The Killing Jar (2010)

¿Te acuerdas de la escena en la que Madsen tortura al madero en Reservoir Dogs? Pues esto viene a ser una segunda parte ampliada. Violencia enclavada en un único escenario en el que éste acapara todo el protagonismo y se regozija con su característica chulería a lo largo de toda la cinta. Para qué engañarnos, una buena película no es, pero si eres fan de su estilo, te hará pasar un rato entretenido. En cuanto al resto del casting, una pena que el bueno de Trejo no aparezca más, porque no hay ninguna actuación remarcable -a excepción de la de Madsen, que tampoco es para tirar cohetes- y la de Amber Benson es particularmente horrible.

Un grill de carretera de un pueblo de mala muerte llamado Silver Lake (no hay lago, hace tiempo que se seco), el tacaño y mal encarado dueño (Danny Trejo), la aburrida camarera lugareña (Amber Benson), una pareja de adolescentes tomando un refrigerio antes de huir de su familia de ese pueblo que les asfixia, un camionero de paso (Kevin Gage, el Waingro por el que Robert de Niro se busco la ruina en "Heat 1995"), y un ayudante de sheriff tomando un café; todos ellos pacíficamente a su rollo cuando oyen por la radio que han matado a un matrimonio y a sus 2 niños en una granja cercana, y el asesino parece ser se mueve en una pick up negra.

Sin salir de ese lugar y con la entrada en escena sucesivamente de 3 nuevos parroquianos (Harold Perineal, Michael Madsen, y un Jake Busey que es clavado a su padre Gary Busey en su juventud), el aquí director/guionista/editor/coproductor Mark Young (además de ser suya la voz que oímos en esa noticia de la radio arriba mencionada), realiza un vacilón y divertido ejercicio de suspense, con sus dosis de grafica violencia (el personaje de Michael Madsen contiene más de un guiño a su trabajo en "Reservoir Dogs 1992"), y alguna que otra pincelada de humor negro, que desde su modestia de evidente serie B destinada a DVD y lo atractivo de ese póker de tipos carismáticos en el casting (los pesos pesados Michael Madsen, Danny Trejo, y los apañadejos Kevin Gage y Jake Busey), entretiene y se deja ver sin hacerse pesada en su menos de hora y media de metraje.

En resumen, entretenida función con aroma a episodio de aquellos disfrutados en "Alfred Hitchcock Presents", que supongo satisfará como mínimo a degustadores de modestas y voluntariosas series B.