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El prisionero de Zenda (1922)

Film (VO)
Sinopsis
La acción transcurre en Ruritania, un principado en los Balcanes. Un inglés, Rodolfo Rassendyll, lo visita como turista la víspera de la coronación. Pero el rey ha sido secuestrado por su medio hermano, Guillermo, que quiere acceder al trono. Como Rodolfo es físicamente un sosias del rey, es coronado en su lugar. Además se enamora de la princesa Flavia, que es la prometida del rey. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Capa y espada Cine mudo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Prisoner of Zenda
Duración
125 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Anthony Hope
Links
7
Ramon Samaniegos.
309/20(14/09/20) Esperaba más de esta una de las primeras versiones de la popular novela de aventuras de 1894 de Anthony Hope, dirigida por Rex Ingram, que venía del éxito del año anterior de la adaptación de “Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”, pero me he encontrado una película despojada de acción, solo un poquito al final, pero todo muy minimalista, frugal, como con falto de medios, y eso que era una producción de la Metro Goldwyn (aun no Mayer). Me ha resultado entretenidilla nada más, incluso con remansos donde se roza el tedio, con una historia de amor que se da por imperativo del guión, pues no hay nada que le dé vigor, simplemente porque toca. Es estimable su recreación del tiempo y lugar, con palacios, castillos con foso, mazmorras, coronación en una catedral gótica. Tiene entre sus inconvenientes que tarda mucho en moverse, hay demasiado tiempo en la presentación de personajes, cuando llega el tramo de la coronación toma algo de ritmo, está como se imagina el ‘villano’ en el trono, intrigas palaciegas, algún (ridículo) intento de asesinato (de ‘gag’ con ese enano torpe que acaba como acaba), para desembocar en el clímax esperado con referente al título (en el castillo de Zenda) donde todo se escenifica de un modo de sketch de Nochevieja en la forma burda en que entra el héroe al castillo, aunque eso sí, la pelea de paladines resulta bien llevada, coreografiada por el campeón belga de esgrima y entrenador de la USC Henry Uyttenhove (trabajó en varias películas de Douglas Fairbanks, incluida Robin Hood de1922, y nuevamente con Ingram en Scaramouche de 1923).

Hay una subtrama que tiene potencial y en realidad se resuelve de modo tosco, me refiero a la referente a Antoinette (histriónica incluso para los cánones del cine mudo Barbara LaMarr), amante del villano, el Gran Duque 'Black' Michael (correcto Stuart Holmes), y pretendida por su secuaz Rupert de Hentzau, se desarrolla a trompicones. Hay ganas de incrustar humor con personajes caricaturescos, o con comedia de altura (ataque de cinismo), como epitome la cascara de plátano, y esto me es torpe. Pero si por algo pudo pasar a la historia del cine este film es por la irrupción de un secundario, el mexicano de 23 años Ramon Samaniegos (hasta entonces un extra de más 100 películas), que tras el éxito de su actuación cambio su nombre a Ramon Novarro (teniendo su cima con el rol protagónico en la versión silente de “Ben-Hur”), dando vida en un papel roba-escenas al pérfido Rupert de Hentzau, con elegancia, mordacidad, ese toque kitsch del monóculo, sus ademanes con su anhelo amoroso.

Los Rassendyll de Inglaterra tienen un esqueleto no demasiado secreto en el armario: hace unos cientos de años, una de las damas de la familia tuvo un apasionado romance con el apuesto rey de Ruritania y cada generación desde entonces aparece al menos un Rassendyll. con las características reales de Elphburg. El orgulloso pseudo-Elphburg esta vez es Rudolf, hasta hace poco al servicio de la reina. Rudolf lee un artículo de periódico que anuncia la coronación de Rudolf V de Ruritania. Por aburrimiento y curiosidad, Rudolf decide asistir a la coronación de su "prima" real. Sin embargo, el rey aún sin corona tiene algunos enemigos. Su medio hermano "Black Michael" codicia el trono y tiene un plan para ganarlo. Mientras tanto, Rudolf está tomando una siesta en el bosque de Zenda, el patio trasero del duque Michael, cuando lo despiertan el coronel Sapt (Robert Edeson) y el capitán Fritz von Tarlenheim (Malcolm McGregor), los dos aliados más cercanos del rey. Están asombrados por el parecido entre Rudolf y su monarca. Al rey le encanta conocer a su doble e inmediatamente invita a Rudolf a una fiesta nocturna para beber.

Lewis Stone como el protagonista dual Rudolf Rassendyll/Rudolf, queda bien, luciendo en el enfrentamiento climático d espadas, aunque nunca se sabe de dónde le viene su maestría en la esgrima, es por combustión espontánea. Tiene un rush final emociónate con su amada la Princesa Flavia. Por cierto tiene un gran parecido con el posterior protagonista de otra versión de 1937 Ronald Colman. Se ve bastante elegante con su atuendo militar, hay una buena razón para eso, pues Stone era un veterano de la Guerra Hispanoamericana y sirvió en la caballería durante la Primera Guerra Mundial; Alice Terry como la Princesa Flavia tiene un papel pasteloso sin hondura.

Gran frase: "Mientras no estés colgado, Hentzau, el infierno carece de amo!" (Rudolph cuando este lo tienta para que se quede con el trono y Flavia)

El director Rex Ingram y la estrella Alice Terry se conocían desde que trabajaron juntos en la película Shore Acres en 1920. La pareja se escapó durante la filmación un sábado y se casaron. Pasaron el domingo viendo películas juntos y volvieron al trabajo el lunes. No se reveló que se habían casado hasta después de que se terminó la película y la pareja estaba de luna de miel.

Me queda una película de aventuras que me ha decepcionado en lo que debe tener este género, acción. Fuerza y honor!!!
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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