Yo los declaro marido y... Larry (2007)

Esta es una de esas películas de las qué cuesta olvidarse, en el mal sentido. Todavía me pregunto como pude verla entera. Empieza mal, sin gracia, y a una comedia lo mínimo que se le puede pedir es que tenga algo de gracia. Pero es que no la tiene. Voy a empezar a dejar de ver "cine" con el que uno solo pretende entretenerse un rato, porque de vez en cuando, uno se topa con este tipo de bodrios que no sé que pretenden conseguir, ¿hacerme llorar de vergüenza? Todos los personajes gays de esta película corresponden al prototipo de gay locaza, absolutamente todos, que ya está muy visto, y uno se cansa de eso, que sí que habrá gente así, pero dudo de que se reúnan tantos personajes así por metro cuadrado, por no decir lo extremadamente cargantes que llegan a ser algunos personaje, son cargantes de sentir deseos de matar. Es impresionante la falta de ideas que demuestra el guionista. Chistes malos sobre gays, un hijo gay "oh, que horror", chistes malos sobre "qué machote soy", no me jodas tío. Un poco de seriedad, que no debe ser tan díficil hacer películas a base de tópicos, joder si es que hasta la criada responde a tópicos. Hay escenas que es que de verdad rozan el patetismo.
Por no decir que el mensaje pro-libertad gay que intentan transmitir no creo que exista, haciendo un simil, es igual que la pro-libertad de Irak del señor Bush, esto es, me he reído en tu puta cara y ahora vengo a abanderar tu causa.

Es muy divertido ver a dos machotes haciendo de maricas; pensaría la Universal. Hay en la despensa docena y media de situaciones paródicas para meter gags sobre el tema y tenemos que hacer una película.

¿Pero qué sucede a la hora de la verdad? Que no han sabido crear una situación medio creíble para que se de la circunstancia, y nos encontramos con que un viudo chantajea emocionalmente a un amigo para que se case con él. ¿Y todo por qué? Porque piensa que la vida te puede jugar una mala pasada mandándote al otro barrio de un día para otro, y si no hay boda no hay seguro de vida para cobrar sus hijos.

¿Se puede ser más gilipollas que el viudo?. Sí, desde luego se puede. Y lo demuestra el que se casa con él.
Resulta, que este buen samaritano, en vez de encasquetarle cualquiera de sus doscientas amigas ninfómanas, o recomendarle una agencia de matrimonio, o de sugerirle que haga un matrimonio de conveniencia con una yugoslava, o simplemente animarle a que se busque una buena chica en vez de pensar en el purgatorio, va y da el "sí quiero".
Pero claro, si en vez de casarse con el colega, lo manda a tomar por saco no hay película. Y si no hay película, sigue estando la docena y media de gags en la despensa. Y en la despensa no lucen. Pero para ti y para mí... tampoco son tan buenos. Pasas el rato y nada más.