Get Duked! (2019)

Recién llegada al catálogo de Amazon Prime (una plataforma con una oferta más que satisfactoria, no como otras... y no, no me refiero a Netflix...), Get Duked! es una comedia inglesa sobre cuatro jóvenes (tres de ellos poco menos que delincuentes) que deben participar en una aventura en las zonas montañosas de Escocia, con el objetivo de alcanzar la meta y obtener un codiciado premio, al menos para uno de ellos (el más responsable, obviamente). Parece sencillo, pero todo se desmadrará antes de lo esperado para estos problemáticos personajes, ya que alguien les acecha y no está dispuesto a dejarles marchar sin más.

Seguramente la premisa os suene de algo, ya que se han hecho infinidad de producciones inglesas de la misma índole, donde gente de ciudad visita el campo y se topa sin quererlo con unos lugareños con malas pulgas, siendo un film que no ha venido a reinventar el género, precisamente, ya que la originalidad brilla por su ausencia.

Lo que la diferencia de propuestas similares es el pulso firme a la hora de contar las cosas, con un ritmo endiablado durante sus escasos ochenta minutos de duración, aunque hay que reconocer que el mismo va decayendo, ya que el arranque de la cinta es muy prometedor, con una presentación de personajes que haría sentirse orgulloso a Guy Ritchie. Es una pena que no se mantenga el mismo nivel, pero el conjunto final cumple su función.

El director y guionista debuta con esta película, y la verdad es que hay que quitarse el sombrero por contar una historia tan simple pero con la intención de entretener y divertir al espectador, sin más pretensiones. También es digno de elogio que no se renuncie a la hilaridad del conjunto, no cayendo en el error de otras comedias parecidas (la mayoría inglesas, por cierto) de cambiar abruptamente de género, apostando por el drama en sus minutos finales, cuando nadie lo había pedido (hola, Edgar Wright...).

Y es que la película no se toma en serio a sí misma desde el minuto uno (lo cual es de agradecer, siendo un total acierto), y eso es algo que se respeta hasta los créditos finales, manteniendo el tono y no traicionando lo establecido hasta el momento, como debería ser en toda comedia que se precie. 

Quizás el problema sea que no sabe ir más allá, quedándose en un pasatiempo tan entretenido como correcto, pero que seguramente se olvide más pronto que tarde, al no exprimir correctamente los elementos de los que dispone, no ofreciendo nada novedoso ni digno de mención, más allá de sus hilarantes y geniales protagonistas, con ecos a los Goonies o Cuenta Conmigo, pero mucho más desfasados. Los cuatro actores están fabulosos, siendo acompañados por una serie de desternillantes secundarios (la mayoría rostros conocidos de la televisión y el cine) que engrandecen todavía más la producción.

Al final estamos ante una comedia gamberra, que en el fondo no ofrece nada nuevo, pero donde se aprecia su desenfado y ganas de hacer pasar un buen rato al espectador, sin necesidad de recurrir a un dramatismo forzado. Sólo por eso ya merece la pena, aunque no deje de ser una más (que pena que no sepa mantener la garra del comienzo). Correcta, que no es poco.

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El Premio Duque de Edimburgo fue instaurado por el Príncipe Felipe (marido de Isabel II) en 1957. Destinado en su origen a los jóvenes con mejores desempeños escolares y consistente en una de sus áreas, la de expedición, en la "planificación, formación y realización de un viaje de aventuras en el Reino Unido o en el extranjero", es decir, en la realización de un cross country para fomentar determinadas destrezas y valores.
Parece que con el correr del tiempo fue cambiando su target de tal modo que en esta película lo encontramos protagonizado por tres lúmpenes de pésimo desempeño escolar y un chico aplicado, Ian, quien registra puntillosamente la evolución de esas destrezas y valores.

La película comienza con el arribo de nuestros (anti)héroes, acompañados por un instructor, a las Tierras Altas de Escocia para comenzar su periplo. Pero esta travesía les deparará peligros y enemigos impensados.

Esta ópera prima de Ninian Doff es una comedia negra que combina dos estilos: uno fumón, psicodélico y con ritmo de hip-hop y otro pleno de un humor inglés que recuerda a los Monty Python. Esta veta es la que depara los mejores momentos, con unos chistes y gags realmente muy buenos.

A su manera, la película plantea una batalla generacional y de clase llevada a los extremos de la comedia y bordeando el terror, sumada a una graciosa exposición de prejuicios. Cuesta empatizar al comienzo con estos jóvenes bastante tontos y a la deriva, incapaces de medir los alcances de algunos de sus actos y con uno de ellos decidido a hacer carrera como cantante de hip-hop.

En definitiva, creo que merece verse sobre todo por sus chistes "con mensaje" y sus gags.