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Senso (1954)

Senso
115 min.
7.2
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Película completa (ITALIANO)
Sinopsis
Año 1866. Livia, una bella dama de una aristocrática familia italiana, vive un intenso romance con el teniente Franz Mahler, un oficial del ejército austriaco, en plena guerra de independencia italiana frente a Austria. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Melodrama Siglo XIX
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Senso
Duración
115 min.
Guion
Fotografía
Compañías
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8
Sentimientos
Cuarto largometraje de Luchino Visconti (“Obsesión”, “La tierra tiembla”, “Bellísima”), el primero en color y el primero de la prolongada colaboración de Visconti con la escenógrafa Suso Cecchi. El guión, de Suso Cecchi d’Amato y L. Visconti, con la colaboración de Tennessee Williams y Paul Bowles (diálogos en inglés), adapta el relato breve “Senso” (1883), de Camilo Boito (1836-1914). Se rueda en escenarios naturales de Venecia, Verona, Vicenza (Villa Godi Valmarana), Teatro La Fenice (Venecia), Solferino (Lombardía) y en los platós de Titanus Studios (Roma). Nominado al León de oro (Venecia), gana el Nardo d’Argento/Silver Ribbon de fotografía. Producido por Claudio Forges Davanzati para Lux Film, se proyecta por primera vez en público en septiembre de 1954 (Fest. Venecia).

La acción dramática tiene lugar en Venecia, Verona, la finca familiar de Aldeno (Trentino-Alto Adige), el campo de la batalla de Custoza y alrededores, en 1866, a lo largo de 2/3 meses de la primavera, prolongados hasta el 24 de junio. La condesa Livia Serpieri (Valli), de unos 22 años, siente gran afecto por su primo, el marqués Roberto Ussoni (Girotti), patriota, organizador de la manifestación popular en el Teatro La Fenice. Quiere evitar por todos los medios el duelo desigual de éste con el teniente austriaco Franz Mahler (Granger), a quien ruega que desista del reto. Ella es garibaldina, atractiva, joven, apasionada y celosa. Franz es apuesto, seductor, mujeriego, oportunista, irresponsable y carente de principios.

El film suma drama, historia, romance y guerra. Cronológicamente se sitúa en los últimos meses de la ocupación militar por parte del Imperio Austro-húngaro de la Lombardía y el Veneto y en el inicio de la creación del nuevo estado de Italia bajo el liderazgo de Giuseppe Garibaldi (1807-1882), héroe de la unificación junto a Giuseppe Mazzini, Cavour y Victor Manuel II. Exalta la acción de los patriotas garibaldinos, las manifestaciones de afirmación patriótica y anti-austriaca, la ópera, la figura de Verdi como icono del patriotismo italiano y la música del compositor austriaco Gustav Mahler (1860-1911). Muestra la agonía y la decadencia de la aristocracia como clase dominante, a causa de su insolidaridad, individualismo, codicia y colaboracionismo con el enemigo. La decadencia de la aristocracia brinda la oportunidad para que se impongan los sentimientos del pueblo llano, compuesto de trabajadores del campo y la ciudad, a favor de la independencia, la justicia, la libertad y la solidaridad.

La película desarrolla un melodrama clásico de pasiones arrebatadas, sentimientos desgarrados, relaciones movidas por la crueldad y el despecho, emociones exasperadas y frustraciones dolorosas. El hilo conductor viene dado por una pasión autodestructiva, no sometida a control, que engendra deslealtades, traiciones y venganzas.
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47 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La condesa enamorada
El aristocrático Luchino Visconti dirigió a la no menos aristocrática actriz Alida Valli, nombre artístico de la baronesa de Markenstein Frauenberg.
Como interludio entre sus espléndidas incursiones en el reputado género neorrealista (magnífica dirección de obras como “La tierra tiembla” o “Bellísima”), el conde de Lonate Pozzolo giró hacia los ambientes en los que había nacido. Si algo hace especial a Visconti, entre otras cosas, es su lucidez para captar y mimetizarse con diferentes y muy dispares realidades sociales y políticas que acontecieron en su país. Como descendiente de sangre noble, entendía y tal vez compartía las tribulaciones de aquellas dinastías de elevado linaje cuyo prestigio y poder fue derribado por las luchas unionistas de los revolucionarios, encabezados por Garibaldi, que reivindicaban la unificación de la desmembrada Italia. La caída de aquel preeminente, intocable y hermético círculo de sangre azul quedaría bien reflejada en la nostálgica “El gatopardo”, en sus formatos de novela (la única de Giuseppe Tomasi di Lampedusa), y la película de Visconti. Pero el realizador igualmente se metía en la piel del sector radicalmente opuesto, el pueblo llano. Nada más puramente representante de la población de a pie que sus actores no profesionales, o que su musa Anna Magnani. Curioso el extremo contraste entre la vecina de barrio del montón que la magnífica Magnani representó en “Bellísima”, y la refinada condesa trentina a la que Alida Valli daría vida tres años después en “Senso”.
En este drama de época, Visconti tantearía el tema de la unificación nacional como fondo de un trágico romance entre una condesa italiana y un soldado de la ocupación austríaca. Al principio, ella defiende la causa revolucionaria, la expulsión de los invasores y la independencia, pero se enamora de un joven militar austríaco y a partir de entonces todo queda en un segundo plano, muy lejos de lo que la lleva en volandas, que es su amor secreto. Muchos obstáculos están en contra: ella está casada, y él es del bando enemigo.
La trama, vista desde la pasión de la dama, toca unos momentos candentes en la historia italiana, una época revuelta de inminentes cambios en la que el Antiguo Régimen tocaba a su fin, pero esboza además otras cuestiones, como los matrimonios de conveniencia en las clases altas que conducían a la insatisfacción y el adulterio, la ceguera del amor que se presenta en una mujer tras el hambre de una sequía interminable, el engaño y la maldad, pero sobre todo, que un minuto de pasión manda al diablo ideales, política, país, estúpida y maldita guerra, marido y la madre que los parió. Que le pongan a la fogosa condesa un mozo bien plantado que le dé un buen revolcón, y ya sabemos dónde van a parar la prudencia, la honra, la posición y todas las aburridas prevenciones que resguardan la virtud de una dama.
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25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
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