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Cuernos (2013)

Cuernos
120 min.
5.6
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Sinopsis
Merrin Williams (Juno Temple) ha muerto en extrañas circunstancias, y su novio, Ignatius 'Ig' Perrish (Daniel Radcliffe), es el único sospechoso. En el primer aniversario de la muerte de Merrin, Ig se pasa la noche borracho y haciendo cosas espantosas. Cuando se despierta, tiene una resaca tremenda… y cuernos que le están naciendo en la cabeza. Ig posee un nuevo poder macabro que intenta usar para descubrir al monstruo que mató a su amor. Ser bueno y rezar no lo llevó a ningún sitio. Ahora llegó el momento de la venganza. (FILMAFFINITY)
Género
Fantástico Intriga Thriller Crimen Sobrenatural Amistad Comedia de terror
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Horns
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Estados Unidos-Canadá;
Grupos
Adaptaciones de Joe Hill
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8
Daniel, arrástranos al infierno
Horns es quizás una película única en la historia del cine.
Pocas veces se recuerda una cinta que haya combinado tan bien una historia de amor, toques fantásticos, cierto terror, gore, drama, comedia negra y thriller policiaco con tanta pericia. El resultado es una película no solo entretenidísima, sino también brillante a muchos niveles y en muchos momentos. Es divertida (atención al tronchante momento de Ig en el médico y especialmente en el quirófano), tiene ritmo (la investigación cuasi detectivesca de Ig para averiguar quién mató a Merrin), resulta emotiva (atención a cuando Ig lee la carta de Merrin... quizás hasta demasiado emotiva) y sobre todo es original. No se parece a nada que se haya visto antes y eso siempre se agradece. Además, es conscientemente bizarra, freak y atrevida (ojo a la cantidad de escenas de sexo, tacos y desnudos que hay) y no sólo no se avergüenza de ello sino que lo convierte en puntos fuertes de su propuesta al espectador.
Sin embargo, hay que reconocer que es una película irregular. Durante toda su primera hora, aunque entretiene, da la sensación de que le falta mala baba y mala leche y que un relato así pedía más sal en la herida a gritos, sobre todo siendo una película de Alexandre Aja, que siempre se ha caracterizado por esa mala baba, al menos en sus inicios. Digamos que se queda un poco a la mitad de lo que se esperaba de ella en cuanto a la utilización del humor negro. Y el final, con ese clímax tan indescriptible, es quizás demasiado. Demasiada ida de olla, vaya, aunque aun así resulta divertido y distinto a todo lo que se haya visto antes.
Pero sobre todo lo que es Horns es la confirmación definitiva del talentazo de Daniel Radcliffe más allá de la saga Harry Potter. Dos años han pasado desde el final de la celebrada y exitosísima serie del mago juvenil y Radcliffe ha probado ya la comedia romántica (Amigos de más), el terror sobrenatural (La mujer de negro), el drama biográfico (Kill your darlings) y en todo ha salido victorioso. Lo que hace en Horns es quizás lo mejor de toda su carrera hasta el momento, porque no sólo consigue echarse la película a sus espaldas sin que nadie se acuerde de Harry ni un momento, sino que además está carismático, divertido, emotivo y tétrico según toca. No van a darle premios por esta interpretación, pero sin duda los merecería, o al menos merecería que se valorara y apreciara el enorme esfuerzo que ha hecho y el magnífico resultado que ha logrado.
¡Ah! Y no se olviden... Horns es principalmente una historia de amor. Salvaje y atípico, pero amor al fin y al cabo. Quedan avisados.

Lo mejor: Daniel Radcliffe y la mezcla entre comedia negra, fantasía y romance.
Lo peor: Le falta mala uva, sobre todo en su primera hora, y quizás le sobra algo de azúcar.
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38 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Curioso pero fallido ‘collage’
Ver cine es como un juego o, al menos, así siempre me lo planteo yo. Un juego en el que el director establece unas reglas, y tú, como espectador-jugador, decides seguirlas o no. A mí siempre me gusta seguir esas reglas y creo que soy un jugador entusiasta: me esfuerzo en aceptar lo que me están planteando y cuestiono pocas cosas. Sin embargo, hay juegos mejores y peores, y ello se debe, principalmente, a la calidad de dichas reglas: a veces, se cambian a media partida, por lo que el juego se vuelve tramposo, y otras, simplemente son difíciles de entender o no siguen una lógica y una mínima verosimilitud.

Horns se incluiría en este último grupo: reglas arbitrarias, caprichosas y realmente confusas. ¿De qué va este juego? ¿Quieren hacerme reír, quieren hacerme llorar, quieren mantenerme en vilo? Creo que Alexandre Aja quiere crear en el espectador todas esas cosas, pero en mí solo ha conseguido la primera de ellas.
Horns empieza con fuerza, con mucha fuerza. El protagonista, Ig Perrish, interpretado por Daniel Radcliffe, es un personaje atormentado por el asesinato de su novia (Merrin), del que se convierte en el principal sospechoso. Después de tan nefasto acontecimiento, empieza a sufrir una transformación. ¿Por qué? No lo sabemos, pero en este punto de la película lo cierto es que no importa, y aceptamos el juego.

No es un factor original, ni mucho menos. La metamorfosis es un motivo recurrente en el cine (quizás La mosca de Cronenberg es una de mis películas favoritas de esta temática), pero, para mí, siempre es bienvenido, sobre todo si está bien llevado.

Y precisamente eso es lo que parece en un principio: al personaje de Radcliffe no solo le salen cuernos, sino que empieza a crear efectos extraños en la gente de su alrededor, que parecen dar rienda suelta a sus deseos más oscuros, lo que crea unas situaciones cómicas muy divertidas y acertadas en mi opinión.

Sin embargo, el desarrollo de la trama no está bien logrado ni mucho menos bien resuelto. A la vez que se profundiza en el argumento, vemos cómo el tono de comedia va dando paso a la severidad y la tragedia, y a partir de aquí la película empieza a perder fuelle. La motivación principal del protagonista se desarrolla a la manera de un thriller, durante el que se va revelando qué pasó en realidad por medio de unos flashbacks que, en mi opinión, se alargan demasiado y le restan ritmo e interés a la narración.

Podríamos decir, en resumidas cuentas, que estamos ante una película en ocasiones divertida, con un tono de comedia negra bien conseguido que va degenerando en un dramón azucarado y ñoño, desarrollado a través de una narración propia de un thriller tirando a floja y aburrida.

El director me ha mostrado sus reglas, y yo las he querido aceptar, pero he salido confundido y desorientado en el intento. O son unas reglas sin sentido, o yo soy un mal jugador.

¿Mis razones para concluir esto? En el spoiler…
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30 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
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