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Shame: Deseos culpables (2011)

Shame: Deseos culpables
99 min.
6.7
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Sinopsis
Brandon (Michael Fassbender) es un joven y apuesto neoyorquino con serios problemas para controlar y disfrutar de su agitada vida sexual. Obsesionado con el sexo, se pasa el día viendo revistas pornográficas, contratando prostitutas y manteniendo relaciones esporádicas con solteras de Manhattan. Un día se presenta en su casa, sin previo aviso, su hermana menor Sissy (Carey Mulligan) con la intención de quedarse unos días en su apartamento. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Erótico Sexualidad y pornografía
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Shame
Duración
99 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2011: Globos de Oro: Nominada a Mejor actor dramático (Fassbender)
2011: Premios BAFTA: Nominada a mejor film británico y actor (Fassbender)
2011: Festival de Venecia: Copa Volpi al Mejor actor (Fassbender), Premio FIPRESCI
2011: Círculo de Críticos de Nueva York: 2 nom., incl. a mejor actor (Fassbender)
2011: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor actor (Michael Fassbender)
9
Talento
Steve McQueen dejó su nombre con tinta imborrable en la historia de los grandes debuts de la historia del cine son su notable "Hunger" y con "Shame" no hace nada más que confirmar lo que ya sabíamos: que por sus venas no hay sangre, sino celuloide. Tras contarnos la historia de Bobby Sands y uno de los dramas carcelarios más fascinantes que se han rodado, ahora lo que hace es hablarnos de Brandon, un adicto al sexo que vive la vida que le da la gana hasta que un factor externo -la aparición de su hermana, Sissy- hace que las cosas comiencen a cambiar.

La "vergüenza" a la que alude su título original no deja de ser el punto de partida porque lo que nos cuenta McQueen es un viaje de ida -y no vuelta- hacia los infiernos. Michael Fassbender interpreta al protagonista con tanta convicción como lo hiciera en "Hunger" y consige arrastrarnos. Primero le envidiamos por ser un playboy que se liga a cualquiera que le venga en gana y poco a poco vamos frustrándonos a medida que el círculo se estrecha, llegando a costar respirar. Su interpretación es superlativa (merecidísimo premio en Venecia) pero no es el único: lo que hace Carey Mulligan es impresionante. Se desvive para dar vida a su personaje, gesticula, se mueve y habla como si estuviese poseída por el alma de éste, no interpreta; vive. Hay un momento concreto en el que canta una canción ("New York, New York"), la cámara se queda en un plano fijo durante casi toda la actuación y es imposible no enamorarse de ese bello rostro y esa voz, imperfecta pero extrañamente melancólica. Tampoco le faltan escenas dramáticas (como en "Hunger", aquí hay una conversación clave que hace evolucionar todo lo demás) pero es que en general "Shame" es una película superlativa que se encuentra, como pasaba con "Hunger", entre lo mejor que se ha hecho en su año (vamos, en 2011).

No quiero olvidarme de mencionar la soberbia dirección de Steve McQueen, que se luce en todos y cada uno de los segundos del filme. Emplea todo tipo de técnicas para transmitirnos lo que siente su personaje y abundan los planos secuencia, los juegos de montaje en paralelo, la elección de la música en ciertos momentos para complementar a la imagen; un soberbio trabajo de fotografía completa el "pack" que se llama "Shame" y cuya única "vergüenza" sería que no fuese disfrutada completamente por tener algún momento subido de tono que pueda impedir, a según quién, que detrás de cada imagen hay un mensaje, una idea, un objetivo. Junto a "Tree of Life" y a fecha de hoy, es la mejor película del año. Imposible de obviar.
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292 de 341 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cuando el sexo duele.
En la primera película de Steve McQueen, Hunger, el cuerpo del actor Michael Fassbender se convertía en estremecedor protagonista de una historia que golpeaba sobre la conciencia del espectador de manera brutal. En la segunda película del director, Shame, vuelve a ser el cuerpo del mismo actor el que se adueña de la pantalla, de forma completamente distinta que en la anterior ocasión, pero con efectos igualemente devastadores sobre unos espectadores que tal vez puedan encontrar algún matiz en el personaje en el que reflejarse de forma profundamente desasosegante.
El protagonista de Shame es Brandon, aparentemente un triunfador absoluto. Treintañero, con una presencia física imponente, un trabajo de éxito, un lujoso apartamento en Nueva York, y una vida sexual incesante. Al principio el personaje deslumbra, pero pronto veremos como detrás de esa fachada lo único que hay es un profundo vacío. El sexo en la vida de Brandon es una válvula de escape, una forma de camuflar la imposibilidad de entablar una sola relación con un mínimo de profundidad. En cambio todo parece funcionar para él. Todo cambia el día en que su hermana aparece en su vida de nuevo. Inestable, confundida y muy sola, la presencia Sissy perturba a su hermano hasta el punto de hacerle sentir incómodo con su vida. A partir de ese momento su obsesión compulsiva por el sexo en todas sus formas, se convierte para él en algo que tiene que ocultar, algo que a los ojos de los demás le provoca verguenza. Cuando, en un momento de la historia, ve que es incapaz de dar el siguiente paso con una chica que le gusta pero que le éxige algo más, su caida en picado resulta ya inevitable.
Steve McQueen, además de excelente director tambíen notable guionista, se acerca a la descorazonadora historia de forma envolvente, mágnetica y más que sugerente. Sus potentes y cuidadas imágenes atrapan al espectador de tal forma que resulta imposible salirse de la historia por más que nos gustaría hacerlo en más de una ocasión ante la incomodidad provocada por la crudeza de lo que se está viendo. McQueen juega con el montaje en varias secuencias de forma absolutamente brillante consiguiendo momentos de cine prodigiosos poco habituales en una película de estas características, más preocupadas por el fondo que por la forma. Y aunque aquí la forma es poderosa, lo que verdaderamente da consistencia a Shame es el fondo.
(sigue sin spoiler)
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213 de 241 usuarios han encontrado esta crítica útil
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