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El show debe seguir (1979)

El show debe seguir
123 min.
7.5
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Joe Gideon (Roy Scheider) es un implacable coreógrafo en este musical poco convencional que retrata la dureza, el esplendor y la decadencia de las gentes del mundo del espectáculo, a quienes el triunfo les niega a veces la posibilidad de otros afectos. Un drama que retrata la otra cara del show, lo que ocurre entre bastidores. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Musical Baile Música
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
All That Jazz
Duración
123 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1979: 4 Oscars: BSO adaptada, vestuario, dir. artística y montaje. 9 nominaciones
1979: Globos de Oro: Nominada Mejor actor comedia/musical (Roy Scheider)
1979: Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a mejor director
1980: Festival de Cannes: Palma de Oro mejor película (ex aequo)
1980: Premios BAFTA: Mejor fotografía y mejor montaje. 6 nominaciones
10
Fosse lo sabía
Cualquier concepto critico es en si mismo una acercamiento subjetivo a un objeto observado. Comunicarme con un posible lector dejando mi opinión sobre el que creo (subjetivamente) como uno de los más logrados musicales del cine moderno es difícil y merece la mayor de las honestidades.
“All that jazz”, aquel collage del corazón de Bob Fosse, ese fragmento de una historia alborotada de historias acaso no merezca ser analizada.
En un reportaje perdido en el tiempo, Fosse reconoció que la escena de la crítica a su último film en realidad le sucedió y que sus palabras fueron las mismas que las de Roy Scheider.
Uno entiende aquello de “El show debe seguir” instintivamente. Si así no sucede jamás sucederá. El éxito rotundo de la cinta no fue ni será proporcional al entendimiento de la misma. Por que en definitiva y queda bien claro secuencia tras secuencia, al director es seguro que bien poco le importó.
¿Se le puede explicar a un desconocido la fuerza emocional, la belleza abstracta o la imponencia poética de “Bye, bye love”?
No. En la cinematografía, a veces el concepto del arte esta sujeto a la necesidad brutal de acuchillarse el alma yendo aún a lo más profundo, maravilloso, miserable para terminar descubriendo que no existe adjetivo que aclare ese concepto tan básico denominado vida y ese otro intrigante que por desconocimiento existencial denominamos muerte.
Entre ambos términos se encuentra “All that jazz”. Su creador la estructura en cuatro movimientos que finalmente y en mi caso con asombro, descubrimos como la mecánica de la obra.
Tal es la honestidad que el director se nos ofrece desnudo para que observemos su particular opinión sobre temas tan dispares como el amor, las obsesiones, la autodestrucción excusada en conceptos creativos, la temeridad ante lo inevitablemente temible, la angustia, la furia y claro, todo aquello que no logo definir porque minuto a minuto se convierten en el espíritu de Fosse, algo que podemos ver pero no tocar.
Está en cada uno de nosotros aceptar sus tesis sobre los grises del comportamiento humano (en particular el de los artistas) y nos encontramos en absoluto libres para no considerarlas relevantes. No es mi caso y por eso valen estas líneas como ejercicio de comprensión.
Salvador Dalí sostuvo que un lápiz sin Dalí solo es un trozo de madera. “All that jazz” sin Robert Fosse es solo celuloide mudo.
He intentado ser poco específico sobre el contenido del largometraje porque me parece valido aquello de “ciertas cuestiones de la razón que la razón no comprende” pero atendiendo a la idiosincrasia tramposa de Fosse/Scheider, es seguro que frente a Jessica Lange y su fría e inmaculada belleza, algo más que sonreír debe ser posible. Tal vez Bob lo sabía y no quiso prevenirnos.
Y bienvenido sea.
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51 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
CIUDADANO FOSSE
Visionario "autobiopic" sobre el genio y figura del reputado coreógrafo y cineasta Bob Fosse. El protagonista: Joe Gideon, un perfecto sosias de Fosse encarnado de muy convincente forma por Roy Scheider, fumador empedernido, adicto a las anfetaminas, bebedor, mujeriego y obsesionado con el espectáculo. Un hombre enfermo del corazón entre los nervios, cigarrillos, pastillas, mujeres y coreografías, creando en su mente números musicales de despedida vital.

Esta película es el Réquiem pagano, delirante y socarrón de un coreógrafo canalla en el proceso de crear un espectáculo musical de Broadway, de montar la última película que ha rodado (otro guiño real, como director que fue de LENNY) y de repaso por su propia vida, con la Muerte como interlocutora, aquí interpretada por una bella Jessica Lange en plan "dama blanca". Apuntar que el film es visionario no sólo en el sentido estructural, sino en que el propio Fosse murió de un infarto unos diez años más tarde, como su alter ego Gideon.

Números musicales reales y oníricos, incorrección política, un "el show debe continuar" aun encontrándonos cerca del final de nuestra existencia. Una reflexión musicada, algo triste y sarcástica sobre la Vida y la Muerte, las cosas por hacer y las ya hechas (con y sin remedio). La reflexión de un hombre cuyos días empiezan con Vivaldi, aspirinas, duchas -en ocasiones con olvidado cigarrillo en la boca-, anfetaminas y una pose optimista ante el espejo recitando el mantra "Showtime, folks" ("Hora del show, gente", aunque aquí traducido como "Empieza el espectáculo").

Una mirada a la parte más dura, laboriosa y desagradecida de la farándula; al morir con las botas puestas; a la obsesión por el trabajo; a la familia unida pero rota; a la recepción de la muerte con una sonrisa. Una película algo extraña pero de innegable magnetismo, originalidad y calidad.
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36 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
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