Diligencia a Tucson (1950)

Estamos ante un western muy, muy flojo, de un casi desconocido director.

Ningún aficionado se ha animado a valorarla ni a escribir una opinión, porque no lo merece.

El argumento procede de una novela de escaso interés y el guión flojea por todas partes. Ni siquiera los diálogos merecen el menor interés.

De las interpretaciones decir que vemos a un hierático Cameron mas frió que un témpano e incapaz de transmitir sensaciones. No sabes cuando goza, sufre, ríe, se inquieta, se preocupa ... nada.

Algunas caras conocidas entre los secundarios de siempre en los western que cumplen con su papel.

Color en technicolor de 1950 y alguna notable escena con la fotografía de Charles Lawton que llegó a ser muy eficaz en su labor.

Abundantes escenas en decorados de oficinas, hotel, saloon.

Menos mal que finaliza en un desenlace entretenido, con una carrera de diligencias bien rodada entre Murphy y Lawton que con el primer asalto a una diligencia y una persecución a caballo por praderas, cañones, etc. animan la flojera del film.

Mi nota es solo de 3.

No es fácil encontrar una película americana con actores con menos carisma, al menos los protagonistas mas jóvenes.
Rod Cameron se asemeja a Fred MacMurray y aunque mucho menos expresivo, es bueno en las peleas. En la película confiesa que ha cumplido los 30, pero tenía 40. Era canadiense.
Podemos encontrar una excelente carrera de carros con unas estupendas imágenes de los caballos al galope.