El abogado (1933)

A, Elmer Rice, lo conocí por, “Street Scene” (1929), una obra ganadora del premio Pulitzer que, dos años después, el director, King Vidor, adaptaría de manera muy personal, dando lugar a una película muy humana y encantadora. Este mismo año, 1931, Rice sacaba a la luz una nueva obra titulada: “Counsellor at law”, la cual se estrenó, al año siguiente, en el Plymouth Theatre de Broadway, protagonizada por Paul Muni y con un grupo de actores de conjunto muchos de los cuales pasaron a la película. Muni también quería protagonizarla, pero se lo impidió un reciente contrato con la Warner Bros.

La aceptación que había tenido la versión fílmica de “Street Scene”, más el éxito de “Counsellor at law”, en el teatro (120 funciones continuas) interesó a la productora Universal, la cual le compró a Rice los derechos, más su propia adaptación a guion cinematográfico, por 150 mil dólares -equivalentes a unos 4 millones de dólares de hoy-, entregándola a, William Wyler, para que la dirigiera.

Como protagonista, se eligió entonces a la gran estrella, John Barrymore, y de no ser por sus sobradas cualidades interpretativas, creo que ni Wyler, ni la Universal, le hubieran aguantado las dificultades que causó, ya que su alcoholismo le significaba ya una gran pérdida de memoria que obligaba a repetir numerosas tomas; y en reiteradas ocasiones, tocaba esperar a que estuviera sobrio en la mañana para poder rodar. En vista de que su salario semanal era bastante alto, la productora pidió a Wyler que rodara inicialmente todas las escenas con él, pero las dos semanas presupuestadas se convirtieron en cuatro… y esto compensó el aguante de los demás actores cuyo salario también se vio incrementado.

La historia recrea la vida cotidiana de un abogado, cuya oficina se ha ido convirtiendo en una suerte de cárcel… y son su madre y su esposa las que tienen que visitarlo, mientras él maneja sus negocios con las triquiñuelas típicas de cualquier profesional habilidoso (¿o inescrupuloso?) aunque también tiene su lado amable y generoso, el cual lleva a que su secretaria, Rexy Gordon, lo ame en silencio. La relación entre ellos es, para mi gusto, lo más interesante de la película, pues, da cuenta de esa suerte de amores que lucen imposibles… aunque, quizás en algún momento, parezca que una puerta va a abrirse.

La trama resulta pesada con sus excesivos diálogos que, en parte, no logra uno digerir y, en lo personal, no comparto la gran importancia que el director da al personaje de Bessie, la telefonista, la cual con esa voz chillona y acelerada resulta harto desagradable.

Como curiosidad, hay que mencionar el debut en la actuación de, Vincent Sherman (el joven comunista que habrá de decirle al abogado unas cuantas verdades), pues, en la vida real, también Sherman simpatizaba con la izquierda y fue puesto en la mira por la asquerosa HUAC. Como el hijastro de George Simon, el abogado, aparece un jovencísimo Richard Quine… Algunos años después, Sherman y Quine, se convirtieron en calificados directores.

El reparto de, <<EL ABOGADO>>, lo complementan: Bebe Daniels (Rexy), Doris Kenyon (Cora), Melvyn Douglas (Roy Darwin)… y aparece la fascinante, Thelma Todd, tristemente malograda en un papelito completamente irrelevante.