cerca de los thrillers modernos, donde temes que una operación ilegal se desmonte en cualquier momento y el destino de muchos personajes (víctimas y verdugos) está siempre pendiendo de un hilo.
Técnicamente es muy notable, como decía, también se puede destacar la fotografía. Su talón de Aquiles es el guión, que no es chapucero, pero tiene un bajón mortal en el segundo tramo, que lleva al sopor: una lástima porque el arranque es muy bueno y el tramo final es una delicia. Hay, también, demasiadas coincidencias y demasiadas cosas que aparecen por puro destino en la carretera...
La música está muy bien empleada para jugar con el montaje, da muchísimo juego. De hecho, si no fuera por la dirección, el montaje y la música, que nos sugieren en todo momento lo contrario, podría convertirse fácilmente en una comedia, porque si the killer must kill again es porque mete la pata unas cuantas veces.
Reseñable.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra muestra más 'amarilla'
21 de junio de 2020
Luigi Cozzi ("Paganini Horror", 1989) dirige y escribe en parte este 'giallo', con las constantes del subgénero italiano que acuñó Bava y le dio luego otro toque Argento, y en parte, a veces alejándose de él. En la estética sí que lo homenajea, como una especie de autoreferencia, utiliza el color amarillo ('giallo' significa también en italiano 'amarillo').
Pero detalles o anécdotas aparte, no se puede eludir que el guion, pese a no estar mal y sus giros y tal, no es del todo original y plagia un poco a Hitchcock. Pese a ser 'suspense' como muchos del género, sí que tienes algún crimen cruento, pero a lo largo de la trama se relaja un poco e incluye escenas con cambios de tono que pueden aburrir un poco, pese a no resultar tan poco tediosa ni nada. La atmósfera está más o menos conseguida y el semblante del asesino en cuestión, sí que resulta inquietante.
Con un reparto típico del subgénero y una música que le queda bien. Con sus fallos, pero se deja ver.
Pero detalles o anécdotas aparte, no se puede eludir que el guion, pese a no estar mal y sus giros y tal, no es del todo original y plagia un poco a Hitchcock. Pese a ser 'suspense' como muchos del género, sí que tienes algún crimen cruento, pero a lo largo de la trama se relaja un poco e incluye escenas con cambios de tono que pueden aburrir un poco, pese a no resultar tan poco tediosa ni nada. La atmósfera está más o menos conseguida y el semblante del asesino en cuestión, sí que resulta inquietante.
Con un reparto típico del subgénero y una música que le queda bien. Con sus fallos, pero se deja ver.
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